“No me siento como un rey”: Trump cumple su sueño de un desfile militar en su cumpleaños en medio de protestas
El presidente de Estados Unidos blinda el centro de Washington para la exhibición del ejército en una jornada de protestas por todo el país


Los tanques ya están en Washington. Curiosos y turistas se fotografiaban este viernes con los vehículos blindados en el National Mall, la gran arteria política, cívica y cultural del centro de la ciudad. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumple 79 años este sábado y se ha regalado un desfile militar con motivo del 250º aniversario del ejército nacional. Trump quedó deslumbrado en 2018 cuando acudió el 14 de julio de 2017 a París, invitado por el presidente Emmanuel Macron, al desfile de la fiesta nacional francesa y ahora cumple su sueño. Las previsiones meteorológicas, que anuncian lluvia para este sábado, y los centenares de protestas convocadas por todo el país con el lema No Kings (No a los reyes) amenazan con deslucir la primera parada militar en Washington en décadas.
“No me siento como un rey. Tengo que pasar por un infierno para que me aprueben las cosas”, dijo este jueves Trump en la Casa Blanca cuando le preguntaron por esas protestas, antes de rematar con un plural mayestático: “No, no, no somos un rey”.
Trump ha forzado los límites del poder ejecutivo, invade competencias de otros poderes, ignora leyes y toma represalias contra enemigos políticos y medios de comunicación críticos. No es un monarca absoluto, por supuesto, pero ha emprendido una preocupante deriva autoritaria, entre cuyos últimos capítulos están el envío de tropas a Los Ángeles y la amenaza del uso de la fuerza para reprimir las protestas contra el desfile.
Muchos países democráticos celebran desfiles militares, entre ellos Francia y España, pero no es algo que se acostumbre a hacer en Washington. El último fue en 1991 con motivo del final de la guerra del Golfo, en el mandato de George H. W. Bush. Los críticos comparan la exhibición militar de Trump con las dedicadas a dictadores como el ruso Vladímir Putin o el norcoreano Kim Jong-un, con los que Trump se precia de tener buena relación.
El hecho de que haya aprovechado la coincidencia del aniversario militar con su cumpleaños —“no es mi cumpleaños, aunque sí es mi cumpleaños, pero no estoy celebrando mi cumpleaños”, dijo— aumenta la polémica. Más importante que esa coincidencia es que Trump se haya saltado la tradición de dejar a las Fuerzas Armadas al margen de la política. Este mismo martes tuvo una intervención mitinera en el cuartel de Fort Bragg (Carolina del Norte). Pero, además, el envío de 4.000 miembros de la Guardia Nacional y cientos de marines a Los Ángeles se enmarca más en su pugna política con el gobernador de California, Gavin Newsom, que en la necesidad de su actuación.
“Esta escalada militar solo confirma lo que ya sabíamos: este Gobierno quiere gobernar por la fuerza, no servir al pueblo”, señaló en un comunicado No Kings, una coalición de decenas de organizaciones de derechos civiles. “Desde las grandes ciudades hasta los pueblos pequeños, nos levantaremos juntos y diremos: rechazamos la violencia política. Rechazamos el miedo como forma de gobierno. Rechazamos el mito de que solo algunos merecen la libertad”, añadió.
“Han desafiado a nuestros tribunales, deportado a estadounidenses, hecho desaparecer a personas de las calles, atacado nuestros derechos civiles y recortado nuestros servicios. La corrupción ha ido demasiado lejos. No queremos tronos. No queremos coronas. No queremos reyes”, sostiene la convocatoria de las aproximadamente 1.800 manifestaciones convocadas por todo el país como protesta en el día del desfile.
Tormenta sobre Washington
Junto a la tormenta política, está la meteorológica. Se prevén lluvias, rayos y truenos para la tarde de este sábado en Washington, lo que podría alterar o deslucir lo que Trump quiere que sea un gran espectáculo, como su carrera política (y antes, en los negocios y el mundo del entretenimiento). Trump dijo el jueves en la Casa Blanca que espera que el tiempo sea bueno, pero que si no es así, “tampoco pasa nada”. “No importa. No afecta en absoluto a los tanques. No afecta a los soldados. Están acostumbrados”, afirmó. Una tormenta eléctrica inoportuna, sin embargo, puede impedir los vuelos de aeronaves y el espectáculo con paracaidistas de cierre, además de desalentar la asistencia de público.
Parte de los actos tendrán el sabor de los mítines de Trump, incluida la actuación de uno de sus cantantes favoritos, Lee Greenwood, que entonará God Bless the USA, la melodía preferida por el republicano para entrar en escena en sus actos de partido.
Se prevé la participación de unos 6.600 soldados, 150 vehículos y 50 helicópteros, que seguirán una ruta desde cerca del Pentágono, en Arlington (Virginia), hasta la zona del National Mall. Se espera que los tanques provoquen destrozos en la avenida de la Constitución. Es tentador verlo como una metáfora.
El desfile de todas las guerras
El festival militar se extenderá durante todo el día con conciertos, competiciones y exposiciones por el National Mall. El desfile como tal está programado para las 18.30 horas de Washington, seis horas más en la España peninsular. Los aproximadamente 6.600 militares desfilarán con uniformes que representan todos los conflictos bélicos de Estados Unidos desde la Guerra de Independencia, que comenzó en 1775. Los grupos contarán con 60 soldados vestidos con trajes de época por cada guerra, seguidos por 400 soldados de la misma unidad con sus uniformes actuales. Por ejemplo, la Guerra Civil estará representada por la 4.ª División de Infantería del Ejército, con base en Fort Carson (Colorado), con 60 soldados vestidos con trajes históricos y 400 con los uniformes modernos.
Participarán 28 carros de combate M1 Abrams, que pesan más de 60 toneladas cada uno; 28 vehículos de combate Bradley con orugas; 28 vehículos blindados Stryker con ruedas, cuatro obuses autopropulsados M-109 Paladin con orugas y otra artillería remolcada.
Más de 50 helicópteros y aviones que representan diferentes guerras sobrevolarán la ciudad, haciendo juego con las unidades en tierra al pasar junto al presidente. Por ejemplo, cuando las unidades que desfilan con uniformes de la II Guerra Mundial pasen junto a Trump, se espera que un caza P-51 Mustang y un bombardero B-25 Mitchell sobrevuelen la zona. A medida que pasen las unidades que representan conflictos más recientes, aparecerán en el cielo helicópteros H-1 Huey, AH-1 Cobra, AH-64 Apache y CH-47 Chinook del ejército.
Al final del desfile, el equipo de paracaidistas Golden Knights del ejército saltará sobre la Casa Blanca y aterrizará cerca de Trump para entregarle una bandera doblada. Además, 250 nuevos reclutas o miembros del servicio que se reenganchan prestarán juramento al ejército ante Trump.
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