Trump describe las protestas de Los Ángeles como una “invasión extranjera” para justificar el envío de tropas
El presidente promete “liberar” la ciudad en un discurso partidista en el cuartel de Fort Bragg

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acudió este martes al cuartel de Fort Bragg, en Carolina del Norte, con motivo del 250º aniversario del Ejército de Estados Unidos. El presidente aprovechó su intervención ante los militares para describir como una “invasión extranjera” las protestas que están teniendo lugar los últimos días en Los Ángeles. Trump ha exagerado la gravedad de los hechos para dar otro paso en su deriva autoritaria, movilizando a unos 4.000 miembros de la Guardia Nacional y unos 700 marines. “No permitiremos que una ciudad estadounidense sea invadida y conquistada por un enemigo extranjero”, dijo, inventándose una guerra inexistente.
Presentándose como comandante en jefe y ante una audiencia militar, el presidente lanzó un mensaje partidista, atacando a las autoridades demócratas y defendiendo su agenda legislativa, en una intervención completamente alejada de cualquier carácter institucional. Como si fuera un mitin, jaleado por los soldados, defendió por ejemplo la exención fiscal a las propinas que prometió en campaña y propagó de nuevo el bulo de que le robaron las elecciones de 2020, una derrota que sigue sin aceptar.
" ¿Habéis oído hablar de que he desplegado miles de efectivos de la Guardia Nacional y cientos de marines para proteger a las fuerzas del orden federales de los ataques de una turba violenta y despiadada y de algunos radicales de izquierda?“, preguntó Trump a los soldados.
“Generaciones de héroes del ejército no derramaron su sangre en costas lejanas solo para ver cómo nuestro país es destruido por la invasión y la anarquía del tercer mundo aquí en casa, como está sucediendo en California. Como comandante en jefe, no permitiré que eso suceda”, afirmó, pese a que las protestas han estado muy localizadas, los daños a la propiedad han sido limitados y no hay ninguna víctima mortal.
“Lo que están presenciando en California es un ataque en toda regla contra la paz, el orden público y la soberanía nacional llevado a cabo por alborotadores que enarbolan banderas extranjeras con el objetivo de continuar la invasión extranjera de nuestro país. No vamos a permitir que eso suceda. Recuerden, se permitió la entrada a nuestro país a millones de personas sin ningún tipo de control ni investigación por parte de gente estúpida, radical de izquierda o enferma”, insistió el republicano en su hiperbólico mensaje.
Según Trump, la ciudad entera de Los Ángeles estaría ardiendo y reducida a sus cenizas si él no hubiera enviado a las tropas, pese a que las protestas han sido en su gran mayoría pacíficas, los incidentes violentos aislados y los guardias nacionales enviados apenas han tenido ningún papel. El gobernador de California, Gavin Newsom, sostiene que la movilización militar ha sido como echar gasolina al fuego.
Señaló también sin fundamento alguno que quienes participan en las protestas están a sueldo: “Estos tipos son profesionales. No son aficionados”, afirmó.
“Llevan [bombas de hormigón] a los puentes y las lanzan a los coches que pasan, como animales. Llevan con orgullo las banderas de otros países, pero no llevan la bandera estadounidense. Solo la queman”, describió. Muchos de los manifestantes ondean banderas de México. “No las quemaba gente de nuestro país ni gente que ama nuestro país. La gente que quemó la bandera estadounidense debería ir a la cárcel durante un año”, dijo, pese a que quemar la bandera está reconocido en Estados Unidos como un ejercicio de la libertad de expresión protegido por la Constitución.
“Los agitadores están lanzando bombas incendiarias, cócteles Molotov, incendiando vehículos”, continuó, poniendo el acento en cada uno de los incidentes violentos que se han producido.
El presidente insistió una y otra vez en el mensaje xenófobo que tan buen resultado le dio en las elecciones del 5 de noviembre de 2024, allanando su camino hacia la Casa Blanca. “Muchas de esas personas fueron traídas aquí por la administración Biden. Los trajeron aquí. Venían de prisiones. Venían de cárceles de todo el mundo. Venían de instituciones mentales. Eran líderes de pandillas. Eran capos de la droga. Se les permitió entrar en nuestro país. Sus países los echaron. Sus países los llevaron en autobús o en coche hasta nuestra frontera y les dijeron: ‘Entra y si vuelves, te mataremos”, dijo, repitiendo casi palabra por palabra la narrativa creada para sus mítines de campaña.
El presidente elogió a las fuerzas del orden que están interviniendo en Los Ángeles. “Son héroes. Están ahí, luchando por nosotros. Están deteniendo una invasión, igual que vosotros detendríais una invasión. La gran diferencia es que, la mayoría de las veces, cuando detenéis una invasión, los invasores llevan uniforme. En muchos sentidos, es más difícil cuando no llevan uniforme, porque no sabes exactamente quiénes son”, sostuvo.
El presidente no solo descalificó a su predecesor, Joe Biden; al gobernador de California, Gavin Newsom, y a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, a los que calificó de incompetentes, sino que atacó a la propia ciudad: “Los Ángeles ha pasado de ser una de las ciudades más limpias, seguras y bonitas del mundo a convertirse en un vertedero con barrios enteros bajo el control de bandas transnacionales y redes criminales. En pocas palabras, liberaremos Los Ángeles y la volveremos a convertir en una ciudad libre, limpia y segura”, proclamó con su habitual demagogia populista.
Su tesis es que la “inmigración incontrolada conduce al caos, la disfunción y el desorden” y que eso “está sucediendo también en muchos países de Europa”, según afirmó, asumiendo las tesis de la ultraderecha.
Militares confederados
Trump también aprovechó su discurso para anunciar que recuperará los nombres de las bases militares que habían sido renombradas en 2023 para eliminar los nombres que honraban a los líderes confederados. Su Gobierno ya lo ha hecho con Fort Benning y Fort Bragg, con la argucia de encontrar soldados condecorados que compartían los apellidos con los oficiales confederados que habían dado nombre originalmente a las bases.
Ahora, Trump parece seguir adelante sin complejos. “Como pequeña noticia de última hora, también vamos a restaurar los nombres de Fort Pickett, Fort Hood, Fort Gordon, Fort Rucker, Fort Polk, Fort A.P. Hill y Fort Robert E. Lee. Hemos ganado muchas batallas en esos fuertes. No es momento de cambiar. Y soy supersticioso. Me gusta mantener las cosas como están”, dijo.
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