Los cuarenta años de Eros Ramazzotti en la música dan para mucho: “Me gusta saber que se recordará que no solo hice canciones simples”

Cuarenta años de carrera profesional no definen a un músico, sino a muchos. Eros Ramazzotti (Cinecittà, Roma, 62 años) no es en 2025 el mismo cantante que era en 1982, cuando lanzó Ad un amico, un tema de registros jazzísticos que dedica a dos amigos fallecidos en la adolescencia, con versos como "il cielo si fa grande sopra di noi" [el cielo se hace grande encima de nosotros]. Tampoco es el mismo que en 2018 cantaba con el puertorriqueño Luis Fonsi los ritmos latinos de Por las calles las canciones en su álbum Hay vida. Con su última “producción” musical —él prefiere no hablar de disco—, Una historia importante, lanzada el pasado 21 de noviembre y que le llevará por una gira mundial en 2026 —también por España—, intenta reflejar sus cuatro décadas de carrera. Si eso es posible.

El cantante resume así todos los Eros de los últimos cuarenta años: “He envejecido un poquito, pero soy el mismo de siempre, o no estaría aquí, a la gente no puedes engañarla. Sigo siendo la persona del año 2000 y la de 1988, pero claro que tuve que adaptarme al 2000 y al 1988, y ahora al 2025. Cambiamos, pero seguimos siendo nosotros”, explica en una videollamada con EL PAÍS con motivo del lanzamiento. Con Una historia importante, editado en español e italiano y titulado con un guiño a la mítica canción que interpretó en San Remo en 1985, Ramazzotti no solo mira al pasado, sino hacia delante a través de ese anillo que sostiene en la portada del disco: “Estoy mirando hacia el futuro. Mi público es mi presente y mi futuro a nivel musical”, asegura.

“Es una mezcla con varios duetos de canciones mías, un poco más viejas, y otras nuevas”, sigue detallando su nueva producción. Para las colaboraciones, el italiano, acostumbrado a cantar con artistas de primera línea como Joe Cocker o Tina Turner, con quienes se subió a los escenarios en 1998, se ha rodeado de nuevo de grandes voces. En este disco, la ganadora de 17 premios Grammy Alicia Keys interpreta junto a él una de sus canciones más famosas, La aurora (1996); y su querido amigo Andrea Bocelli le acompaña a dúo en otro éxito de su carrera, Si bastasen un par de canciones (1990). “Alicia y yo empezamos a trabajar juntos porque somos uno fan del otro; fue ella la que me dijo que quería esa canción, quien la eligió”, desvela el artista, quien adelanta además que quizás haya más ocasiones de colaborar: “En el futuro haremos otras cosas. Mi idea es hacer más volúmenes de todo este proyecto, y entonces elegiré otras canciones importantes, porque aquí hay alguna, pero no son todas”.

Por pedir, Ramazzotti estaría encantado de que Lady Gaga y Rosalía las cantaran. De la primera, asegura que hay pocas artistas como la estadounidense: “Hay que invertir para tener música de verdad. Ella invierte en sus canciones y yo también lo hago”. Sobre Rosalía, se une al furor mundial por Lux: “Ha hecho algo que yo llevo años queriendo hacer y lo ha hecho muy bien. Además, ha sido algo muy complicado porque va de algo que es muy popular a algo muy difícil a nivel de escucha. En este mundo en el que la música se hace de aquella manera, ella ha tenido el coraje de hacer algo muy particular e importante. Ha hecho renacer el respeto por la música auténtica y los verdaderos músicos en un momento en el que se hacen discos con un ordenador y en dos o seis días”.

Sobre sus años de éxitos da fe su nutrido público español: quienes le siguen desde los ochenta y las generaciones posteriores, que han crecido escuchando sus canciones, asimilando casi sin darse cuenta la voz intensa de este italiano que les cantaba en español. El Ramazzotti de 2025 tampoco se ha olvidado de ellos: “El apellido de mi madre es Molina. En mi sangre corre algo de España, de América Latina, de vuestra forma de vida, de vuestra apertura, de vuestras ganas de vivir, de amar, de divertiros”, argumenta, antes de disculparse por no hablar bien el idioma —“lo canto mejor”, añade—. “Tengo una relación muy fuerte con todo lo que hay en España, sobre todo porque me ha permitido abrirme a América Latina”. Mientras que preparaba las etapas de la gira —parará en Barcelona el 2 de mayo y el 4 en Madrid— se dio cuenta de que las fechas disponibles en España eran muy limitadas: “Si no hubiera sido así, me habría quedado más tiempo aquí”, asegura.

A quienes le siguen desde siempre, les está más que agradecido: “Una historia importante no sería posible si no hubiera trabajado bien en el pasado, si no hubiera hecho tantas cosas buenas. La vieja guardia sigue siendo muy amplia, lo que me complace mucho". El cantante, que en los noventa ya cantaba aquello de “si bastasen dos simples canciones para unirnos a todos”, sabe que él tan solo puede “hacer canciones que sean buenas e intentar ahondar en el corazón de mi público. Es lo único que puede hacer un artista, cambiar el mundo le corresponde a los demás, a quienes lideran nuestros países”. Aun así, cree que su legado irá más allá de sus composiciones sobre el amor: “Lo veo ahora, que aún estoy vivo. He hecho muchas canciones sobre la sociedad, el día a día... Me gusta saber que se recordará que no solo hice canciones simples, entre comillas”.

El artista, cuya carrera empezó a despegar en San Remo en 1984 —el Benidorm Fest italiano, aunque con décadas de historia y prestigio—, también se moja hablando de Eurovisión y su papel en la geopolítica mundial: “Si han bloqueado a Rusia en el mundo, no veo porque no bloquean a Israel. Pienso que es algo erróneo, que no está bien. O estamos todos o no está nadie. Los que causan las guerras no son humanos”.