Meghan Markle le manda una carta a su padre, ingresado en Filipinas, con la ayuda de “contactos fiables y de confianza”

El padre de Meghan Markle, Thomas Markle ―con el que cortó lazos justo antes de su boda con el príncipe Enrique en 2018 ―, se sometió a una operación de urgencia la semana pasada en Filipinas. Le tuvieron que amputar el pie izquierdo y parte de la pierna por un coágulo de sangre que le cortó la circulación y le produjo una necrosis. Una semana después, la duquesa de Sussex ha logrado comunicarse con su padre, después de un intento fallido de enviarle un correo electrónico a una dirección que él ya no utiliza. El envío de la carta llega después de que el pasado domingo Thomas Markle rogara ver a su hija “una vez más antes de morir” y asegurara que ella no le había llamado después de su operación, según contó el Daily Mail, que publicó un vídeo suyo desde la cama del hospital. Dijo que soñaba también con ver a su yerno, el príncipe Enrique, y con conocer a sus nietos, Archie, de seis años, y Lilibet, de cuatro, “antes de que sea demasiado tarde”. Markle finalmente le ha escrito a través de una carta, porque, según su portavoz, no quería que la escuchara el reportero del periódico británico que ha permanecido informando todo este tiempo junto a la cama del hospital y violando los “claros límites éticos”.

El equipo de la duquesa de Sussex ha confirmado que su padre, quien se encuentra en el hospital en la isla filipina de Cebú, ya ha recibido la misiva, enviada desde California, donde ella y su marido se mudaron en 2020 tras abandonar sus deberes oficiales en la familia real británica. Ella no ha querido comunicarse por teléfono por temor a que la conversación fuera escuchada por los medios, ya que la semana pasada su padre concedió una entrevista —antes de su boda ya intentó vender fotos a los paparazis—. “Dado que un reportero del Daily Mail ha permanecido junto a la cama de su padre todo este tiempo, retransmitiendo cada interacción y vulnerando claros límites éticos, ha sido extremadamente difícil para la duquesa ponerse en contacto de forma privada con su padre, a pesar de sus esfuerzos en los últimos días”, asegura un portavoz, en unas declaraciones recogidas por la agencia Reuters. “Con el apoyo de contactos fiables y de confianza, su correspondencia está ahora de forma segura en sus manos”. El portavoz sí ha confirmado el envío, aunque por ahora nada se sabe del contenido de la carta. Por su parte, el Daily Mail Group “negó vehementemente” la acusación el miércoles, afirmando que era “demostrablemente falsa”.

No es la primera vez que Markle tiene un problema con la filtración de documentos privados que involucran a su propio padre. Su padre fue pillado intentando pactar la venta de unas fotos de la boda de su hija, a la que finalmente se dijo que no asistió a causa de una dolencia cardíaca. Un mes después de la ceremonia, concedió varias entrevistas, en las que aseguró que su hija se veía “aterrorizada, muy estirada” y con “una sonrisa falsa de pánico” el día de su unión con Enrique de Inglaterra. Ella le envió una carta en agosto de 2018, que unos meses más tarde él hizo pública en el periódico The Mail on Sunday. “Tus acciones han roto mi corazón en un millón de pedazos, no solo porque has fabricado un dolor innecesario e injustificado, sino por la elección de no contar la verdad cuando eres un títere en esto. Algo que nunca entenderé”, le decía. La duquesa presentó una denuncia contra el medio y, en 2021, un juez dictaminó que la carta era “personal, privada y no un asunto de legítimo interés público” y ganó la demandada. Además,

Desde entonces, Enrique de Inglaterra y Meghan Markle han emprendido numerosos casos contra organizaciones mediáticas, como parte de lo que el duque de Sussex describe como una misión por la verdad y la rendición de cuentas tras décadas de intrusión de la prensa en su vida. A principios del año que viene, está previsto que se inicie el juicio del príncipe Enrique, junto a otras seis personas (incluido el cantante Elton John), contra el editor de Daily Mail, por una presunta obtención ilegal de información que se remontaría a hace 30 años.