Así fue la visita secreta de los reyes Harald y Sonia de Noruega a Tenerife
Los reyes noruegos visitaron por primera vez la isla canaria en marzo para homenajear al explorador Thor Heyerdahl. Alicia Barroso, directora del parque Pirámides de Güímar, destaca su curiosidad por el lugar y su cercanía


La familia real de Noruega lleva meses sin protagonizar noticias positivas. A las polémicas familiares —el matrimonio de la princesa Marta Luisa de Noruega con el chamán, la detención y posterior puesta en libertad de Marius Borg, primogénito de Mette-Marit, y las constantes ausencias del rey Harald por motivos médicos— se suman los problemas de salud que atraviesan algunos de sus miembros y que perjudican al día a día de su agenda oficial. Fue en abril de 2024 cuando el monarca anunció que iba a reducir “de forma permanente” sus compromisos oficiales para no perjudicar la visibilidad de la monarquía. Pese a esa decisión, se niega a abdicar en favor de su hijo, el príncipe Haakon de Noruega, que al final es quien está ejerciendo de rey sin serlo. El rey apenas tiene citas en su agenda oficial, pero disfrutar de unas vacaciones sigue siendo su máxima prioridad.
El equipo de comunicación informa de sus ausencias, pero no del lugar al que viaja. En febrero de 2024 sí se conoció su visita a Malasia, pero en ese caso fue porque tuvo que ser hospitalizado al contraer una infección. Y este lunes, 2 de junio, se ha sabido que el pasado mes de marzo el matrimonio disfrutó de unas vacaciones en España. Concretamente, en Tenerife. Harald y Sonia de Noruega viajaron hasta la isla canaria en una visita privada en la que quisieron homenajear al explorador y científico noruego Thor Heyerdahl.
El 23 de marzo, Jacqueline Heyerdahl, viuda del explorador, y Alicia Barroso, directora del parque Pirámides de Güímar, recibieron a los reyes en este parque etnográfico y jardín botánico, situado a 26 kilómetros de Santa Cruz de Tenerife y que cada año visitan 80.000 personas. Hasta ahora esta visita se había mantenido en secreto por razones de seguridad, pero ahora se han hecho públicos detalles e imágenes. “Para los noruegos, Heyerdahl es el embajador número uno en el mundo entero. Falleció en 2002 y los últimos 10 años de su vida los vivió aquí en Tenerife y tenía una relación bastante cercana con los reyes de Noruega”, explica Barroso en conversación telefónica con EL PAÍS.

Este museo al aire libre se creó a principios de los años noventa para proteger unas estructuras en forma de pirámide escalonada que se descubrieron en Güímar. El primer científico que le dio cierta importancia a este hallazgo fue Heyerdahl, que había investigado otras pirámides por todo el mundo y que consideró que se trataba de unas estructuras de antiguas civilizaciones que, además, eran templos de adoración al sol. Aunque esta teoría todavía no está confirmada, están abiertos a seguir recaudando fondos para poder datar con exactitud cuándo fueron construidas. De ahí que el legado del explorador siga todavía vivo en la isla.
Esta era la primera vez que los reyes noruegos visitaban Tenerife, donde estuvieron varias semanas, según cuenta Barroso. “En el momento en el que estaban de vacaciones, algunos medios publicaron que se encontraban en el sur de España, pero no se sabía con exactitud dónde”, afirma la directora del parque. Aquí se reencontraron con la viuda de Thor, Jacqueline: “Hacía mucho que no se veían. Fue un momento muy bonito”.
La visita guiada, realizada personalmente por Barroso en inglés, duró más de dos horas. Tiempo en el que, según asegura, mostraron una gran curiosidad por el trabajo que el matrimonio realizó en Tenerife. Juntos acudieron a una zona del parque dedicada al explorador, donde hay un busto de él y donde la reina y su viuda colocaron una corona de flores. “Es una gente muy normal, hablando con toda la naturalidad y muy cercanos. Les vi perfectamente”, recuerda en la llamada. Y añade: “Él tiene problemas de movilidad y anda con dos muletas. Nos pidieron que les lleváramos sillas. Durante la visita guiada, cuando me paraba, les poníamos una silla para que se sentaran”. Barroso destaca además la vitalidad de Sonia de Noruega: “Estaba de aquí para allá, sacando las fotos con su propio móvil. Muy activa, recordando viajes que habían hecho juntos. Ella es una persona muy curiosa”. Un mes más tarde, la reina tuvo que ser hospitalizada por problemas respiratorios.

Cuatro días antes de su visita avisaron al parque y acudieron con un equipo de seguridad cedido por la Casa Real española. Un secreto que se mantuvo para el resto de los trabajadores del museo hasta el mismo día. Aún así, les dio tiempo a preparar una sorpresa para los reyes noruegos: “Les hicimos un regalo de una cerámica típica canaria, de unas cucharas que utilizaban los guanches. Y también un ramo de flores con los colores de la bandera de Noruega”. Posteriormente, los reyes enviaron una carta para agradecer y dar las gracias por la visita y por “mantener vivo el legado de Heyerdahl”.
Esos días se quedaron en el sur de la isla y antes de la visita disfrutaron de un almuerzo en Güímar. Y a la finalización del tour por el parque, pidieron consejo de qué ver en Tenerife. La reina Sonia también le envió una carta a la viuda sobre lo que le pareció Tenerife: “Resaltó los colores, los paisajes de contraste que había visto y que le habían impactado tanto. Dijo que Tenerife tenía mucho que ofrecer y que lo iban a recomendar”, se enorgullece Barroso.
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