Ingrid de Noruega toma una decisión de futuro que le aleja tres años de sus compromisos
La segunda en la línea de sucesión al trono nórdico comenzará en agosto una carrera universitaria en Sídney, a 15.000 kilómetros de Oslo. Mientras sigue abierto el caso abierto contra su hermano, la princesa se centrará en sus estudios a tiempo completo en Australia


La princesa Ingrid de Noruega comenzará el próximo mes de agosto una nueva etapa en su vida. Después de dar por concluido su paso por el Ejército en abril, donde ingresó en enero de 2024 como parte de su formación para ser reina del país nórdico, la casa real ha informado este lunes 26 de mayo de cuál es su siguiente paso educativo. A sus 21 años, la segunda en la línea de sucesión al trono comenzará la universidad. Pero no lo hará en Noruega ni en otro país europeo o en Estados Unidos —una de las elecciones favoritas para la realeza; la última de ellas en viajar a estudiar ha sido la princesa Isabel de Bélgica—. Ingrid de Noruega se trasladará a Australia para estudiar en Sídney.
Este verano comenzará una licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad de Sídney. En concreto, la princesa ha optado por especializarse en Relaciones Internacionales y Economía Política. Una carrera que tiene una duración de tres años, tiempo en el que vivirá en una residencia de estudiantes en el campus universitario. Además, se ha confirmado que será estudiante a tiempo completo y sus estudios serán su única prioridad. “Su Alteza Real está deseando dedicarse a sus estudios en los próximos años”, ha dicho el comunicado de la casa real. En otras palabras, los más de 15.000 kilómetros que separan Oslo de Sídney hacen muy complicado la posibilidad de que ejerza como un miembro en activo de la realeza noruega, pese a las dificultades a las que se enfrenta su familia desde hace meses.
Que Ingrid de Noruega se iba a marchar a estudiar al extranjero era algo que se podía intuir, pues tanto su padre, el príncipe Haakon, como su abuelo, el rey Harald, lo hicieron. En el caso del heredero al trono, primero estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Berkeley (California) y después hizo un máster en Estudios de Desarrollo en la London School of Economics and Political Science. Por su parte, el actual monarca noruego, tras completar el servicio militar obligatorio, se matriculó en Ciencias Sociales, Historia y Economía en Oxford, después de pasar una gran parte de su infancia en Maryland (EE UU) por la Segunda Guerra Mundial.

Al igual que ocurre en otras monarquías europeas, como en España, los herederos al trono combinan la formación militar con la universitaria. En el caso de Ingrid, pasó 15 meses como soldado ingeniero en la Brigada Nord del Ejército de Noruega. Una estancia que alargó por sorpresa y por voluntad propia, convirtiéndose en la primera en ampliar su entrenamiento militar. “He aprendido muchísimo desde que me uní. Es agotador tanto física como mentalmente, pero aprendes que juntos podemos lograr la mayoría de las cosas”, afirmó en una entrevista con el canal NTB el pasado mes de septiembre.
Su marcha a Australia deja en una situación comprometida a la casa real noruega, que no cuenta con un núcleo activo de miembros especialmente numeroso. Actualmente, es el príncipe heredero quien tiene un mayor peso en la agenda. Todo después de que el rey Harald decidiese reducir el número de compromisos al mínimo y ceder el testigo a su hijo pequeño y futuro rey del país nórdico por sus constantes achaques de salud. Tampoco están atravesando un buen momento ni la reina Sonia ni la princesa Mette-Marit. Ambas han protagonizado los últimos meses noticias por sus bajas médicas: la reina ha sido hospitalizada en dos ocasiones para implantarle un marcapasos y por problemas respiratorios; en el caso de la princesa, la fibrosis pulmonar que le fue diagnosticada hace años se ha agravado, impidiendo que pueda contar con una agenda muy amplia y que, además, se puede ver modificada por su salud.
Por su parte, la princesa Marta Luisa de Noruega no tiene agenda ni representa a la institución después de que decidiese renunciar a sus obligaciones reales por sus acuerdos comerciales y su matrimonio con el chamán Durek Verrett.
Tampoco el hijo pequeño de los príncipes herederos, Sverre Magnus, que este año cumple los 20 años, había dado ese paso al frente necesario en una familia que está en mínimos de representación. Pero este martes 27 de mayo se estrenará en su primer acto en solitario, participando en la recepción al equipo olímpico que participó en los Juegos de Invierno de Turín.

Pero este no es el único problema al que se enfrenta la familia real noruega. Muchos han sido los medios de comunicación que han entendido que este distanciamiento de Ingrid de su familia viene motivado por el proceso judicial en el que todavía está implicado su hermano mayor, Marius Borg —fruto de una relación anterior de Mette-Marit antes de conocer al príncipe Haakon—. La intención no sería otra que mantenerla al margen de lo sucedido y alejarle lo máximo posible hasta que las aguas se calmen. En agosto de 2024, Marius Borg fue detenido por primera vez tras agredir a la que era su pareja en ese momento. Un suceso que no quedó ahí. Poco tardaron en salir a denunciar nuevas víctimas, con acusaciones cada vez más graves que le llevaron incluso a ingresar en prisión. Desde noviembre, él ha mantenido un perfil bajo y apenas han vuelto a salir nuevas informaciones, pero todavía sigue muy presente todo lo sucedido. En cualquier caso, pese a criarse como uno más el primogénito de la princesa Mette-Marit nunca ha pertenecido a la corona, ni está en la línea de sucesión al trono, ni siquiera ha contado con agenda propia o ha presidido algún acto.
Ingrid de Noruega siempre se ha caracterizado por ser una de las royals más discretas de la realeza noruega; siempre ha mantenido un perfil alejado del foco, algo que parece quiere seguir haciendo durante los próximos tres años. Y más después de que su familia viviese una de las crisis de reputación más complicadas de su historia. Sea como sea, ella se tiene que formar para reinar, pese a que su padre todavía tiene que ascender al trono y sabe que le quedan previsiblemente muchos años para que llegue su turno.
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