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Greg Lambrecht: “Gracias al embarazo de mi mujer, creé el gran invento para tomar el vino en copas”

Es el inventor de Coravin, que permite extraer con una aguja una porción de líquido de una botella sin dañar el resto. Lleva vendidas 1,85 millones de unidades en el mundo

Greg Lambrecht vinos
Paz Álvarez

Físico, inventor y amante del vino. Así se define el neoyorquino Greg Lambrecht, creador de Coravin, el sistema que ha transformado la forma de servir vino en todo el mundo, favoreciendo el consumo por copas, ya que permite servirlo sin quitar el corcho. De esta manera, se preserva el resto de la botella mediante una innovadora tecnología que utiliza gas argón, evitando la oxidación del vino restante. Estudió Ingeniería en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), donde se formó en Física aplicada y Tecnología biomédica, y ha pasado tres décadas de su vida trabajando en la intersección entre la ciencia y la vida cotidiana. Cuando su mujer estaba embarazada, diseñó un dispositivo que le permitiera disfrutar de una copa de cualquier vino y de cualquier botella sin tener remordimientos porque el resto se fuera a perder. Habla con EL PAÍS con motivo de su reciente visita a España para promover la cultura del vino.

Pregunta. Su invento nació en el garaje de su casa, cuando su esposa estaba embarazada.

Respuesta. Sí. Fue un momento muy especial. Mi mujer estaba embarazada y yo quería disfrutar una copa de vino sin tener que abrir una botella entera. En aquel momento, abrir una botella implicaba tener que terminarla pronto o ver cómo se estropeaba. Con mi experiencia diseñando agujas para cirugía mínimamente invasiva, pensé: ¿y si pudiera extraer el vino sin quitar el corcho? El primer prototipo lo construí en el garaje de casa. Así empezó todo. Gracias al embarazo de mi mujer, creé el gran invento para tomar el vino en copas.

P. ¿A todo ello le ha ayudado su formación como físico?

R. Absolutamente. Me ha enseñado a observar con atención, a respetar la integridad del vino y a buscar soluciones con precisión. Durante años trabajé en el desarrollo de dispositivos quirúrgicos diseñados para causar el mínimo daño posible, y eso fue clave para crear un sistema que permitiera acceder al vino sin alterar su evolución. Además, mi experiencia en ensayos clínicos a ciegas me permitió validar que el sistema no afectaba al vino restante en la botella. Esa combinación de ciencia y sensibilidad ha guiado todo el proceso.

P. ¿Recuerda su primer contacto con el vino?

R. Sí, y con mucha claridad. Fue en un viaje a Napa (California), cuando era joven. Mis amigos y yo terminamos en la bodega Peju Winery, y fue el propio Tony Peju quien me sirvió mi primera copa. Me quedé completamente fascinado. Desde ese momento, el vino dejó de ser una bebida y se convirtió en una pasión profunda.

P. ¿Por qué eligió el nombre Coravin?

R. Siempre me ha gustado el latín. Cor significa corazón y vin es la raíz de vino. Para mí, este proyecto representa justo eso: llegar al corazón del vino, sin modificarlo, sin imponerle nada. Solo permitir que se exprese en su totalidad.

P. ¿Cuántos dispositivos ha vendido desde que lanzó el sistema?

R. Hasta la fecha, hemos vendido más de 1,85 millones de unidades en todo el mundo. Estamos presentes en más de 60 países y, cada segundo, en algún lugar del mundo, alguien está sirviendo una copa con nuestro sistema. Es algo que todavía me impresiona.

Greg Lambrecht, creador de Coravin, vende sus dispositivos en 60 países.

P. ¿Cuál diría que es el secreto de su éxito?

R. El secreto es que no se trata solo de preservar el vino, sino de acceder a él de forma respetuosa. Gracias a un gas inerte, sin oxígeno, podemos extraer una copa sin que el vino restante sufra alteración. Eso permite a los consumidores y a los profesionales disfrutar de una botella durante semanas, meses o incluso años. No se trata de beber más, sino de beber mejor, con libertad.

P. Ahora ha lanzado una versión para espumosos. ¿De verdad hay gente que toma solo una copa de vino espumoso?

R. Cada vez más. El sistema para espumosos utiliza un cargador de CO₂ y un tapón universal que mantiene las burbujas y el sabor durante al menos cuatro semanas. En casa tengo abiertas seis botellas distintas de espumoso y voy eligiendo según el día o la comida. Es una forma más relajada y personal de disfrutar. Además, en hostelería permite ampliar la carta de copas con champanes y espumosos premium sin miedo al desperdicio.

P. El sistema está presente en muchos restaurantes de alta gama. ¿Ha cambiado la forma en que se sirve el vino?

R. Por completo. Antes era impensable ofrecer vinos de alto nivel por copas sin riesgo de pérdida. Ahora los restaurantes pueden diseñar experiencias más ricas, maridar con precisión o incluso dejar que el cliente elija según su estado de ánimo. Pero no es algo limitado a la alta cocina: también muchos restaurantes tradicionales están aprovechando este sistema para ampliar su oferta, reducir mermas y acercar el vino de calidad a más personas.

P. ¿Fue difícil introducir el producto en el mercado?

R. Mucho. No bastaba con inventar un dispositivo; teníamos que demostrar su eficacia. Por eso hicimos muchas catas a ciegas con sumilleres, bodegueros y expertos. Cuando comprobaban que no podían distinguir entre una botella recién abierta y otra accedida con nuestro sistema, la confianza llegaba sola. Y muchos de ellos se convirtieron en nuestros primeros aliados.

P. ¿Ha desarrollado otras innovaciones además del sistema original?

R. Sí. Recientemente, hemos presentado Vinitas®, un dispositivo de fraccionamiento de botellas en dosis individuales que permite conservar el vino hasta 12 meses. Es una solución pensada para profesionales, formadores o distribuidores que trabajan con muestras o en educación. En el ámbito médico tengo más de 100 patentes registradas, relacionadas con cirugía ortopédica, neurocirugía, ginecología, cardiología y tratamientos contra el cáncer. La innovación siempre ha sido parte de mi vida. Es un privilegio poder aplicar la creatividad tanto en medicina como en el mundo del vino. En ambos casos, el objetivo es el mismo: resolver problemas que mejoren la vida de las personas.

P. ¿A qué se dedicaba antes de fundar esta empresa?

R. Sigo siendo fundador y director ejecutivo de Intrinsic Therapeutics, una empresa especializada en tecnología médica. Mi trabajo siempre ha estado enfocado en desarrollar soluciones mínimamente invasivas para mejorar la calidad de vida. Aunque el mundo del vino parece muy diferente, comparten una esencia: crear herramientas que respeten y potencien lo mejor del producto, sea el cuerpo humano o una botella de vino.

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Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.
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