Jordi y Omar se despidieron antes de asfixiarse en el megaincendio de Lleida: “Mi hermano dijo que se quemaba; quedaron atrapados”
El incendio de Torrefeta i Florejacs acaba con 5.577 hectáreas de terreno agrícola


El empresario agrícola Jordi Esteve, de 32 años, y uno de sus trabajadores, Omar Fabián Agudelo, de 45, son las dos víctimas mortales que ha dejado el incendio en la zona agrícola de Torrefeta i Florejacs (Lleida). Una mezcla de calor infernal, viento y campos resecos provocó un megaincendio que desbordó por completo a los bomberos y segó ambas vidas. Todo apunta a que Esteve fue a socorrer al trabajador, inmigrante de origen colombiano, que se había quedado en una de las granjas cuando se declaró el fuego. Regresando al municipio de Agramunt ambos quedaron atrapados por el humo y murieron asfixiados. “Llamó por teléfono despidiéndose, diciendo que no podía respirar y enviando la ubicación donde estaba”, explicaba este miércoles conmocionado Camilo López, primo de Agudelo.
El primer gran incendio del verano en Cataluña se encuentra estabilizado este miércoles después de haber arrasado 5.577 hectáreas, básicamente zonas agrícolas. No es la primera vez que el fuego destruye esta parte de la Cataluña vaciada. En 2009, un incendio similar que, como este, también se originó al incendiarse maquinaria agrícola, destruyó varios campos de cereal. Coscó es la localidad donde hallaron los cuerpos de los dos fallecidos. Se trata de un núcleo rural de menos de 20 habitantes donde cada vecino dispone de una llave para acceder a su pequeña piscina municipal. “El martes, el humo del incendio de Torrefeta i Florejacs parecía lejano hasta que, minutos antes de las 21.30, cambió la dirección y se nos vino encima”, recuerda Núria Sexmilo, vecina de Coscó.
Joan Carles, otro de los habitantes de este núcleo rural, viendo que el fuego se acercaba a sus colmenas, arrancó el coche sin pensarlo mucho y se adentró por una finca forestal al rescate de sus abejas. “El coche del Jordi Esteve está aquí en mitad de un camino. No hay nadie dentro y está con las llaves puestas, embarrancado en un margen y encendido”, avisó por el grupo de WhatsApp de Coscó. Llamó al 112. Los Bomberos localizaron cuerpos sin vida de Esteve y Agudelo varios metros más allá del vehículo. Murieron intoxicados por el humo. Las llamas no llegaron al punto donde se encontraban los cadáveres, tampoco al vehículo que este miércoles estaba intacto, precintado por los Mossos, en el punto donde Esteve lo abandonó.

Dos jóvenes se acercaron a las 14.00 de este miércoles, con un Land Rover verde, hasta el punto donde quedó el vehículo de Esteve. Se identificaron como hermanos de Jordi. “Es muy grave todo lo que ha pasado. Mi hermano vino a buscar a su trabajador que estaba en la granja y quedaron atrapados. Llamó al 112, nos llamó a nosotros. Dijo que se quemaba y ahora está muerto”, relata entre lágrimas uno de los jóvenes.
Jordi Esteve acababa de heredar el negocio agropecuario de su padre. Es una empresa que tiene cerdos, caballos y vacas y una tienda de jamones en Agramunt (Lleida), bautizada hace décadas como El Porquero. De hecho, a la familia de empresarios se les conoce como El Porquero. Todo apunta a que Esteve fue a socorrer al trabajador que se había quedado en una de las granjas cuando se declaró el incendio. Regresando a Agramunt, quedaron atrapados por el humo.

Precisamente, en Agramunt, se han concentrado este miércoles, a mediodía, un centenar de vecinos para rendir homenaje a las víctimas. Entre ellos se encontraba el president de la Generalitat, Salvador Illa, y la consejera de Interior, Núria Parlon. La alcaldesa de Agramunt, Sílvia Fernàndez, ha recordado que los “dos vecinos eran muy conocidos” en el municipio. “Estamos desolados y muy conmovidos”, ha lamentado. El Consistorio ha decretado dos días de duelo.
Camilo López, primo de Agudelo, estaba presente en el minuto de silencio. Agudelo tenía una hija de poco más de un año. “Llamó por teléfono despidiéndose, diciendo que no podía respirar y enviando la ubicación donde estaba”, ha relatado López. La familia fue directa al lugar. Los Bomberos no dejaron que pasaran al lugar donde encontraron los cuerpos. Protección civil ha prohibido este miércoles a la población acercarse al perímetro del incendio hasta que las autoridades lo den por extinguido. Todo apunta a que el incendio se originó después de que una cosechadora provocara una chispa. El fuego obligó a confinar a 14.000 personas de los municipios de Artesa de Segre, Ponts, Agramunt, Guissona, Oliola, Sanaüja y Torrefeta, además de Cabanabona y Vilalta.

Vilamajor es una población de Cabanabona donde solo vive Neus Mangues junto a su esposo Rosend Pons y sus hijos de cinco y ocho años. “Cuando comenzó el incendio, estaba con mis hijos en las piscinas de Guissona. Ahora, estamos en shock”, asegura Mangues, mientras contempla los miles de hectáreas quemadas alrededor de su casa. Pons, al ver las llamas, recogió una cuba de purines y los esparció por todo el perímetro de la población. “Era la única manera que se me ocurrió. Lo hice también en el incendio de 2009 y las dos veces he conseguido que el fuego no entre en las casas”, explica.

Lluïsa Comelles tiene 92 años y estaba en sola en su casa de Guardiola cuando se vio rodeada por el fuego. “Mis hijos no estaban. Me metí en la habitación de abajo. Cuando llegaron, la casa estaba llena de humo. He pasado muchísimo miedo”, lamenta todavía temblando. Marina Pampalona es la nieta de Comelles y este miércoles no se podía creer cómo había quedado todo. “El fuego ha arrasado el parque infantil y casi la caseta de nuestro perro Roni”, cuenta, contenta de que el can haya sobrevivido.
Donde la situación se complicó fue en la residencia geriátrica Cal Tomeu de Cabanabona, donde viven 50 ancianos: las llamas casi llegaron a tocar las puertas del centro. “La situación fue más grave que en 2009. Nos llegó el fuego a las 19.00. Tenemos un tanque de gas aquí al lado. Tuvimos que gestionar, regando, con mucho humo y angustia. Tuvimos muchísimo miedo”, recuerda Llorenç Torra, director del centro.
El incendio ya ha arrasado 5.577 hectáreas y los bomberos de la Generalitat calculan que trabajarán durante toda la noche en la extinción del fuego.
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