Los vendedores del Bernabéu denuncian al Ayuntamiento de Madrid por el traslado de sus puestos históricos
Un total de 87 familias, que durante décadas han desarrollado su actividad comercial alrededor del estadio, aseguran sufrir problemas financieros como consecuencia de los desplazamientos realizados con el pretexto de las obras


Los vendedores ambulantes del Santiago Bernabéu, famosos por teñir las calles de blanco con sus puestos llenos de bufandas y camisetas del Real Madrid, presentan este lunes una denuncia ante los tribunales contra el Ayuntamiento de la ciudad tras el traslado de sus puestos a nuevas ubicaciones que consideran económicamente inviables. Un total de 87 familias, que durante décadas han desarrollado su actividad comercial alrededor del estadio, aseguran atravesar problemas financieros como consecuencia de los continuos desplazamientos realizados por el consistorio con el pretexto de las obras que rodean al recinto deportivo.
Según el colectivo, la reubicación no solo los ha desplazado a lugares con baja afluencia de público, sino que además los ha dejado en una situación de clara desventaja frente a otros comerciantes que han recibido un trato más favorable. Esta demanda es la segunda que realizan, después de interponer otra el pasado jueves, que se tramitó con el bufete de abogados AUREN en representación de los vendedores de la conocida como “explanada Castellana”, dado que no pueden montar los puestos en su zona habitual por la cesión de la superficie con explotación comercial al Real Madrid para construir dos aparcamientos, tras ganar un concurso público del Ayuntamiento de la capital.
Pero el Tribunal Superior de Justicia autonómico tumbó la iniciativa de los parkings, según se conoció el 20 de octubre. Este proyecto era uno de los motivos que el Ayuntamiento esgrimía para hacer los traslados, junto a las obras de otras calles. La denuncia de este lunes la han llevado a cabo los servicios jurídicos de la Asociación Profesional de Vendedores Ambulantes y Ferias de la Comunidad de Madrid.
Mientras, este martes abrirá sus puertas Bernabéu Market, un proyecto localizado en el estadio donde habrá restaurantes y tiendas gourmet especializadas, entre otros servicios. El grupo gallego Amicalia, a través de su filial Restanima, ha sido el encargado de desarrollar este proyecto que parte de una concesión de 10 años con el Real Madrid y que ha supuesto una inversión inicial de ocho millones de euros. El mercado, al que se accederá por la Plaza de los Sagrados Corazones, dispone de una superficie de 3.000 metros cuadrados y abrirá los siete días de la semana.
“Lo veo fenomenal, pero parece que nosotros no podemos estar cerca. Seguramente en este proyecto saquen mesas y sillas fuera los días de partido. Creo que cabemos todos. Nosotros solo venimos 40 días al año como mucho. No es culpa del Real Madrid, sino del Ayuntamiento” explica Marta García, una de las vendedoras afectadas, tras aclarar que ella y sus compañeros cuentan con el apoyo de peñas y aficionados, aunque el club se mantiene neutral en este conflicto. También entre el 24 y el 31 de diciembre tendrá lugar Mavidad Bernabéu, un parque temático navideño en el estadio del Real Madrid.
“A nosotros en julio nos correspondía por ley una prórroga de 15 años en la misma ubicación y condiciones de antes. La Junta Municipal de Chamartín nos ha renovado, pero ha movido los 87 puestos de sitio. Algunos se han tenido que alejar más de 500 metros del estadio”, explica García. “Cuando vas a la playa, o te tomas el helado en la toalla viendo el mar o no lo haces. Pues esto es lo mismo, necesitamos estar cerca del Bernabéu, es la emoción de la gente cuando entra y sale del recinto la que les impulsa a llevarse una bufanda o un refresco, no van a ir en nuestra búsqueda”, expresa.
Asegura que llevan más de seis meses solicitando reuniones a la Junta Municipal de Chamartín y a la concejala popular Yolanda Estrada. “Solo conseguimos una en febrero, nos prometió que en marzo se celebraría otra y no fue así”, comenta. En su caso, permanece en la calle Rafael Salgado, aunque en otra ubicación. “Soy de las menos afectadas, los de Plaza de Lima están mucho peor, pero ya sufrí mucho cuando hicieron obras en esta calle”, explica.
Desde marzo de 2024 hasta abril de este año dejó de montar su puesto. “Me desplazaron a 300 metros del Bernabéu. Abrí el primer día, hice una caja de 60 euros, cuando antes hacía 1.300 en un partido y decidí cerrar”, recuerda tras aclarar que las obras terminaron en octubre del año pasado, pero hasta seis meses después no le permitieron volver a donde estaba. “Nos decían que si faltaba el informe de un semáforo, que si estaban pendientes de una señal de tráfico... Hasta que colocaron un carrito de los helados y nosotros dijimos que si este estaba, nuestras bufandas también”, cuenta.
Explica que en la mayoría de los traslados fueron avisados con un margen de 24 horas y por escrito. “No tenemos ni una denuncia, ni por parte de los vecinos, ni de la Policía Municipal. Todos los informes son favorables, tanto de Protección Civil como de los bomberos”, asegura tras aclarar que sus productos son oficiales y que sus puestos no interfieren en la evacuación del estadio ni en otras cuestiones de seguridad.
García compagina su trabajo de vendedora ambulante con otro puesto de comercial, pero insiste en que “muchas familias comen del Real Madrid y llevan toda la vida haciendo esto”. No solo salen perjudicados los que venden artículos promocionales del club, también los que tienen puestos de bebidas y frutos secos. “Si les cuestan 60 euros los sacos de hielo para mantener frías las consumiciones y hacen 120 euros de caja, pasan de abrir”, comenta la mujer.
Explica que a sus compañeros de la calle Concha Espina los han desplazado por el asfaltado de la vía. “Se aprobó por Junta de Gobierno el 24 de julio, salió el periodo de alegaciones en agosto, todavía ni siquiera está aprobado por el Ayuntamiento de Madrid y mis compañeros están sin trabajar, cuando los quioscos y las terrazas de los bares permanecen en el mismo sitio e, incluso, amplían sus mesas si hay partido. Nos discriminan”, denuncia García.
Ubicaciones provisionales
Desde el 30 de julio todos los vendedores están en ubicaciones provisionales. “Es esta temporalidad la que nos deja indefensos porque se agarran a que es una medida transitoria, pero no recibimos noticias ni vemos avances. Todavía no hay ni una sola valla para las obras de la calle Concha Espina”, comenta la mujer, que lleva 36 años detrás del mostrador ambulante y ha sido desplazada por segunda vez desde el primer partido de liga. “Es sin duda el momento laboral más duro que he vivido”, comenta.
También el de Conchi Martín, cuyo padre comenzó con una maleta en el metro hace 60 años a vender pañuelos hechos por él con el escudo del Real Madrid en purpurina. “Años más tarde, consiguió un puesto de madera al lado del estadio con el que ya encargaba gorras serigrafiadas de estilo chulapo y bufandas de lana. Ahí ya iba yo con él con 7 años”, comenta la mujer.
Vivió la modificación de la caseta, ahora de hierro, y fue testigo del crecimiento del negocio y el producto. Tanto, que ella y sus tres hermanos decidieron seguir la profesión de su padre con varios puestos en la explanada Castellana. “Llevamos tres años afectados. Mi hermana ya no monta y yo si juega el Atlético de Madrid, me voy al Estadio Metropolitano porque gano más”, comenta. Asegura sufrir unas pérdidas del 80% en su caseta, cada vez más alejada del Bernabéu.
“Llevamos años soportando restricciones por las obras y ahora nos enfrentamos a la ruina”, denuncian los vendedores en un comunicado. Han solicitado medidas cautelares para paliar sus pérdidas económicas y esperan volver lo antes posible a sus ubicaciones históricas para seguir siendo, a su juicio, un símbolo del madridismo y del ambiente de cada encuentro deportivo. Martín confía en la justicia: “Tengo esperanza de que este partido no esté perdido”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma































































