Profesores y familias salen a las calles de Madrid contra la censura escolar sobre Gaza: “No nos van a callar”
Una de las múltiples concentraciones de este viernes homenajea en La Latina a Serigne Mbaye, integrante de la flotilla, y critica al Ejecutivo autonómico: “Los estudiantes tienen que tener su propia opinión, no la de Isabel Díaz Ayuso”


Frente al Colegio público Nuestra Señora de la Paloma, la plaza de los Carros, en el barrio madrileño de La Latina, se llena de familias y profesores que secundan los paros educativos convocados en la Comunidad de Madrid este viernes para denunciar la censura del apoyo a Gaza en las aulas. El lugar del encuentro responde a un gesto de solidaridad con Serigne Mbaye, reconocido activista antirracista en Lavapiés y coportavoz del Sindicato de Manteros, al que los vecinos del distrito Centro han querido hacer un homenaje por haberse embarcado en la flotilla, interceptada el miércoles por el Estado de Israel, dado que su familia todavía no sabe nada de él ni de sus compañeros, también reconocidos en esta concentración.
Los paros responden “al derecho a denunciar el genocidio en Palestina” en los centros educativos madrileños, después de que este diario revelase la prohibición de cualquier acto relacionado con Gaza en varios colegios de esta comunidad. Los convocantes son los sindicatos CC OO, CGT, STEM, UGT, CNT, Comisiones de Base, Solidaridad Obrera y Alternativa Sindical de Clase. Bajo el lema “Educación contra la barbarie. Libertad para enseñar, libertad para aprender”, los protestantes paran su actividad laboral en la capital de 11.30 a 13.30 y de 17.00 a 19.00.
Fue la Federación de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos quien respaldó la concentración en la plaza de los Carros, organizada por la Asociación de Familias del Alumnado del Colegio Nuestra Señora de la Paloma, a la que han acudido docentes de esta escuela, pero también de los centros educativos aledaños como los colegios Vázquez de Mella, San Idelfonso, Isabel La Católica, Antonio Moreno Rosales y el Instituto San Isidro.
La pareja de Mbaye, que prefiere mantenerse en el anonimato para proteger la privacidad de su familia, se muestra agradecida por el apoyo. “Él siempre ha estado muy sensibilizado con la masacre de la población palestina y cuando vio que se organizaba una flotilla sintió que no podía quedarse en casa”, cuenta. El último viernes de agosto partió hacia Barcelona para poner rumbo a Gaza. “Hablábamos todos los días, con conversaciones muy breves e intermitentes porque no tenían mucha cobertura. Nos enviaba vídeos y nos decía que la travesía era dura, pero que estaban muy unidos y eso les daba fuerza”, cuenta la mujer.
La última vez que mantuvo contacto con él fue el miércoles. “Me llamó para decirme que el asalto era inminente, escuché el ruido de una campana y se cortó la comunicación”, comenta. No sabe nada de su estado actual, trata de estar tranquila y no mirar las redes sociales para evitar angustiarse, aunque le resulta difícil. “Hay mucha gente apoyándoles en cuerpo y alma”, repite para convencerse de que está bien.
Cuenta que durante muchos años Mbaye ejerció de pescador, también cuidó a personas mayores, fue diputado por Podemos en la Asamblea de Madrid y ahora trabaja en su restaurante. “En el barco estaba haciendo labores de cocinero”, comenta la mujer tras recordar que llegó a España desde Senegal en 2005, aunque ella lo conoció en 2011. “Sé que pronto volverá a casa”, expresa.
Mientras, Isabel Galvín, profesora de Lengua y Literatura en el Instituto San Isidro, se emociona durante el paro. “Esta concentración defiende la libertad de cátedra y de enseñanza que pretende reprimir el Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso, quiere vulnerar la autonomía de los centros”, cuenta la docente, integrante de Marea Palestina: educación contra el genocidio, entidad que motivó el encierro de un centenar de profesores en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
“Me escandaliza que la Consejería de Educación no conozca los currículos que aprueba, donde se dice con toda claridad que en los centros educativos de secundaria hay que estudiar el derecho internacional, los conflictos bélicos y los genocidios. Estamos en una situación inaudita y los alumnos tienen que saber cuál es la legalidad internacional vigente”, defiende.

Su centro participa en “los martes palestinos”, espacio en los que se realizan acciones de denuncia semanales. Asegura que sus alumnos están preocupados. “Son seres humanos a los que también les inquieta lo que pasa a su alrededor y los profesores, que velamos por la infancia, no podemos mirar para otro lado. Los niños me han dado las gracias en clase por parar este viernes”, cuenta. No entiende que la Comunidad de Madrid fomentase el apoyo a Ucrania en los colegios, pero no la solidaridad con Gaza. “Los estudiantes tienen que tener su propia opinión, no la de Isabel Díaz Ayuso”, espeta.
Los sindicatos cifran en más de un 37,6% el seguimiento del paro educativo de este viernes por “el derecho a denunciar el genocidio en Palestina” en los centros madrileños, mientras que desde el Gobierno autonómico rebajan este índice hasta el 9,8%.
Espíritu crítico
Borja Peinado, profesor y secretario del Colegio Nuestra Señora de La Paloma, donde el paro de los docentes fue del 100%, también participa en la concentración. “Secundamos los paros para que la educación se sume contra la barbarie. Los profesores, los estudiantes y las familias continuaremos con el apoyo a Gaza”, asegura tras explicar que el alumnado debe recibir la información acorde a su nivel para que tome conciencia de lo que pasa a su alrededor con el ánimo de fomentar el espíritu crítico. “No nos podemos poner de lado ante lo que está pasando, nos arrepentiremos si lo hacemos”, opina. Insiste en que los derechos humanos y la paz son contenidos transversales en la educación.
Con él coincide Antonio Domínguez, docente en el Instituto San Isidro. “Me parece una obligación mostrar la indignación y el desacuerdo político con lo que está pasando. Algunos se autoproclaman defensores de la libertad, pero en realidad solo son líderes de la extrema derecha”, critica.
Los padres también quieren alzar la voz. Daniel Méndez, presidente de la Asociación de Familias del Colegio Nuestra Señora de La Paloma, se siente orgulloso de apoyar al profesorado: “No nos van a callar, esto nos da más motivos para alzar la voz. Educar no solo es enseñar matemáticas”.

La de la plaza de los Carros solo es una de las concentraciones que tienen lugar este viernes en Madrid. En institutos de Aluche, Oporto, Usera, Moratalaz, San Blas, Vallecas, Parla, Getafe, Aranjuez, Rivas Vaciamadrid, Colmenar Viejo, El Escorial o San Agustín de Guadalix los docentes y las familias también han salido a la calle.
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