Una nueva flotilla de 11 barcos navega desde Italia rumbo a Gaza y espera llegar en dos días
El Gobierno de Meloni afronta una huelga general en protesta por el asalto israelí a la expedición humanitaria. Netanyahu libera a los cuatro diputados italianos de la misión, que regresan este viernes a casa

Italia vuelve a pararse este viernes en una huelga general en solidaridad con Gaza, tras la realizada el pasado 22 de septiembre. Esta segunda, que no ha sido autorizada oficialmente, ha sido convocada en protesta por el asalto de Israel a la flotilla humanitaria Global Sumud, que se produjo en la noche del pasado miércoles. Pero, al mismo tiempo, las iniciativas no se detienen: una nueva flotilla de 11 naves, que ha ido zarpando en los últimos días y se está reuniendo en Creta, está ya rumbo a Gaza. Según los medios italianos, prevé llegar a las inmediaciones de la Franja en dos días.
Es un proyecto conjunto con 250 pasajeros de 25 países de las organizaciones Flotilla de la Libertad y Thousand Madleen. Transporta 18 toneladas de ayuda humanitaria y en ella van, entre otros, médicos y periodistas. Es la segunda misión que parte hacia Gaza después de que Israel interceptara la Global Sumud, pues otra expedición aún más numerosa salió el jueves de Turquía con 45 embarcaciones.
Desde Otranto (Italia), los dos primeros barcos, uno de ellos de bandera francesa, partieron el 25 de septiembre. Dos días después lo hicieron ocho más desde Catania. Por último, el martes de esta semana zarpó de nuevo desde Otranto el buque más grande y símbolo de la iniciativa, el Conscience, de 68 metros y 1.029 toneladas. Es propiedad de la Mavi Marmara Foundation, una organización que nació con las indemnizaciones que tuvo que pagar Israel tras el asalto a la nave turca del mismo nombre que en 2010 ya intentó romper el bloqueo de Gaza con ayuda humanitaria. En aquel asalto, los soldados israelíes mataron a diez personas que iban a bordo de la embarcación. El pasado 2 de mayo el Conscience fue atacado por drones en la costa de Malta, y ahora ha vuelto a hacerse a la mar tras haber sido reparado.
En cuanto a la suerte de los 36 activistas italianos de la flotilla detenidos por Israel el miércoles, el Gobierno de Giorgia Meloni ha anunciado este viernes que los cuatro parlamentarios de la oposición que viajaban en la expedición ya han sido liberados y están en el aeropuerto de Tel Aviv, para viajar hoy mismo de regreso a Italia. Se trata de Marco Croatti, Annalisa Corrado, Arturo Scotto y Benedetta Scuderi. El ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, había mantenido varios contactos con su homólogo israelí, Gideon Saar, solicitando su liberación inmediata.
Convocatoria no autorizada
Entretanto, este viernes en Italia la tensión política es alta con la huelga general en marcha, porque no ha sido autorizada. Incumple las normas para organizar este tipo de paros, que necesitan diez días de aviso previo. Aun así, ya era imparable. Había recibido la víspera una adhesión general de la oposición y el mundo sindical. Este viernes, tras una nueva noche de protestas contra Israel en todo el país ―solo en Roma hubo 50.000 personas frente al Coliseo―, el país ha amanecido con la perspectiva de un bloqueo general de transportes, sanidad y educación. Se esperan manifestaciones en 100 ciudades.
En un marco general, la huelga es un escenario más del enfrentamiento entre el Ejecutivo de derecha de Meloni y la oposición. Para la primera ministra, los miembros de la flotilla eran unos “irresponsables”, han actuado en realidad para atacar a su Gobierno, no les importan los palestinos y quien ahora se suma a la huelga general lo hace para tener “un fin de semana largo”. También el líder ultraderechista de la Liga y vicepresidente del Gobierno, Matteo Salvini, ha advertido, en referencia a los incidentes que se registraron en la huelga del pasado 22 de septiembre en la estación central de Milán: “Si prevalece la arrogancia y la violencia, sabremos cómo reaccionar”.
“Las plazas italianas estarán llenas a rebosar”, ha replicado Maurizio Landini, secretario general de CGIL, primer sindicato italiano, que ha pedido a Meloni respeto: “Un nivel tan bajo sinceramente no me lo esperaba”, ha dicho. El carismático líder sindical, del que se rumorea desde hace tiempo que podría dar el salto a la política como candidato de la izquierda, cree que “un Gobierno inteligente debería estar orgulloso de estas manifestaciones que defienden la humanidad y la solidaridad”. Para Landini, la huelga “demuestra la voluntad de las buenas personas que quieren parar un genocidio”. También la líder de la oposición, Elly Schlein, secretaria general del Partido Democrático (PD), ha criticado a Meloni: “No se le ocurra tocar la huelga, estamos de la parte de los trabajadores”.
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