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Las listas de espera médicas de Madrid aumentan un 64% desde que Ayuso es presidenta

Los ciudadanos tardan casi una semana más en ser operados que en 2019, 20 días más en que les hagan pruebas diagnósticas y un mes más en pasar por la consulta de un especialista

Listas de espera médicas de Madrid

Arturo García Mercado, residente en el sur de la capital de 45 años, ha sobrevivido a un cáncer de recto, diagnosticado en 2022, tras un año de pruebas y demoras. “Estaba muy avanzado, ya no se podía operar. Tuve que esperar tres meses para empezar el tratamiento”, explica este vecino del barrio de Villaverde Alto. Se sometió a quimio y radioterapia. Esta última dañó el revestimiento del órgano afectado, pero tardó un año en poder realizar las pruebas que diagnosticaron la dimensión de la lesión. En enero, su oncólogo encontró un bulto en el mismo sitio donde le habían diagnosticado el tumor: “Cuando fui a solicitar cita para el TAC, me la dieron para dentro de nueve meses. No podía esperar tanto, podía tener un cáncer comiéndome por dentro. Se me vino el mundo encima, fue como si me dijesen ‘ve preparando la lápida”. La suya es una de las historias que esconde el dato de que las listas de espera de Madrid hayan aumentado un 63,7% entre agosto de 2019, cuando Isabel Díaz Ayuso (PP) accedió al poder, y agosto de 2025, último dato publicado por la propia administración regional.

Como consecuencia, los ciudadanos tardan casi una semana más en ser operados, 20 días más en que les hagan pruebas diagnósticas y un mes más en pasar por la consulta del especialista que hace seis años. Un portavoz de la consejería de Sanidad argumenta que el crecimiento poblacional, con 140.000 tarjetas sanitarias más en el último año, es un factor clave. También que el empeoramiento de las cifras es la tónica común en la mayoría de regiones, particularmente desde la pandemia. Y que agosto es un mes trampa, porque hay menos operaciones por las vacaciones, aunque eso ocurrió igualmente en 2019 y en 2025.

Lo que es seguro es que al final de este verano 1.020.469 citas en espera de recibir atención médica se acumulaban en Madrid, según los últimos datos que ha publicado la Consejería de Sanidad, cuando hace seis años, en el mismo mes, eran 623.490. Esas cifras totales son el resultado de sumar los datos parciales de tres tipos de listas: externas (con especialistas), diagnósticas y quirúrgicas. El balance no equivale a pacientes en espera porque la misma persona puede estar, en teoría, al mismo tiempo en al menos dos de esas listas.

“El incremento generalizado en las listas de espera no es un fenómeno aislado, sino que es común en el conjunto del Servicio Nacional de Salud”, argumenta un portavoz de gobierno madrileño. “Madrid continúa registrando los mejores datos de España en las listas quirúrgicas y sigue trabajando intensamente para mejorar los tiempos en consultas y pruebas”, añade.

“A comienzos del segundo semestre de 2019, la población madrileña era de 6,68 millones de personas, en el mismo periodo de 2025 es de 7,16 millones. Es decir, hay un incremento de medio millón de personas, que no ha impedido seguir liderando las listas y que la frecuentación y la asistencia sea mayor y mejor que el resto de autonomías”, justifica, pese a que no es posible comparar ahora mismo los datos de agosto de Madrid con los del resto de regiones porque los únicos que se publican de forma homogénea, pertenecientes al Ministerio de Sanidad, son semestrales, y los de diciembre de 2024 son los últimos publicados.

Con esa referencia de 2024, en lugar de la de agosto de 2025, la fotografía es ligeramente más amable para Madrid, según defiende este interlocutor, con una reducción en las listas de espera quirúrgicas. Pero desde entonces, la situación parece haber empeorado.

Así lo explica Marta Carmona, psiquiatra y diputada de Más Madrid. “El crecimiento exponencial de las listas de espera, especialmente la lista de espera de primera consulta (antesala de las otras dos), obedece fundamentalmente a tres factores”, apunta. “El primero es una infrafinanciación crónica del servicio madrileño de salud, que no ha aumentado proporcionalmente al crecimiento de la población”, arranca su enumeración.

“El segundo, una crisis de recursos humanos en sanidad que, si bien afecta a toda España, se ceba particularmente con Madrid, al haber mucha oferta para que se vayan a la privada los profesionales que se ven desbordados por la carga de trabajo que hay en la pública”, añade. Y el tercero, opina, “que el principal objetivo del Servicio Madrileño de Salud ha sido desviar pacientes, y con ello dinero, al gran parásito de la sanidad pública madrileña: el grupo Quirón”.

Hace poco más de un año, en agosto de 2024, se batió el récord de consultas sanitarias pendientes en Madrid: 1.029.742. La cifra, que ha ido empeorando y mejorando desde entonces, apenas ha disminuido en función de esa referencia: ahora hay 9.273 citas pendientes menos. Como resultado, hay pacientes para los que ser atendido es una odisea.

Es el caso de García Mercado, que consiguió adelantar su cita tras recorrerse todas las plantas del hospital y anunciar una huelga de hambre. Finalmente, esperó 15 días, en lugar de los nueve meses iniciales. “Por suerte, [el tumor] no era maligno, pero no podía aguardar tanto tiempo, el cáncer no espera y el diagnóstico precoz es clave”, comenta. Hoy tiene depresión, pero recibe atención psiquiátrica cada seis meses. No hay psicólogos disponibles: “Las listas de espera en salud mental son interminables. Mientras, me recetan pastillas. Nos están matando. Estoy decepcionado y cabreado, están jugando con nuestra salud”.

Estas son las dimensiones del atasco. Madrid fue la región que atendió más rápido a los pacientes de su lista de espera quirúrgica en agosto de 2025, con 65,4 días, según datos del Gobierno regional, que cifra en 128 días la espera nacional. Sin embargo, un examen al histórico de publicaciones muestra que los tiempos de espera también están empeorando en esta lista, que es la que siempre destaca la administración madrileña: la demora media para una operación era de 59,7 días en agosto de 2019, al poco de llegar Ayuso al poder. En agosto de 2023 era de 61,4 días. Y ahora es de 65,4 días. Es decir, ahora se tarda casi una semana más que la primera vez que la líder del PP fue elegida presidenta.

Respecto a las pruebas diagnósticas, la espera media se sitúa en los 73,61 días. Son 20 días más que cuando Ayuso llegó a la puerta del Sol, en agosto de 2019. Y en cuanto a la demora para consultas, en agosto de 2025 se esperaba 78,8 días, frente a los 46,42 que había cuando Ayuso llegó al poder. Es decir, ahora se espera un mes más.

Son cifras que esconden dramas vitales. Por ejemplo, García Mercado no podrá acudir hasta noviembre a sus revisiones en Radiología, Medicina Interna y Aparato Digestivo, y no tiene cita hasta 2026 para Neumología.

Trasvase de pacientes a la privada

“Todas estas consultas, para las que me dieron cita con un año vista, se deben a las consecuencias que me provocaron los tratamientos oncológicos”, cuenta el hombre, coordinador técnico de emergencias, ahora de baja. “Nada me sorprende, tuve que esperar 15 días para ver a mi médico de cabecera porque me había recetado mal los pañales”, detalla. Sufre incontinencia fecal a raíz de su enfermedad. “Si no falla el personal, fallan las máquinas”, lamenta.

Así resume la situación Óscar López, el líder de los socialistas madrileños. “Más de un millón en listas de espera es la cifra de la vergüenza que perseguirá siempre al Gobierno de la señora Ayuso”, denuncia. “La Comunidad de Madrid ha contado con más recursos que nunca en la historia. La pregunta es qué ha hecho con ese dinero y la respuesta es muy sencilla, destinarlo a privatizar la sanidad, a recortar los derechos de los madrileños".

Tanto el PSOE como Más Madrid denuncian que el aumento de los tiempos de espera alimenta el trasvase de pacientes de hospitales públicos puros a centros públicos de gestión privada, que cobran por atender a ciudadanos que no son de su población asignada, o directamente privados puros. Los socialistas piden activar los quirófanos y consultas que queden cerrados por la tarde. Porque pase lo que pase en España, una cosa está clara en Madrid: hay un millón de citas pendientes en la región.

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