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La izquierda de Madrid contraprograma a Ayuso en apoyo a Palestina: “Se trata de movilizar, de que la gente salga a la calle”

El PSOE cede los focos de su cónclave regional al embajador Abdel Wahed y organiza un concierto en Fuenlabrada para recaudar fondos, mientras que Más Madrid usa el discurso del Rey en la ONU para tensar al PP

Juan José Mateo

Contraviniendo casi todas las reglas, en esta partida de ajedrez el movimiento de apertura corresponde al Rey. Ocurre el miércoles. Felipe VI se dirige en Nueva York a la Asamblea de la ONU para exigir a Israel que pare “la masacre” en Gaza y sus “actos aberrantes”. Muy lejos de allí, en Madrid, ese movimiento alimenta la estrategia con la que la izquierda intenta contraprogramar el apoyo de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, al gobierno de Benjamin Netanyahu. Porque Más Madrid registra en la Asamblea una declaración institucional que recoge las palabras del monarca, para provocar que el PP se retrate: o avalar a Felipe VI, o a Netanyahu. Y el PSOE madrileño, que ve cómo la baronesa se fotografía el jueves con la encargada de negocios de Israel, Dana Erlich, también mueve ficha. Ese mismo día, su alcalde más poderoso en la región, Javier Ayala, de Fuenlabrada (190.000 habitantes), le propone un concierto solidario a Husni Abdel Wahed, el embajador de Palestina, que este sábado, además, da un discurso ante la dirección regional del PSOE en Madrid.

“Hoy Palestina representa la causa de la humanidad”, dice para alimentar el intento de los socialistas de movilizar a la sociedad en apoyo de la causa palestina.

“Genocidio”. “Violencia”. “Sangre derramada de cientos de miles de palestinos”. “El pueblo de Madrid está con Palestina”. Las palabras del vídeo con el que el PSOE abre el acto de este sábado resuenan con la fuerza de una denuncia. El embajador llega rodeado por la plana mayor del partido en la región. Le espera un atril decorado con la bandera palestina, el lema “Izquierda Valiente” y las siglas del PSOE. Sube, y arranca.

“Agradezco a España en su conjunto, y especialmente al gobierno y a sus líderes, estar en el lado correcto de la historia”, dice Abdel Wahed en la sede de UGT, que es donde se reúnen los socialistas madrileños nada más empezar el fin de semana. “Han demostrado congruencia y compromiso con sus valores, que son los valores de la humanidad”, añade, tras recordar que España, con Pedro Sánchez como impulsor, ha liderado el reconocimiento internacional de Palestina.

La intervención del embajador, un retrato con voz quebrada del drama de Gaza, es saludada y despedida con un torrente de aplausos. Abdel Wahed se marcha levantando al aire una mano para hacer la señal de la victoria, y fundiéndose en un abrazo con el eurodiputado José Cepeda.

Entonces, llega el turno de López, que es al mismo tiempo ministro del gobierno de Sánchez y líder del PSOE en la región capital de España. Gesto serio, voz profunda, defiende la labor del ejecutivo central, critica a Ayuso, recuerda el drama de las listas de espera y pide empujar para que haya un cambio de gobierno en 2027.

“El pueblo de Madrid está con Palestina, le moleste a quien le moleste”, arranca con una referencia velada a Ayuso. “En una semana en la que se ha visto la soledad de Netanyahu, que cada vez más países se unen al reconocimiento del estado palestino, y a la defensa de la paz, a la presidenta de la Comunidad de Madrid no se le ocurre otra cosa que reunirse con los representantes de la embajada de Israel”, lamenta. “Si yo fuera presidente de la Comunidad de Madrid, seguramente no me hubiera reunido, pero si me hubiera reunido sería para decir solamente tres palabras: paren el genocidio. Fin. No hay más que decir”.

Nada es casualidad. En política cada gesto tiene significado, y en este caso la escenificación del apoyo del PSOE a Palestina no es únicamente una forma de darle continuidad en Madrid a la política exterior que impulsa el gobierno de España. Supone, también, buscar un contrapunto con Díaz Ayuso. Confrontar. Dejar fotos, sostienen los socialistas, de esas que en el largo tiempo juzgará la historia. A un lado, ella con la representante de Israel. Al otro, ellos, con el de Palestina.

“Es un espejo”, resume Ayala, el alcalde de Fuenlabrada, que se vio con Abdel Wahed justo en el mismo día que la presidenta regional lo hacía con Erlich. “Nos queríamos informar de la situación de Gaza de primera mano y comunicarle que queremos canalizar la solidaridad que hay en Madrid con un concierto con artistas de renombre cuya recaudación irá en su integridad a la UNWRA [Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina]”, añade. “Se trata de recaudar fondos, y, sobre todo, de que haya movilización social, de que la gente salta a la calle, porque hemos estado demasiado tiempo aletargados”, reclama. Y compara: “Unos defienden unos intereses que no sabemos, y otros ponen de manifiesto que hay un genocidio”.

Así, el Ayuntamiento de Fuenlabrada quiere poner las 20.000 plazas de aforo que tiene el auditorio Joaquín Sabina al servicio de la causa palestina. Para ello está a la búsqueda de artistas y ya busca cuadrar agendas para noviembre. En una región que se tiñó de azul PP en las elecciones de 2023, eso es señalar a Fuenlabrada como la aldea gala de la izquierda, que ahora sirve para darle altavoz a la causa palestina.

Porque la izquierda está dispuesta a explotar todas las vías para contraprogramar a Díaz Ayuso y desgastar su mayoría absoluta a través de su apoyo a Israel. Eso es lo que busca, por ejemplo, Más Madrid, al registrar en la Asamblea una declaración institucional que emplea los mismos términos que Felipe VI en su discurso de la ONU. Toda un reto, incluso una trampa, para el PP, porque estas iniciativas requieren de unanimidad para ser aprobadas en el Parlamento regional, y una parecida fue recientemente rechazada porque los conservadores no compartía su contenido.

“Hacemos un intento de que la derecha suscriba las palabras del Rey y se haga cargo del amplio sentimiento madrileño de solidaridad con el pueblo palestino”, explica Manuela Bergerot, la portavoz del partido, en declaraciones remitidas a los medios. “Lo que pide la resolución es algo tan simple como el fin del bloqueo de la ayuda humanitaria, un alto al fuego con garantías y una solución de dos Estados basada en el respeto de los derechos humanos”, añade. “Tras dos años de silencio cómplice sobre Gaza, retamos al partido de Ayuso a ponerse del lado de la civilización”, demanda.

Este viernes, tras reunirse con Ayuso, Bergerot añadió: “La presidenta no ha querido posicionarse, ha dicho que esto es una decisión del grupo parlamentario popular”.

Un plan como el de Ucrania

La finta de Ayuso no oculta que la propuesta de Más Madrid ha desconcertado al PP. Y es que el partido que también lideran Mónica García y Rita Maestre ha apostado por resaltar las contradicciones de los conservadores. Por eso pide que haya un plan de acogida para el alumnado palestino. Que se les matricule inmediatamente. Que tengan apoyo lingüístico. Comedor. Transporte. Libros. Es decir, las mismas facilidades que los niños ucranios que llegaron a Madrid cuando Rusia invadió Ucrania.

“No debemos seguir alimentando la cortina de humo de la izquierda en Madrid para tapar todos los problemas que tiene Pedro Sánchez”, sostuvo el viernes en una rueda de prensa Carlos Díaz Pache, el portavoz del PP en la Asamblea regional. Un intento de regate que demuestra lo incómodo que resulta este debate para los conservadores.

Porque el mismo gobierno que fomentó el apoyo a la causa de Ucrania en los centros educativos públicos persigue ahora las muestras de solidaridad de Palestina en esos mismos lugares. Y así, sin quererlo, también arma de argumentos a la izquierda para contraprogramar al binomio sin fisuras que han formado Israel y Ayuso.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Comunidades y está especializado en información política. Trabaja en EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
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