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50 personas sin hogar duermen en Barajas durante la primera noche bajo la prohibición de Aena

El Ayuntamiento de Madrid se retira de la mesa de trabajo tras la decisión unilateral de la compañía, que tacha de “cruel y sin humanidad”. Las relaciones vuelven a estar rotas

Zona balizada en la Terminal 4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, este jueves por la tarde.
David Expósito

La primera noche en el Aeropuerto de Barajas bajo la prohibición de pernoctar en sus instalaciones ha transcurrido con cierta “normalidad”. La Terminal 4 ha permanecido “totalmente vacía”, mientras que en el resto de las terminales (T1, T2 y T3) se han llegado a registrar hasta 50 personas que han dormido allí durante la madrugada, una parte de ellos desplazados de la T4. Así lo explican algunos trabajadores del turno de noche que han tenido que lidiar con la situación: “A las cinco de la madrugada ya han regresado todos los habituales…”, dice una trabajadora, refiriéndose a aquellos “maleantes” que llegan al aeropuerto para acometer hurtos o estafas. Desde Aena se explica que el proceso de desalojo será “poco a poco”.

La situación en Barajas parece haber llegado a un punto de no retorno. Es la primera vez que Aena impone una prohibición unilateral para no dejar que nadie duerma allí durante la noche. Cientos de personas sin hogar encontraron en Barajas un refugio y llevan meses o incluso años afincados ahí. La razón por la que Aena toma esta decisión ahora es que el Ayuntamiento de Madrid ha habilitado un espacio para esta población, como ha venido demandando. Es cierto que el Ayuntamiento abrió el pasado 14 de julio un dispositivo de emergencia ubicado en el Centro Pinar de San José, reutilizando un espacio que se usa habitualmente para la campaña de frío. Sin embargo, el Pinar de San José tiene fecha de caducidad —el 20 de octubre— y además solo serán aceptadas las personas vinculadas con Madrid. El resto tendrán que buscarse la vida y quedarán a su suerte en la calle.

El hecho de que las personas sin hogar se concentraran en Barajas ofrecía la posibilidad de elaborar un gran censo para determinar quiénes eran exactamente y así buscar soluciones adecuadas a cada necesidad. Este censo, después de seis meses desde que se denunciase la situación del aeropuerto por primera vez, nunca ha existido y nunca existirá. Cuando las personas sin hogar empiecen a dispersarse por la ciudad, será imposible seguirles la pista. En este sentido, Ayuntamiento y Aena acumulan un historial de reproches sobre sus respectivas competencias en relación con el censo. La supuesta “voluntad” de colaboración ha quedado en nada. La realidad es que no han sido capaces de armar conjuntamente un equipo para que las administraciones tengan la información necesaria para actuar con la mayor eficiencia.

Cruce de reproches

Tras conocerse la decisión de Aena en la noche del miércoles, el Ayuntamiento de Madrid reaccionó con un duro comunicado en el que la catalogaba como “cruel y sin un ápice de empatía y humanidad”. Al parecer, esta contestación viene en parte como respuesta a un tuit del Ministro de Transportes, Óscar Puente, en el que señalaba de nuevo al consistorio de la capital como la “autoridad competente” en Barajas. De nuevo, el problema social convertido en problema político. Las relaciones vuelven a estar rotas. “Comprobada la falta de lealtad, el manifiesto incumplimiento de los acuerdos por parte de Aena y del Gobierno de España y la toma de decisiones unilaterales de las que nos enteramos por los medios, que imposibilitan seguir avanzando en un camino de trabajo conjunto, el Ayuntamiento de Madrid no volverá a acudir a las mesas técnicas mientras esta actitud persista”, aseguraba el comunicado emitido desde Cibeles.

Para Aena, “crueldad es, en realidad, disponer de plazas en un centro de acogida con condiciones dignas para habitar y tenerlo semivacío por desidia y falta de diligencia en el trabajo de atención primaria y derivación que, por ley, debe ejercer el Ayuntamiento de Madrid” e insta al consistorio a “no eludir sus obligaciones y ejercer sus competencias en materia de servicios sociales, pues es su responsabilidad inequívoca”. Mientras tanto, las personas sin hogar de Barajas no han desaparecido, solamente han sido desplazadas a otra parte.

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Sobre la firma

David Expósito
En EL PAÍS desde 2018. Su trabajo está centrado en la crónica y el reportaje local para la sección de Madrid, donde ejerce como fotógrafo y redactor. Anteriormente, también ha sido editor gráfico en la sección de Fotografía y en Suplementos. Es coautor del libro 'Utopías urbanísticas. 44 paseos por las colonias de Madrid'.
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