Seis semanas de alcaldesa: Almeida delega en su fiel escudera
Inma Sanz será la alcaldesa en funciones de la ciudad durante las seis semanas que el regidor estará desconectado de Cibeles

Desde este 3 de julio, Inma Sanz, nacida en Zamora hace 49 años, será la tercera alcaldesa que ha tenido Madrid a lo largo de su historia. Repite en un cargo del que entra y sale a medida que ha ido avanzando la historia de amor de José Luis Martínez-Almeida y su esposa Teresa Urquijo. Sanz fue alcaldesa durante los 15 días que duró su luna de miel y volverá a serlo ahora que ha sido padre. La mano derecha de Almeida estará al frente de Madrid durante seis semanas, el periodo mínimo que obliga la ley, en las que se ausentará tras el nacimiento de su hijo Lucas. Si Almeida es tan reproductivo como su familia ― tiene seis hermanos― Sanz volverá bastantes veces más a sentarse en el despacho grande de Cibeles.
El entorno de Inma Sanz la describe como una persona “sencilla”, “eficaz” y “discreta”, pero tanto como ellos habla su armario, en el que prácticamente solo hay prendas de dos colores que intercambia según el evento. Las americanas azules, destinadas a actos institucionales o de partido, y las rosas, para eventos lúdicos o deportivos. En ocasiones intercala algún otro color, pero es el único exceso que se permite dentro de una estética y un carácter “muy castellano”, describe una estrecha colaboradora. Otras dos personas más que no se conocen entre sí ―de la media docena de voces consultadas para este perfil― pronunciaron las palabras “germánica” y “Merkel” para hablar de ella.
Licenciada en Administración de Empresas por la Universidad Autónoma, casada y con dos hijos, de 9 y 11 años, la biografía de Inma Sanz es la de un buen canterano que llega al primer equipo. Ha sido concejala, portavoz y jefa de campaña. Amigos y enemigos coinciden en que es el perfecto cachorro “pata negra” formado en el Partido Popular madrileño. Da igual la posición que ocupe en el campo porque es un valor seguro que no emociona, pero tampoco defrauda.
En la vida de la alcaldesa (temporal) más poderosa de España hay dos familias. La biológica, hija de una madre viuda que llegó de Zamora y trabajó muy duro para sacar adelante a cuatro hijos; y el Partido Popular. Se afilió al PP de Tetuán a los 18 años, cuando lo más emocionante era pasar las tardes metiendo sobres en cartas a los afiliados, pero Esperanza Aguirre se fijó en ella cuando fue presidenta (2003-2012) y escaló posiciones cultivando una imagen de leal cumplidora.
Desde que a finales de los años 90 entró al partido, nunca ha trabajado en nada que no sea la política o la función pública. Pero lo que podría ser un síntoma de desconexión con el mundo real le ha permitido dirigir (y ganar) las dos campañas electorales de Almeida sin necesidad de recurrir a gurús o expertos. “Inma es alguien fiable, no como todos estos fichajes estrella que vienen de la empresa privada y acaban estrellándose”, dice una fuente del partido popular que creció con ella en Nuevas Generaciones. “Más que como primera espada, yo a Inma Sanz la veo como segunda. Detrás de un gran líder siempre hay alguien coherente y sensato, y ella es las dos cosas. Es menos carismática que Almeida, pero su estilo de trabajo es más germánico, silencioso”, añade. Para esta antigua amiga de partido, Sanz “conjuga ser buena gestora con buena política”.
La alcaldesa en funciones llega en el Skoda oficial cada día antes de las 9 de la mañana a su despacho en el Ayuntamiento. En su agenda diaria se mezclan tareas como portavoz del consistorio y concejala de Seguridad y Emergencias con su participación en actos tan variados como presenciar un entrenamiento de la policía, asistir a una feria gastronómica, presentar la programación cultural de Chamberí, entrevistarse con los empresarios de Villaverde, participar con Francisco Serrano en un mitin o asistir a un libro contra Pedro Sánchez. Esa combinación de actos del partido con la gestión del Ayuntamiento es parte de su éxito en el modelo de gestión de Almeida, donde el Consistorio no funciona como un mero gestor de semáforos y multas, sino como un actor político nacional contra el Gobierno. En este organigrama, “ella es inteligente para saber qué quiere el partido y eficaz para llevarlo a cabo”, dice otra colaboradora.
Para Begoña Villacís, que ocupó antes que ella el cargo de vicealcaldesa de Madrid con Ciudadanos, Sanz “es muy sensata, íntegra y supertrabajadora”. “Tiene muchísima capacidad de diálogo y cuando hablaba en las Juntas de Gobierno siempre le prestaba especial atención porque sabía que lo que iba a decir era interesante”, añade. Según Villacís, ”Inma Sanz no busca el foco y prefiere centrarse en el curro”, y añade algo en lo que coinciden varias voces: “Hay muy buena opinión de ella entre los trabajadores del Ayuntamiento. Es buena persona”. La que fue una de las piezas importantes del primer Gobierno de Almeida, resume que Sanz “es de lo mejor que tiene el PP en toda España”.
Inma Sanz dice que veía debates del estado de la nación con 13 años y que la cualidad que más destacaban de ella sus profesores era el sentido común. En el PP de Alberto Núñez Feijóo, el sentidiño, es su mejor carta de presentación en esta nueva etapa, donde funcionarios combinan declaraciones sobre las piscinas de verano con su opinión sobre el fiscal general del Estado.
Pero el creciente poder de Inma Sanz no hubiera prosperado sin el aval de Ayuso, con quien solo se lleva un año de diferencia, y con quien coincidió en el grupo de cachorros “pata negra” de Esperanza Aguirre. Precisamente esa conexión con Ayuso ha ayudado a firmar la pax madrileña y certificar el viraje hacia el ayusismo emprendido por Almeida, y en el que Sanz es una pieza importante. “Es la fontanera discreta de Ayuso. Durante la guerra con Casado, ella era las orejas y los ojos de Ayuso en el ayuntamiento”, describe Rita Maestre de Más Madrid.
“Tiene un carácter frío y desposeído de ideología. La conozco desde hace ocho años y en todo este tiempo conoces gente muy variada: unos que son más centristas, otros más conservadores, otros más religiosos… Pero realmente ella no sé qué piensa de nada. No tiene más ideas políticas que su odio a la izquierda. Ni siquiera trata de disimularlo. No tiene ese toque de simpatía de Borja Carabante o Almeida, Inma Sanz te odia por el hecho de existir y de ser de izquierdas. Y te lo hace saber”, asegura Maestre.
La lealtad inquebrantable que todos le reconocen se extiende más allá de su partido y llega a todo lo que le rodea. Por ejemplo, la Policía Municipal, un cuerpo creado a su imagen y semejanza donde todas las cabezas visibles han sido elegidas por ella en medio de una gran controversia por las irregularidades que rodean la contratación de su cúpula. Para el delegado del Gobierno, Francisco Martín, la alcaldesa es “la responsable de tapar lo sucedido con el director de la policía”, dice en referencia al atropello protagonizado durante el apagón por el Pablo Enrique Rodríguez y revelado por este periódico.
El delegado del Gobierno en Madrid espera pocos cambios durante estas seis semanas y limita el papel de Inma Sanz a ser una mera prolongación de Almeida. “La vicealcaldesa ha ejecutado la política del bloqueo y la confrontación marcada por Almeida”, explica. Aunque dice no ser optimista, “ojalá que la salida temporal de Almeida posibilite un cambio de dinámicas, pero creo que será un periodo con más de lo mismo: bloqueo y confrontación”, añade el delegado.
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