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La izquierda sale a bailar junta en Extremadura

La coalición encabezada por Irene de Miguel huye del ruido de la política nacional y reivindica su autonomía y el camino recorrido los últimos siete años

Paula Chouza

Irene de Miguel ha decidido salir a bailar en campaña. En medio de la crispación, en una contienda salpicada por la imputación del candidato socialista, las advertencias de la presidenta María Guardiola sobre una posible repetición electoral ante el bloqueo a su figura con el que amaga Vox, o la presencia constante de Santiago Abascal y su pulso al PP, la líder de Unidas por Extremadura sonríe, organiza chocolatadas y apela “a la alegría”. Solo se pone seria cuando los periodistas intentan extrapolar la situación en su comunidad a la de la izquierda nacional. “El salseo de dentro de la M-30, para dentro de la M-30″, zanja.

El pasado lunes, después de haber contado a sus seguidores de Instagram la agenda para ese día junto a Nerea Fernández, la líder de IU en la comunidad y número tres por Badajoz, la jornada de trabajo acabó en las fiestas de Puebla de la Calzada, un municipio de menos de 6.000 habitantes a media hora en coche de Mérida. Cuando aún los restos del vermú se acumulaban en las esquinas de la plaza del ayuntamiento y el sol de diciembre calentaba las espaldas abrigadas en las terrazas, los vecinos más jóvenes se desplazaban al recinto ferial. Acompañada también por su equipo y la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, De Miguel se mezcló entre la multitud para cantar las canciones de uno de los grupos revelación en Extremadura, Sanguijuelas del Guadiana. También se las sabía Fernández. La imagen que trasladaban era nítida. La de una candidatura modesta, pero que sale a jugar las elecciones engrasada y se mueve al mismo compás. “Extremadura, Extremadura, Extremadura”, apunta la coordinadora de IU como eje de la coalición renovando aquel “programa, programa, programa” de Julio Anguita.

No hicieron falta ni 24 horas desde el anuncio del adelanto para confirmar que el espacio a la izquierda del PSOE concurriría unido. Una rareza para un sector acostumbrado en la política nacional a tensar la cuerda hasta el último minuto. Pese a las fricciones evidentes con Izquierda Unida en Madrid y otros territorios como Andalucía o Castilla y León, Belarra bendijo la coalición de inmediato y Movimiento Sumar (MS), irrelevante en la región, mostró ese mismo día su simpatía hacia la confluencia representada desde 2019 por cuatro diputados en el Parlamento. El CIS les otorga ahora entre 6 y 7 de los 65 escaños de la Asamblea de Extremadura, en parte gracias al desgaste del PSOE de Miguel Ángel Gallardo. Un resultado que rompería la tendencia a la baja del espacio, dividido en la arena nacional, y que algunos creen que remaría a favor de la unidad en otros sitios.

“¿Pero por qué rápido?“, refuta De Miguel. ”Llevamos siete años recorriendo Extremadura con una hoja de ruta clara, que es que había que crear un espacio político en la izquierda fuerte, sólido, plural y amplio, y hemos trabajado codo con codo para ello. Hemos visitado Joaquín Macías [anterior líder autonómico de Izquierda Unida] y yo asambleas de IU y círculos de Podemos juntos para que fuera calando también hacia lo municipal", explica. En 2024, Irene de Miguel salió reelegida coordinadora de Podemos Extremadura llevando ese proyecto unitario por bandera y obtuvo un respaldo del 95%. También el 83% de la militancia de IU avaló el acuerdo para concurrir a las elecciones del 21- D en Unidas por Extremadura.

Aunque la cabeza de lista “agradece” que la dirección de Belarra “no haya tenido dudas” sobre la fórmula elegida, lo cierto es que el partido izquierdista llevaba meses advirtiendo desde la capital de que no habría excepciones a su estrategia, invitando a una parte de Sumar, la del sector de Yolanda Díaz, a unirse al PSOE, mientras apelaba al resto — con más ataques que caricias en sus declaraciones públicas—, a reconstruir lo que en su día fue Unidas Podemos. “La clave es lo que decida hacer IU a largo plazo”, reiteran miembros de la cúpula, que insisten en que bajo la dirección política de la vicepresidenta no piensan presentarse a ninguna elección. Hace una semana, la coordinadora general de Movimiento Sumar, Lara Hernández, reivindicó su presencia en las listas: una independiente en el puesto 22 por Cáceres. “No le pregunto a la gente que viene como independiente cuáles son sus referentes estatales. Pero si ellos se quieren poner esa medalla...”, contesta De Miguel. La posición de MS, que a los partidos de la coalición (Podemos, IU y Alianza Verde) les pareció fuera de lugar, fue matizada después. La formación se ha centrado ahora en subrayar que sus simpatizantes trabajan como voluntarios en la campaña y llaman a apoyar esa candidatura. La cabeza de lista evita posicionarse sobre si la ausencia del partido de Díaz ha facilitado el acuerdo, pero insiste: “Movimiento Sumar no ha estado nunca, así que tampoco les esperaba. Me ha sorprendido que aparezcan ahora porque es como si me dice Rufián que quiere venir a hacer campaña. Pues la verdad, si no has venido nunca, ¿qué pintas ahora?”.

No está previsto que ningún ministro de Sumar acuda en estos 15 días a un acto con De Miguel. “Unidas por Extremadura es un proyecto que ha nacido aquí y que no quiere que se estatalice la campaña”, reitera.

Para Juantxo López de Uralde, exdiputado en el Congreso y coordinador de Alianza Verde, el hecho de que MS no haya tenido nada que ver en Extremadura explica el “éxito” del trabajo en la comunidad, que se ha hecho con las “bases” y recorriendo los “pueblos”. “Nunca entendí por qué Yolanda Díaz entró como elefante en cacharrería. Se destruyó lo que había para construir la nada”, evalúa el líder ecologista, que fue excluido de las listas de las generales y rompió con Sumar meses después.

Joaquín Macías, implicado en los acuerdos de 2019 y 2023, también asistió el lunes al concierto en Puebla de la Calzada. “Esto ha funcionado porque teníamos claro que queríamos ser algo más que una coalición electoral, una confluencia de verdad, con una mesa de partidos que marcase las líneas políticas más allá de la labor parlamentaria”, explica. “Las prioridades eran las que fijábamos aquí y nos hemos adelantado también a los momentos de crisis para mantener el espacio, incluso haciendo control de daños. Por ejemplo, en las últimas europeas. Hicimos campañas por separado, pero pactando cómo iban a ser los discursos y hasta donde íbamos a llegar cada uno, para no entrar en una crítica absurda“, señala.

El sociólogo Santiago Cambero cree que parte del éxito de Unidas por Extremadura radica en la figura de De Miguel. “Representa un rostro amable y muchas mujeres se identifican con ella y su defensa de la igualdad de género, el feminismo, el pacifismo... Tiene mensajes interesantes sobre la política agraria, se opone a cualquier recorte en la PAC que afecte a los agricultores extremeños, quiere mejorar la ley de cadena alimentaria...”, enumera Cambero, que cree que De Miguel encarna esa izquierda “social urbanita” que vuelve a Extremadura con un mensaje “renovado respecto a IU y el PCE”, de donde emanan sus bases. El sociólogo recuerda que durante muchos años la relación con el PSOE fue mala, sobre todo en la política local, y la sociedad tardó tiempo en perdonar a Izquierda Unida que sus tres diputados elegidos en la Asamblea en 2011 permitieran gobernar al popular José Antonio Monago frente al PSOE de Guillermo Fernández Vara. “El momento político hoy es completamente distinto”, defiende Nerea Fernández. “La organización no estaba preparada para gestionar el resultado de sacar tres diputados y ser la llave en Extremadura”, rememora también Macías. Las bases del partido decidieron, pero en las siguientes elecciones, el tsunami de Podemos arrasó a IU, que se quedó a 400 votos de obtener representación.

Aunque en Extremadura temen que en Madrid se haga una lectura interesada de los resultados, todos saben que habrá interpretaciones. “Podemos envolverá un hipotético triunfo en dos cuestiones: que encabezan ellos y que no está Sumar”, vaticina una fuente. “Seguro que se extraerán conclusiones erróneas. Hemos priorizado los intereses regionales a las estrategias de partidos estatales, así que no tiene mucho sentido generalizarlo“, advierte Macías. “Somos un proyecto por y para la tierra”, refuerza Fernández. De Miguel no se moja: “Yo sé lo que funciona aquí, pero no si es trasladable a otro sitio”. La líder reclama para el resto esa autonomía que pide para ella: “Yo no le puedo decir a nadie cómo tiene que hacer las cosas en su casa”.

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Sobre la firma

Paula Chouza
Periodista de Política en EL PAÍS. Participó en el lanzamiento de EL PAÍS América en México. Trabajó en el Ayuntamiento de A Coruña y fue becaria del Congreso de los Diputados, CRTVG o Cadena SER. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, Máster en Marketing Político y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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