El exconserje del Centro Borja de los Jesuitas de Sant Cugat acepta casi 5 años de cárcel por abusos a una alumna de 10 años
El agresor ya fue condenado en 2015 por hechos similares y ha sido inhabilitado 10 años para trabajar con menores


El exconserje del centro pastoral que los Jesuitas tienen en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) ha aceptado este viernes una condena de cuatro años y nueve meses de cárcel por abusos a una niña de 10 años en junio de 2022, cuando trabajaba en el centro. El hombre ha reconocido los hechos y deberá indemnizar a la víctima con 15.000 euros. Se trata de un agresor sexual reincidente, que ya fue condenado por hechos similares en 2015.
El acusado, para quien la Fiscalía pedía inicialmente cinco años y medio de cárcel, ha reconocido ante la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona el delito de abusos sexuales por el que se le juzgaba, al alcanzar un pacto con las acusaciones. El agresor sexual tendrá que cumplir en prisión la pena impuesta, dados sus antecedentes penales vinculados al mismo tipo de delito: en 2015, fue condenado a cuatro años de cárcel por una agresión sexual a menor de edad.
De acuerdo con el escrito de acusación que el procesado ha reconocido este viernes íntegramente, los abusos ocurrieron el 26 de junio de 2022, cuando en el Centro Borja de Jesuitas donde trabajaba estuvo ayudando a la familia de la menor, que tenía 10 años, a preparar la estancia donde iba a celebrar su comunión.
Con la excusa de ir en busca de unas sillas, el procesado logró que la menor lo acompañara a otra planta del edificio donde, tras enseñarle unos vídeos de TikTok, colocó un colchón en el suelo e instó a la menor a colocarse en distintas posturas, simulando ejercicios físicos, para restregar sus genitales sobre su cuerpo y tocar sus partes íntimas. Aunque la menor repitió en varias ocasiones que quería irse, el procesado, que grabó la escena con su móvil, la convenció para que no lo hiciera, pagándole cinco euros. A raíz de los hechos, la víctima tuvo que seguir un tratamiento psicológico, sin que los especialistas descarten que la agresión sexual sufrida le pueda causar daños psíquicos en un futuro.
Además de la pena de prisión, el condenado ha aceptado pagar una indemnización de 15.000 euros a la víctima y, de no hacerlo, se haría cargo de la misma el centro educativo en el que trabajaba como responsable civil subsidiario, Centro Borja de la Compañía de Jesús.
El condenado, al que la Audiencia de Barcelona ha concedido un plazo de dos meses para entrar voluntariamente en prisión, ha sido inhabilitado para ejercer cualquier profesión relacionada con menores en los diez años siguientes al cumplimiento de la pena de cárcel. La sentencia incluye además una pena de diez años de libertad vigilada para el procesado, que tiene prohibido comunicarse o acercarse a la víctima durante diez años después de salir de prisión.
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