Montero defiende un “nuevo andalucismo” para activar a la mayoría progresista
La secretaria general del PSOE de Andalucía propone limitar el porcentaje de los conciertos sanitarios


Dependiendo de las diferentes etapas históricas en el PSOE de Andalucía -donde los libros escritos por Blas Infante, considerado padre de la patria andaluza, no han ocupado nunca un lugar preferente- se emplea con más o menos intensidad la definición de andalucista. Con María Jesús Montero en la secretaría general desde hace unos 100 días, viene una de esas épocas en las que los socialistas van a volver a emplearla. Al menos media docena de veces ha dicho este viernes defender “un nuevo andalucismo del siglo XXI” para atraer a la mayoría progresista y que consiste en aglutinar una mayoría social en torno a su proyecto.
Moreno ha empezado la ruta para intentar ganar las elecciones andaluzas previstas para dentro de un año que, según dicen las encuestas publicadas, ya las tiene ganadas el actual presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno. Por el momento, tiene el partido calmado y unido en torno a su figura, empieza a diseñarse un calendario de actos para movilizar a las 808 casas del pueblo y también asoman promesas electorales para recuperar el palacio de San Telmo.
En la primera reunión del comité director del PSOE andaluz, el máximo órgano de decisión entre congresos, Montero anunció la celebración de una conferencia política, a la que no le puso fecha, en la que participarán profesionales, sindicatos, expertos y colectivos relacionados con la sanidad, los nuevos derechos y el emprendimiento. Lo que se trata es de recoger ideas que nutran el programa electoral. Según ella, las conclusiones de esa conferencia serán “el reflejo vivo del nuevo andalucismo”.
Con este concepto, aún bastante impreciso, Montero le da una vuelta a la permanente reivindicación de los socialistas del proceso autonómico andaluz de los años 80 del siglo pasado, del que se consideran, si no los únicos, sí los principales protagonistas, con gran enfado del resto de las formaciones de izquierdas y andalucistas. Hace tiempo que este discurso asoma bastante viejuno y andan dando vueltas a su reciclaje aunque aún no han aterrizado en la concreción. “Andalucía no necesita un retoque, sino una transformación serena, profunda, democrática en su modelo económico, social, institucional y territorial”, dijo Montero sin bajar al detalle.
Además de la conferencia política, Montero ha lanzado dos propuestas electorales. Si gana la Junta, limitará el porcentaje de conciertos con la sanidad privada y blindará por ley que la atención primaria para “nunca pueda concertarse con centros privados”. Los populares suelen recordar que el porcentaje de conciertos es menor a los de las etapas socialistas. Uno de los mayores conflictos a los que se enfrenta el Gobierno de Juan Manuel Moreno es sin duda la sanidad, con listas de espera disparadas. El propio Ejecutivo se metió en un lío cuando se conoció una orden de la Consejería de Salud en la que figuraba la externalización de la atención primaria y que Moreno ordenó parar ante la avalancha de protestas sindicales y sociales.
Como viene haciendo desde que fue elegida secretaria general, Montero ha insistido en que es posible ganar las elecciones, para lo que quiere a todo el partido “a la ofensiva” y alerta contra los intentos del PP “de ahuyentar el voto progresista”. A su rival, Juan Manuel Moreno, le ha acusado “de falta de ambición, de desidia y de echar balones fuera”. Tampoco ha perdido Montero la oportunidad de defender la gestión de Pedro Sánchez y del Gobierno en el que ella es vicepresidenta y ministra de Hacienda.
Ha sido un comité director plácido para la secretaria general, donde desde el principio ya se sabía que todos los secretarios generales provinciales iban a tomar la palabra, así como representantes de Izquierda Socialista, la única corriente crítica autorizada en el PSOE. Los socialistas tenían interés sobre todo en oír a los que estrenaban el cargo: los secretarios generales de Málaga (Josele Aguilar), Granada (Pedro Fernández), Jaén (Juan Latorre) y Almería (José María Martín). En total han sido 12 las personas que han intervenido.
Luis Ángel Hierro, que intentó concurrir a las primarias por la secretaría general y que no logró reunir los avales, ha pedido a Montero que deje el Ministerio de Hacienda. Nadie ha suscrito esta opinión. Al contrario, los secretarios generales que han intervenido después han defendido su presencia en el Gobierno. Montero no tiene previsto dejar sus cargos, que le proporcionan una considerable proyección pública, hasta que el presidente andaluz firme el decreto de la disolución del Parlamento y fije la fecha electoral.
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