La izquierda andaluza se reanima con la crisis de Moreno, aunque nadie ve un cambio de ciclo
“La izquierda tiene que dar expectativas a la gente, si no llegará Vox”, sostiene la líder de CC OO en Andalucía


Juan Manuel Moreno está en campaña. Quiere volver a ganar por mayoría absoluta las elecciones andaluzas de 2026. Ha dicho —varias veces— que serán en junio y que sólo si Pedro Sánchez anticipa, él las hará coincidir. “Ojalá”, suspiran los socialistas, que buscan ese medio millón de votos que perdieron en las autonómicas de 2022 pero que votaron a Sánchez en las generales de 2023.
Moreno había diseñado para septiembre un estreno de curso bueno, bonito y barato con un paquete de rebajas fiscales (el séptimo) muy florido (gastos en gimnasios, veterinarios, ampliación de la ya estipulada para el alquiler de la vivienda) orillando la progresividad y cuyo impacto en el Presupuesto andaluz del próximo año, que superará los 50.000 millones, es mínimo (el 0,11%). Las deducciones anteriores ya dejan un agujero de 1.000 millones.
También ha escrito un libro junto con su equipo que va a presentar primero en Madrid y luego en Sevilla el 30 de octubre. Una serie de “reflexiones políticas y personales” en las que habla, entre otras cosas, de situaciones “algunas muy complicadas” que ha vivido. Manual de convivencia (Espasa) se llama. Le ha cogido el gusto al Comité de las Regiones del que es vicepresidente y se ha abierto una cuenta en TikTok en la que “de momento” promete no bailar.
Moreno tiene una agenda intensa, va de discurso en discurso, y aparece en ventanas informativas bien escogidas donde explota su perfil más emotivo. Por ejemplo: en el programa Patas Arriba de Canal Sur Televisión emitido a principios de mes habla de lo mucho que le han ayudado sus perros en los momentos difíciles, de la compañía que le hace el que le regaló a su madre cuando falleció su padre. De la muerte de Toby, que adoptó.
Envuelto en esa nube todo de algodón, como Platero, de repente le ha estallado una crisis de la que se ha enterado él personalmente por la prensa y con testimonios de mujeres a las que les hicieron las primeras pruebas, nadie les informó y algunas desarrollaron un tumor. No es la primera vez que le pasa. Tampoco se enteró de la intención de la Consejería de Salud, escrita en una orden, de externalizar la atención primaria. Lo frenó en seco. Unas 2.000 personas pidieron su dimisión el pasado miércoles en las calles de Sevilla. Y faltan nueve meses para votar. “Nadie puede contestar a esas mujeres que les están diciendo a otras: te puede pasar a ti. Moreno está en la raya de empezar a caer mal, porque el niño bueno del colegio lleva el paso cambiado”, asegura la secretaria general de Comisiones Obreras de Andalucía, Nuria López.
El principal sindicato andaluz lleva mucho tiempo advirtiendo que el Gobierno del PP, con mayoría absoluta, estaba “tocando los cimientos de los servicios públicos”, aunque el edificio se mantenía en pie porque no se veían caer los cascotes. Ahora se ha visto el desplome de uno de grandes dimensiones con los fallos en las pruebas diagnósticas en el cribado de mama. “Hoy ha sido la mamografía, pero mañana será otra área. Hay listas de espera para todo. Gobiernan con desidia, no escuchan, tienen la misma soberbia de la mayoría absoluta de PSOE con sus 37 años de gobierno, están poniendo parches y esto no es un problema de dinero sino de gestión, de cubrir las necesidades de tu población”. López propone un “pacto de comunidad por la sanidad” en los que se dé “marcha atrás a las privatizaciones”.
¿Va a tener este traspié impacto electoral? “Tengo mis dudas hacia dónde va a bascular, porque la izquierda tiene que dar expectativas a la gente, si no llegará Vox”, advierte López. En el PP creen que no, aunque consideran razonable que haya momentos duros. El partido, bajo la dirección del secretario general, Antonio Repullo, lleva muchos meses trabajando bajo radar. Hacen sondeos provincializados, han programado un centenar de reuniones comarcales discretas donde citan a líderes vecinales, referentes locales con dirigentes populares, pero no para lanzarles discursos, sino para escucharlos y pegarse a su piel. Andalucía a tu lado, se llama el proyecto. En realidad, está haciendo lo que hacía el PSOE hasta que este partido perdió los cinco sentidos. Moreno protagonizó días atrás un acto de estos, este sí con muchos focos, donde anotaba en una libretita las propuestas que le sugerían los invitados, que salieron encantados.
“Las crisis son muy pasajeras y no es el momento de movilizar. Nosotros partíamos con 43 escaños meses antes de las elecciones de 2022 y luego fueron 58. El PSOE está intentando cebar a Vox, pero eso es escupir para arriba”, afirma un sociólogo del PP, que se fija sobre todo en que aunque Moreno pierda la mayoría absoluta actual siempre sumará con Vox. Fuentes del entorno de Moreno admiten que esa eventualidad le espeluzna, mientras que desde el partido ultra trasladan a otros interlocutores: “Si es así, Moreno va a sudar sangre”. En el PSOE reconocen que no hacen nada para combatir a Vox y asisten con cierto desapego al creciente enfrentamiento entre los partidos de la derecha.
“Queda mucho, no vamos a votar hoy, la gente no está activada, y hay mucha sobreexcitación”, templan en el PP que ponen en el foco en que “lo importante es solucionarlo”. Los populares aseguran que el fallo no es regional, sino que está muy localizado en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla y que va haber “muchos ceses” tras el de la consejera de Salud porque no se ha trasladado a San Telmo una información muy sensible. De camino, contrastan con otros gobiernos donde las dimisiones son una anomalía. Estas fuentes destacan la importancia de gestionar bien, entre otros motivos, para “apagar” el circuito de transferencia de votos al partido de Santiago Abascal. “Vox se despierta cuando hay picos de violencia política, pero cuando el PP gestiona bien nuestro voto pachorro se activa porque le ve la utilidad”. Por primera vez en los siete años de Gobierno, varios dirigentes populares no han podido ocultar su irritación con la comunicación política aplicada en este asunto porque ha situado a Moreno en el punto central de la diana y además sin tener todos los datos.
En esta crisis hay algo que el PP no ha podido controlar. “El enganche de la información ha salido de los circuitos clásicos”, admite un dirigente. También es ahí donde se fija el PSOE. Los socialistas llevan tres años buscando un martillo pilón que desgaste a Moreno y han elegido la sanidad como principal elemento de erosión. “Desde un análisis hecho sin corazón este asunto le ha venido bien a nuestra estrategia política, hemos saltado a los telediarios nacionales y el relato que decíamos ha encontrado eco”. El PSOE ha pospuesto una campaña con autobuses, del tipo de los que lanza la organización ultraconservadora Hazte Oír, con el lema “Salvar la sanidad pública”. El retraso se debe a que quiere que todas las mareas, sindicatos y partidos de izquierda se sumen, tal vez porque la credibilidad del PSOE no está como en los viejos tiempos y prefiere ir en comandita que en solitario.
No obstante, desde la dirección regional que lidera María Jesús Montero aplacan el optimismo de algunos de sus dirigentes ―el objetivo es que pierda la mayoría absoluta, reconocen―, aunque advierten con sorpresa que “al PP le está pasando lo que le ocurrió a Susana Díaz, que creyó que estaba todo hecho”. El secretario general del Partido Comunista de Andalucía, Ernesto Alba, candidato de IU a las primarias en la coalición Por Andalucía, pide “prudencia”, reconoce que “hay subidón” en el estado de ánimo, pero eso no es garantía de éxito. “Miles de personas se manifiestan en Madrid contra Ayuso y luego gana por mayoría absoluta”, dice. Confía sobre todo en la movilización de las izquierdas y aconseja al PSOE que “se espabile”.
Más a la izquierda se encuentra Adelante Andalucía. Su portavoz, José Ignacio García, templa: “Estamos sin duda ante el peor momento de Moreno. ¿Que esto sea suficiente para que pierda? Queda mucho tiempo, veremos. Y el PP tiene el viento de todo tipo a favor. Pero al menos hay una crisis importantísima”. A las izquierdas a la izquierda del PSOE se sumará casi seguro Podemos, fragmentando aún más el voto en este espacio –“el desperdicio metabólico del voto”, lo llama Montero- aunque antes tendrá que verbalizar (o no) su salida de Por Andalucía.
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