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El ganadero Óscar Puente y su cuadrilla de voluntarios, cuerpo a cuerpo contra el fuego

Vecinos y trabajadores del campo se lanzan contra las llamas para salvar sus tierras y casas. Dos de ellos han muerto en los trabajos de extinción en Castilla y León

Incendios Zamora: El ganadero Óscar Puente y su cuadrilla de voluntarios, cuerpo a cuerpo contra el fuego. Dos voluntarios muertos
Virginia Martínez

Hay al menos dos hombres cuyo nombre y apellido es Óscar Puente en España. Ambos son de Castilla y León y ambos tienen un porte de gran envergadura. Uno es responsable de la cartera de Transportes y Movilidad Sostenible del Gobierno central, que estos días se ha enzarzado con el Ejecutivo autonómico del popular Alfonso Fernández Mañueco. El otro es un ganadero de 52 años residente en Tábara, una de las localidades de la provincia de Zamora que esta semana vive una de las mayores oleadas de incendios de su historia. “No, no soy el ministro”, bromeaba este miércoles el segundo —Óscar Puente Cabrerizo—, mientras se enfrentaba a menos de un palmo con las llamas todavía candentes en los campos donde cría su ganado, con el humo en la garganta y la vista entorpecida por las cenizas, en medio de una estampa aterradora. Al cruzar la carretera por la que se accede a ese punto, la temperatura del interior de los coches se eleva en unos microsegundos dejando sentir el fuego como si estuviera dentro del vehículo.

Las tierras que tiene arrendadas Puente —el ganadero— son unas 200 hectáreas próximas a la localidad de Abejera, desalojada durante más de dos días por la virulencia del fuego. Como él y su cuadrilla, decenas de voluntarios se han ido sumando a las tareas de extinción junto a los efectivos de la Junta de Castilla y León y los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Son vecinos de las localidades afectadas que luchan cuerpo contra cuerpo con el fuego por temor a perder sus casas, a que acaben abrasados los animales de las granjas o a que ardan sus huertos. Un miedo suscitado por la falta de efectivos, sostienen los consultados en distintos puntos de Castilla y León. Desde el lunes, dos voluntarios han muerto tratando de salvar su pueblo, Quintana y Congosto, en León: Abel Ramos, de 35 años, y Jaime Aparicio, de 38. Pero el fallecimiento del primero, certificado en la noche de antes de que Puente y su cuadrilla se enfrentasen al fuego, no les detiene.

—¿No tienen miedo?

—¿Y qué hacemos? ¿Nos vamos para casa? Medios hay pocos, hay que hacer todo lo posible por salvar lo nuestro.

Con “lo nuestro”, Puente se refiere al ganado de vacas alistanas que mantiene cercadas en una granja metros abajo de donde él y su cuadrilla intentan sofocar el fuego. El grupo está compuesto por siete hombres y una mujer de entre 25 y 40 años. Son allegados del ganadero provenientes también de Tábara. Y que han acudido a su llamada para tratar de salvar las reses. Frente al terror de las llamas, empuñan el todos a una. “El pueblo está antes, si no nos ayudamos nosotros…”, se lamenta Mario Martín, de 36 años, que pasó ocho trabajando en helicópteros forestales.

La cuadrilla de voluntarios de Óscar Puente.

En la cuadrilla de voluntarios de Puente hay quienes se dedican a la agricultura y a la construcción. También cuentan con un ingeniero de montes. Todos conocen bien el comportamiento del fuego, con el que ya combatieron en el verano de 2022, en los graves incendios de la Sierra de la Culebra. “Entonces también vino gente de fuera a ayudarnos a Tábara”, rememora Puente. No trabajan solos, sino que se han sumado a un camión de bomberos que aparece de entre la niebla. Con el jefe del retén, dependiente de la Junta de Castilla y León, intercambian instrucciones con para trabajar en comandita.

La cuadrilla de voluntarios está dotada de palas y de algunas mochilas con agua y mangueras. Varios visten monos de trabajo, otros, como Puente, van en camiseta corta y pantalón largo de montaña, y se tapan la boca con mascarillas o pañuelos. Hasta el lugar, entre las localidades de Abejera y Tábara, han llegado en sus propios vehículos pero por vías pecuarias y escondidas, para sortear a los controles de la Guardia Civil que mantienen cortada la carretera. Aunque han accedido a ese punto evitando a los agentes, los bomberos colaboran en coordinación con ellos sin mayor problema. La vía cortada está rodeada de campos quemados, focos aún humeantes y molinos de viento, que sopla intensamente. Un cambio brusco provocó que, un día antes, Abejera pasara en minutos de estar a salvo a tener el fuego en la primera línea de las casas. Algunos miembros de este grupo de voluntarios también se dirigieron entonces allí para asistir a sus vecinos. “Si no lo apagamos nosotros, no lo apaga nadie”, se queja Martín.

“Acaten inmediatamente” las indicaciones

El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, he hecho este jueves un llamamiento a los voluntarios que combaten los incendios forestales en distintas comunidades autónomas, tanto en Castilla y León como en Extremadura y Galicia principalmente, para que “acaten inmediatamente” las indicaciones de las autoridades que lidian con esas situaciones “complejas”. En una entrevista con TVE, el ministro ha hecho además una petición al conjunto de la sociedad a atender los llamamientos de las “autoridades” y de la Guardia Civil para que los vecinos de las zonas afectadas abandonen sus lugares cuando haya una situación de riesgo. En esa línea, el titular de Interior ha enfatizado que “nos encontramos en situaciones de máximo riesgo y las que mejor dan las indicaciones son las autoridades”.

Pero, sobre el terreno, las críticas hacia la clase política y la falta de medios es combustible para que los voluntarios sigan tratando de atajar las llamas con sus propias manos. Cuando las llamas empiezan a avivarse, Puente y su cuadrilla escapan a toda prisa del lugar quedando solo el camión de bomberos a la espera de una hidronave, que aparece a los pocos minutos. “No es el primer incendio ni será el último”, sentencia el ganadero al marchar.

Un hidrohelicóptero en Abejera.

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Sobre la firma

Virginia Martínez
Es redactora en la sección de España y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en la sección audiovisual hasta verano de 2021. Antes cubrió información local en el diario Granada Hoy. Es licenciada en Derecho por la Universidad de Granada y en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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