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Un grupo de bañistas retiene por la fuerza a migrantes llegados a una playa de Granada

Al menos una decena de hombres, extenuados tras una larga travesía en lancha, son inmovilizados por bañistas al poner el pie en la playa de Castell de Ferro

Algunos de los inmigrantes que habían saltado de la lancha en Castell de Ferro (Granada), este domingo, detenidos por la Guardia Civil.
Elena Reina

Para unos era un domingo de playa, el primero de agosto, quizá las primeras 48 horas de las vacaciones de verano. La playa de Castell de Ferro, en la provincia de Granada, estaba a reventar. Eran las dos de la tarde y en la arena no cabía ni un alma, según se observa en una decena de vídeos que han inundado las redes sociales, y que muestran cómo una embarcación, no de las que se acercan peligrosamente a las costas para que sus tripulantes se den un chapuzón, sino una lancha cargada de gente asustada, se acercó a los cientos de bañistas. Y los migrantes saltaron al mar. No era difícil distinguirlos porque para evitar quemarse por el sol iban tapados hasta las muñecas, justo al contrario de muchos de las toallas. Y corrieron desorientados, tropezando con las sombrillas. Y nueve acabaron mordiendo la arena.

 Es probable que el piloto de la embarcación no previera que a su llegada, en lugar de toparse con policías o guardia civiles, se encontrase con bañistas aparentemente convencidos de que podían sustituir a las autoridades y detener a los migrantes, para indignación de otros veraneantes. En un vídeo grabado por una mujer, de los varios que registraron los bañistas, se observa a un hombre de bañador naranja someter a otro tumbado boca abajo, rodilla en la espalda, mientras ella le grita: “¡Deja al chiquillo!, ¡qué poca vergüenza!”.

Otros veraneantes hicieron vídeos del desembarco y de los migrantes corriendo desorientados en busca de un lugar seguro. Nueve de ellos acabaron siendo retenidos por algunos bañistas, que se lanzaron contra ellos sin esperar a que acudieran las autoridades.

Este lunes, el subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, ha asegurado que fueron nueve los migrantes llegados a esta playa —aunque en los vídeos de la lancha parecen ser muchos más— y que han sido trasladados al Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE), donde permanecerán “mientras se tramita su orden de expulsión del territorio nacional”.

Montilla trató también de explicar que este ha sido un caso aislado. Que “la llegada de personas migrantes a las playas de Granada está siendo muy escasa en 2025”. La del domingo fue, según el subdelegado, “la segunda embarcación” que llega a las costas granadinas “en todo lo que va de año”.

El último balance del Ministerio del Interior en materia de Inmigración destaca que las entradas de inmigrantes por vía marítima (de enero a julio) han descendido un 32,2% respecto al año pasado. Que la ruta canaria ha caído un 46%, la de Ceuta un 77% y a Melilla solo han entrado nueve. Los datos, que contabilizan a los inmigrantes registrados hasta el 31 de julio, advierten de una subida en las llegadas a las costas españolas y Baleares de un 14% (unas 7.000 personas).

Sin embargo, estos datos tienen en cuenta embarcaciones. Y desde Ceuta, las autoridades alertan de una cifra muy superior: en los últimos días han interceptado a más de 70 jóvenes cruzando la línea a nado. Sin que estas cifras vayan a figurar en ninguna estadística, advierte la prensa local, que menciona a la Guardia Civil, que la destaca como “la ruta más temeraria”, a la que se han sumado mujeres y niños, ya no solo marroquíes, sino de una decena de nacionalidades. Cada vez se alejan más de la costa para evitar ser interceptados por las autoridades de un lado y otro de la frontera. Y cada vez corren más peligro.

El puñado de hombres que saltó de la patera este domingo, que corría despavorido de los hombres que hasta justo antes estaban jugando a las palas y ahora querían retenerlos, se ha convertido también en una de las banderas de la ultraderecha en España. La misma que ha jaleado en otros puntos del país persecuciones incluso contra quienes ya viven en él. Como fue el caso de Torre-Pacheco (Murcia), en Alcalá de Henares (Comunidad de Madrid) y en algunos municipios de Cataluña.

La playa de Granada ha sido el último bastión veraniego de un puñado de ultras. Esta vez, como sucedió en la localidad murciana, eran también una minoría, según los gritos de reprobación que se escuchan en los vídeos. En las mismas redes donde estos días Vox difundía estas imágenes para acusar al Gobierno de orquestar un “efecto llamada”, otros ya le habían puesto un título a las imágenes del hombre del bañador naranja: “Los fachas de la playa”.

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Sobre la firma

Elena Reina
Es reportera de la sección de Nacional. Antes trabajó ocho años en la redacción de EL PAÍS México, donde se especializó en temas de narcotráfico, migración y feminicidios. Es coautora del libro ‘Rabia: ocho crónicas contra el cinismo en América Latina’ (Anagrama, 2022) y Premio Gabriel García Márquez de Periodismo a la mejor cobertura en 2020.
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