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NOCHEBUENA
Crónica
Texto informativo con interpretación

TVE se reivindica (con pulla) en su gran noche televisiva

Esta vez se han encargado de conducir la gala el siempre entusiasta Aitor Albizua y una Lalachus que ha nacido para estos saraos

Solo hay un argumento para ver la televisión en Nochebuena: que te paguen por hablar de ella, como es mi caso. ¿Cuál es el suyo? Sorpréndanme. El más obvio es escapar de conversaciones incómodas durante una cena a la que demasiada gente asiste únicamente por compromiso. Y para evadirse sirve hasta ese discurso institucional del rey que seguimos todos, aunque sea de refilón. A mí me pilló en un bar, porque mi misión es reflotar la economía española desde el sector servicios y no cejo en el empeño ni en festivo.

Como estoy arrimando el hombro y el codo a la barra, no puedo detectar originalidad en sus palabras, pero desde luego sí en las formas. Esta vez se graba en el Salón de Columnas del Palacio Real, sencillez ante todo, y con el rey de pie como si fuese Carlos Franganillo y más moreno que Manu Güix, pero eso igual es cosa del contraste del aparato o del contouring. La realización es más moderna, aunque añoro los movimientos alambicados del emérito con sus pausas eternas antes de cada cambio de plano. Lo de este año resulta tan innovador que por momentos temo que nos acaben calzando algún recurso en realidad aumentada, esa tecnología de la que sacan pecho los informativos mientras nos cuentan una realidad disminuida.

Escribir sobre la televisión en Nochebuena es más sencillo de lo que parece porque tan solo hay que estar atenta a TVE. Telecinco ha tirado la toalla de la audiencia, aunque a estas alturas ya era una toallita pequeña, casi un paño de cocina, y se ha limitado a ofrecernos los mejores momentos de Bailando con las estrellas, que básicamente son los mejores momentos de Telecinco porque pocos programas le han proporcionado más seguimiento. Como una nunca deja de sorprenderse, me he encontrado echando de menos a Christian Gálvez y Verónica Dulanto, esas dos personas a las que solo veía en Nochebuena y de las que siempre me preguntaba qué hacían el resto del año.

A pesar de que la mayoría de la noche telenciquera ha sido enlatada, sí se ha colado la Navidad en El diario de Jorge, la jaula dorada que ha pergeñado Mediaset para amarrar a Jorge Javier Vázquez, no vaya a ser que lo pete en otro canal, pero manteniéndolo políticamente desactivado. Lo he visto más de refilón que el discurso del rey porque su plato fuerte consistía en usar la IA para conectar a personas con sus seres queridos fallecidos, algo que en su momento ya hizo El hormiguero y a mí no me puede dar más mal rollo. Seré una excéntrica, pero pienso que mejor respetar las ausencias y no convertirlas en presencias estrambóticas. O tal vez es que no necesito tirar de tecnología punta para escuchar a mi madre decirme: “Ponte derecha” o “Qué mala piel tienes, has salido a la familia de tu padre”. Estas han sido las primeras navidades sin ella y eso significa que Canal Sur ha perdido una espectadora porque era gallega y, que yo sepa, jamás pisó ninguna de sus ocho provincias, pero ella las navidades las vivía en la autonómica andaluza con más devoción que si hubiese nacido en Puerto Real.

Las navidades se han colado en Cuatro vía First Dates. El programa de citas ha hecho un especial Nochebuena porque para el amor no hay horario ni fecha en el calendario. E incluso en una noche tan pía como esta siempre hay sitio para una mujer falsamente empoderada que tuerce el morro si no la invitan a la cena, se hable de prototipos más que en una reunión de CEOS de Fiat y alguien pida espaguetis para cenar. No he visto más que el villancico final dirigido por Sobera, pero seguro que alguna de esas tres situaciones clásicas del bingo de First Dates se ha colado en el programa de ayer.

Si Telecinco no compite porque se sabe perdedora, Antena 3 no lo hace porque es consciente de que su inercia ganadora le va a permitir ser la cadena más vista del año sin tener que desfondarse, y por eso se limitó a enlatar refritos de lo que le funciona como Tu cara me suena. De hecho, empiezo a sospechar que Antena 3 solo emite Tu cara me suena para luego reemitirla en trocitos el resto del año, aunque saben perfectamente que lo que todos queremos ver es a Yolanda Ramos haciendo de David, el gnomo, a Llum Barrera en la piel de Luis Aguilé y a Arturo Valls como Shakira o Britney Spears. Tu cara me suena lo ganan los cantantes, pero le dan vida los humoristas.

En esa noche que es Nochebuena y mañana Dios y el share dirán, solo echa el resto TVE y lo hace poniendo toda la carne en el asador. Esta vez se han encargado de conducir la gala de Telepasión el siempre entusiasta Aitor Albizua y una Lalachus que ha nacido para estos saraos. Han empezado con Mi gran noche, el hit de Adamo que en España popularizó Raphael, y tras ellos aparecieron más de 130 profesionales de TVE haciendo gorgoritos. Qué quieren que les diga, soy fan. A mí ver a la gente de Valle Salvaje a ritmo de Karol G me lleva al Baz Luhrmann de Romeo + Julieta o Moulin Rouge y eso me pone contenta. En el año de su resurrección, TVE sigue siendo la única cadena que se toma en serio una noche en la que tantos necesitamos evasión y lo ha hecho a lo grande. Aunque ha habido ausencias, no estaban todos; faltaba Silvia Intxaurrondo y también Pepa Bueno. Lástima. Otro año será, si es que no hay motosierras por medio. Por si acaso ya han lanzado una puyita en forma de “quién quiera pararme no podrá”. Guiño, guiño, codazo.

En una TVE que quiere abrir de nuevo sus puertas a la música en directo, igual porque se han dado cuenta de que sin nuevas actuaciones a ver cómo van a hacer Cachitos en la Nochevieja de 2050, no han faltado sus dos especiales musicales. Este año les ha tocado a Dani Fernández y Abraham Mateo porque la pública no disimula que quiere rejuvenecer su target. Tampoco ha faltado el programador Grinch de La Sexta que, como suele ser habitual, ha hecho oídos sordos a la fecha y ha emitido La última fortaleza, un drama carcelario de Robert Redford y James Gandolfini. ¿Qué le pasa a esta persona?

El plato fuerte fuera de la carta de las generalistas lo aportó Apple TV, que ya tiene disponible el último capítulo de su serie estrella Pluribus. Ya saben, la historia de una mujer que intenta mantener su individualidad en medio de un mar de zombies bienquedas; si no es la mejor metáfora de la Nochebuena, no sé cuál puede ser.

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Sobre la firma

Eva Güimil
Eva Güimil (Mieres, 1972) ha sido directora y guionista de diversos formatos de la televisión autonómica asturiana. Escribe sobre televisión en EL PAÍS y ha colaborado con las ediciones digitales de Icon y 'Vanity Fair'. Ha publicado la biografía de Mecano 'En tu fiesta me colé'.
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