La pelea de Rábanos, el pueblo de Burgos de 10 habitantes, para que el alcalde no les quite el Ayuntamiento
El regidor de un grupo de cuatro pedanías maniobra unilateralmente para llevar a su municipio la sede administrativa


El alcalde tomó a Rábanos por las hojas y sin consultar cuándo, apoyado en El Diario de Burgos, anunció el proyecto de mover el Ayuntamiento de Rábanos (Burgos, 10 habitantes) al cercano Alarcia (46 habitantes). Rábanos ha ostentado históricamente el Consistorio que engloba al propio municipio, a Alarcia, a Villamudria (27 habitantes) y al ya despoblado Haedillo, pero el regidor, Guillermo Oca (PP), ha esgrimido dificultades administrativas en Rábanos, como la ausencia de internet en el Ayuntamiento, para trasladar la alcaldía a Alarcia, donde reside. Los afectados critican el movimiento unilateral, se han manifestado y reclaman al alcalde que, más allá de obras como construir un polideportivo en su pueblo por 230.000 euros, aproveche las ayudas públicas para modernizar el Ayuntamiento y desmontar el argumento de la desconexión. “Rábanos es, un pueblo burgalés”, corearon hace varias semanas decenas de personas congregadas allí mientras aguardan el desenlace administrativo.
El plan del primer edil les llegó por la prensa local. El periódico burgalés llevó a portada El pueblo que quiere dejar de serlo y mostraba a 11 personas con un rótulo tachado de Rábanos. La versión digital titula En este pueblo no hay quien gobierne y durante el reportaje expresa la postura del regidor con frases como “Es un desastre. Aquí no hay nada que hacer”, “En Rábanos no tenemos ni teléfono” y múltiples menciones a los precarios recursos municipales como motivo para mover la sede administrativa a Alarcia, algo más poblado y más operativo. Según lo recogido en el texto, él afirma verse respaldado por vecinos de todas las localidades correspondientes al Consistorio y citó una presunta “buena sintonía” con los representantes de Villamudria y Rábanos, algo desmentido posteriormente por los implicados.

La publicación, donde admitía que ya había iniciado los trámites para desplazar la sede administrativa, ofendió en Rábanos, donde aseguran que nadie se ha dirigido a ellos. El Diario de Burgos acudió a la concentración municipal y allí Emiliano Mata, concejal de Rábanos y habitante de Villamudria, desmintió tal sintonía: “Le dije al secretario que no iba a firmar porque no estaba de acuerdo y me dijo que daba igual porque con dos ya eran mayoría”. El alcalde pedáneo de Rábanos, Demetrio Lázaro, reniega del empeño de Oca: “Estamos indignados, se le ha ocurrido a él y ahora acusa a los periodistas, pero alguien se lo habrá dicho a ellos”. Lázaro agradece que vecinos de otros lugares cercanos se hayan solidarizado con los agraviados y añade que harán “otro pleno a ver cómo se aclara” y que se movilizarán “hasta que se solucione”. El burgalés apostilla que más allá de las excusas del mandamás sobre la conectividad, hay líneas accesibles para dotar al edificio de Internet. Oca no ha respondido a EL PAÍS.
El revuelo ha movilizado a los rabanizos, congregados en torno a carteles como “Rábanos no quiere dejar de ser un pueblo”, “Rábanos está vivo”, “Rábanos en lucha”, “El Ayuntamiento se queda en Rábanos” o “Guillermo dimisión”. Los afectados han elaborado un manifiesto donde cargan contra Oca por iniciar los trámites para mover la capitalidad y admiten una cuestión de fondo: “Este núcleo de población apenas cuenta con recursos para llevar el día a día de los trámites burocráticos que requiere una administración pública en pleno siglo XXI”. Los manifestantes lamentan que este y otros tantos puntos de la España despoblada carecen de los medios para operar, a veces en lo sanitario o educativo y en otras como esta lo directamente institucional o administrativo. “Trabajamos por el bienestar de nuestro pueblo y su población”, han defendido.
La denuncia se fundamenta en cifras. Del alcalde valoran que “gracias a su gestión, puede manejar un presupuesto de 230.000 euros para construir un frontón-polideportivo para un municipio de 80 habitantes, construido en Alarcia, aunque no ha conseguido tener teléfono e internet en su Ayuntamiento” y reprochan que en 2023 manejó 20.000 euros “para construir una torre de comunicaciones y tener internet”, si bien ese año un programa del Gobierno ofrecía, por 35 mensuales, ese servicio que el alcalde “parece utilizar como excusa para intentar mover la capitalidad del municipio”. Los beligerantes de Rábanos aluden a la geografía, pues su pueblo se encuentra entre Alarcia y Villamudria, y donde en 1857 se depositó el mando sin peticiones de cambiarlo hasta ahora. Sandra Lázaro, una de las impulsoras de la revuelta, lamenta que el alcalde vaya “contra las personas a las que debería defender, lo correcto sería buscar soluciones y trabajar en conjunto para el bienestar de los pueblos implicados, poniendo soluciones a la falta de equipamiento”.

La afectada señala que hace unos días se reunieron representantes de Rábanos y Villamudria con el regidor y allí hubo críticas al diario local, si bien ella cree que más allá de lo periodístico hay que centrarse en el traslado y en conservar la capitalidad. El alcalde se ha dirigido a la Diputación para intentar confirmar la mudanza de sede mediante un informe de la Real Sociedad Geográfica donde esta entidad, no oficial ni vinculante, reconoce que demográficamente y por recursos tiene sentido el cambio, pero cita que “si no existiera oposición local al cambio de capitalidad, muy particularmente por parte de los vecinos de Rábanos, los argumentos presentados constituirían aval suficiente para justificar la nueva organización local”.
Esta falta de consenso, subraya Lázaro, desmonta esa tesis, como también la de escasez tecnológica ante la posibilidad de acceder a ayudas, pues en Rábanos las casas tienen teléfono y red: “Si no hay en el ayuntamiento es porque no se ha pedido”. Los críticos se han comunicado con la Sociedad Geográfica y la entidad contestó que su función es solamente de “evaluar exposiciones” y agregó que sí percibe “oposición frontal” al proyecto, lo cual choca con los “avales” mostrados por el alcalde. Un Pleno extraordinario convocado el jueves pasado para pedir que se paralice el proceso salió negativo al desestimarlo dos concejales, de Alarcia, contra el voto del representante de Villamudria. De seguir adelante, el cambio de Ayuntamiento, afirma Lázaro, seguirán luchando al son de uno de los lemas de la manifestación, parafraseando al grupo Estopa: “Y si la cosa se tuerce, pues nos cogemos y nos vamos pa’l pueblo”.
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