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Detenidos dos delincuentes habituales por el robo de cobre que afectó a miles de viajeros de tren el 4 de mayo

Los arrestados, con numerosos antecedentes policiales por hechos similares, utilizaron un método poco frecuente para la sustracción de cableado

Trenes en la zona en la que se ha producido la interrupción de los trayectos debido a una falta de tensión en la catenaria, en la comarca de La Sagra (Toledo), el 1 de julio de 2025.Foto: Alex Onciu | Vídeo: EPV
Óscar López-Fonseca

La Guardia Civil detuvo el pasado jueves en la provincia de Toledo a dos veinteañeros de nacionalidad española como presuntos autores del robo, el pasado 4 de mayo, de cableado de cobre en cinco puntos de las vías del AVE a su paso por la comarca de La Sagra. Aquella sustracción colapsó la circulación de trenes y afectó a decenas de convoyes y miles de pasajeros en la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla entre aquel domingo y el lunes siguiente, en algún caso con retrasos de hasta nueve horas. Los arrestados, que residían en sendas localidades próximas a los lugares donde se produjeron las sustracciones, tienen numerosos antecedentes policiales por sustracciones de material ferroviario así como por otros delitos, según ha informado este viernes el instituto armado. La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Orgaz (Toledo) ha enviado este viernes a ambos a prisión acusados de un presunto delito continuado de robo con fuerza de cable de cobre ya que se les vincula con otros sustracciones similares cometidas después de aquella.

Las detenciones confirman la que fue la principal hipótesis de la Guardia Civil casi desde el inicio de la investigación y que apuntaba a un robo con fuerza realizado por delincuentes especializados en la sustracción de cobre para su posterior venta. Esta línea de investigación contrastaba con la que defendió en un primer momento el ministro de Transportes, Óscar Puente, que afirmó que todo apuntaba a un sabotaje. Puente argumentó sus sospechas en el escaso valor de los 150 metros de cable de cobre robado (unos 300 euros, según las estimaciones de su departamento, aunque el daño a la infraestructura se elevó hasta 25.000 euros); la fecha elegida (el puente del 1 de mayo con un importante trasiego de viajeros) y que el tramo donde se produjo la sustracción no tenía vigilancia.

Ahora, la bautizada como Operación Coperto ha despejado finalmente cualquier sospecha de sabotaje con la detención de dos delincuentes habituales que, para cometer los robos de cable, utilizaban un peculiar sistema nada habitual en este tipo de robo. Según destaca el instituto armado en su nota, para perpetrarlo se necesitan “conocimientos y técnicas específicas para sustraer el material sin sufrir una descarga eléctrica”. Las pesquisas para llegar hasta ellos son calificadas por fuentes cercanas a las mismas de “especialmente complejas”, ya que tanto el lugar donde se produjo el robo (cinco lugares solitarios repartidos a lo largo de 10 kilómetros de la vía férrea) como la hora (de noche) “no permitieron en un primero momento recoger indicios que permitieran tirar de un hilo”.

Finalmente, el estudio de las imágenes de vídeo que recogían los vehículos que transitaron por las zonas cercanas a la hora del robo, la geolocalización de teléfonos móviles y algunos restos encontrados en los lugares del robo llevaron hasta los dos detenidos. Se trataba de dos delincuentes habituales que fueron detenidos en las viviendas en las que residían en las localidades toledanas de Orgaz (2.600 habitantes) y Sonseca (11.300), este último en una casa okupada junto a su familia y numerosos perros. La investigación descarta la implicación de más personas en el robo.

En el registro de sus viviendas, los agentes encontraron útiles comunes en este tipo de sustracciones, como cizallas de grandes dimensiones, radiales y un visor nocturno, así como metros de cable de cobre, parte de ellos con la cubierta de plástico quemada para facilitar su venta en el mercado negro. También se les han intervenido medio kilo de hachís y cuatro teléfonos móviles. La investigación ha sido llevada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Toledo con apoyo de la Unidad Central Operativa (UCO), la Unidad Técnica de Policía Judicial, el Área Técnica de la Jefatura de Información y el Servicio Aéreo. En las detenciones se ha contado con el apoyo de efectivos de Seguridad Ciudadana y del Grupo de Reserva y Seguridad 1, con sede en Valdemoro (Madrid).

Informes policiales apuntan que los robos de cobre suelen ser cometidos por “grupos organizados” cuyos integrantes habitualmente ser originarios de países del antiguo bloque del Este, como Rumania y Bulgaria, aunque, como en este caso, también hay españoles. Muchos de ellos tienen antecedentes por hechos similares. El inicio del auge de este tipo de delincuencia se sitúa en los primeros años del presente siglo, a pesar de diversas medidas puestas en marcha desde entonces para combatirlo.

En 2015, el Gobierno de Mariano Rajoy activó un “Plan de Respuesta a las actividades ilícitas relacionadas con el material de cobre” para prevenir los robos y obstaculizar su venta en el mercado negro (buena parte de este material acaba en China) y modificó el Código Penal para agravar las penas de delitos de hurto “de conducciones, cableado, equipos o componentes de infraestructuras de suministro eléctrico, de hidrocarburos o de los servicios de telecomunicaciones, o de otras cosas destinadas a la prestación de servicios de interés general, y se cause un quebranto grave a los mismos”.

Pese a ello, las últimas estadísticas de Interior recogen que es un delito que sigue en alza. Solo en 2024, la Policía Nacional y la Guardia Civil investigaron 4.433 denuncias por sustracción de cobre y otros materiales conductores, un 87% más que seis años antes. Estas cifras son en realidad una aproximación, porque no recogen los sucesos de estas características registrados en País Vasco y Cataluña, donde la Ertzaintza y Mossos d’Esquadra tienen transferidas las competencias policiales. De hecho, Cataluña lidera de lejos las estadísticas de este tipo de robos, ya que en 2023 acumuló más denuncias (5.372) que en el resto de España en su conjunto (más de 4.000).

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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