Detenidas 32 personas por simular accidentes de tráfico para cobrar las indemnizaciones
Los implicados, con lazos familiares o de amistad entre ellos, habían conseguido más de 243.000 euros en apenas ocho meses tras fingir incidentes con sus vehículos


Un vehículo Ford Focus azul baja por la calle Alonso de Fonseca, en Málaga. No hace caso a la señal que le indica que debe ceder el paso e impacta en la puerta del copiloto con un Seat Ibiza de color claro que circula por la vía Nicolás Salmerón. El primero reconoce su error y el segundo acepta las disculpas después de firmar un parte amistoso. “Me salto el ceda [el paso] y le doy”, escribe el infractor en uno de los documentos que ha servido a la Policía Nacional para desmantelar una organización dedicada a simular accidentes para cobrar las indemnizaciones y aprovechar, también, para arreglar los desperfectos en sus coches. Han sido detenidas 32 personas, la mayoría familiares o con fuertes vínculos de amistad, quienes habían ingresado 243.000 euros en apenas ocho meses gracias a su fraude. Se les imputan los delitos de estafa y falsedad documental.
La investigación partió de una petición de las propias aseguradoras, que habían detectado algunos partes amistosos de accidentes que parecían ser ilícitos. Contrataron a una agencia de detectives y su trabajo sirvió para confirmar las dudas. Por eso lo denunciaron ante la Policía Nacional. El caso quedó en manos del grupo I de Delitos Económicos de la UDEF/UDEV de la Comisaría Provincial de Málaga. Los agentes comprobaron que los entonces sospechosos habían simulado un primer accidente y que, seis meses después, tras cobrar las indemnizaciones y comprobar que la estafa podía funcionar, simularon otros seis accidentes en apenas un mes. La idea era la misma: simular lo ocurrido y solicitar indemnizaciones a los seguros. Durante la operación, denominada Posto, los policías también pudieron documentar cómo en los accidentes participaban cada vez más personas. Primero del núcleo familiar y luego también amigos de un círculo poco a poco más lejano, para que los responsables de la trama no aparecieran siempre en los incidentes. A cambio de su participación, esas personas recibían un porcentaje de los ingresos. La forma en que se repartían el dinero fue confirmada después de que los investigadores tuvieran acceso a los movimientos de cuenta de los investigados tras obtener la autorización judicial.
La investigación también incluyó vigilancias a los principales cabecillas para conocer sus hábitos y las relaciones con el resto de participantes. Y también se analizó numerosa documentación procedente tanto de las aseguradoras como de empresas de alquiler de vehículos, Policía Local o empresas de seguridad. Todo ello permitió comprobar que hasta siente accidentes en apenas ocho meses contaban con partes amistosos entres los implicados y sin que en ningún caso mediasen agentes municipales o testigos que pudieran confirmar la veracidad de los siniestros. En ellos, además, los implicados aprovechaban para que los seguros reparasen desperfectos de los vehículos previos al supuesto choque y que no coincidían con los documentados en los partes.
Finalmente, los investigadores pudieron obtener indicios suficientes de que se trataba de “un fraude profesionalizado y perfectamente orquestado”, según han explicado fuentes policiales, que asemejan la trama a la de una estafa piramidal. “Los máximos responsables del entramado buscaban personalmente a diferentes personas para poder materializar los accidentes simulados, pero a su vez, instaban a que estas buscaran a otras para que existiera un elevado número de falsos implicados en cada accidente y así conseguir unos beneficios económicos más elevados”, han subrayado las mismas fuentes. La operación se ha saldado con el arresto de 32 personas, todas vinculadas por lazos familiares o de amistad, a quienes se imputan los delitos de estafa y falsedad documental.
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