Díaz ve “insuficientes” las explicaciones de Sánchez y evita rebajar la presión al PSOE

La crisis de confianza sigue abierta en la coalición de Gobierno. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha comparecido a última hora de la tarde tras su reunión con el presidente en la Moncloa, para dar cuenta del primer encuentro entre ambos desde el estallido del escándalo que implica a Santos Cerdán, ex número tres socialista, en el caso Koldo. La líder de Sumar en el Gobierno ha tachado de “insuficientes” las explicaciones de Pedro Sánchez y ha exigido al PSOE que acabe con los aforamientos y ponga en marcha una reforma de la ley de contratación del sector público para evitar que las empresas condenadas por corrupción puedan optar de nuevo a una adjudicación en las administraciones.

La reunión entre los dos dirigentes, que pidió la propia vicepresidenta ante la falta de explicaciones de las primeras jornadas, se ha saldado sin otro compromiso que la convocatoria de la mesa de seguimiento del pacto de la coalición, aún sin fecha, en la que prevén abordar las reformas que el socio minoritario del Gobierno reclama: un impulso de la legislatura en términos de regeneración democrática y también de avance de la agenda social. Algunas de las medidas demandadas desde la semana pasada tienen que ver con la vivienda, que se ha vuelto un quebradero de cabeza para la ciudadanía por su elevado precio, y otras están incluidas en el acuerdo de gobierno de 2023, como la creación de una prestación universal por crianza o la remuneración de los permisos de conciliación, guardadas en un cajón desde entonces. Esta inacción ha generado una cierta frustración en Sumar, pero la realidad es que el Ejecutivo carece de una mayoría de izquierdas en el Congreso para aprobar sus propuestas y partidos como Junts o Podemos —en direcciones opuestas— han mostrado diferencias profundas con la coalición.

Esta misma mañana, la organización que dirige Ione Belarra escenificó de nuevo el distanciamiento con el Gobierno al anunciar que no acudirá a la ronda de contactos planteada por Sánchez para reconducir las relaciones con sus socios parlamentarios. Fuentes del partido entienden que solo se trata de una operación de “lavado de cara” de un PSOE afectado por la corrupción y aseguran que después de las últimas revelaciones es “muy complicado o prácticamente imposible” seguir negociando con el Ejecutivo medidas en el Congreso, lo que amenaza con dejar la legislatura en un punto muerto.

Díaz, que sí se ha reunido a mediodía con la diputada de Podemos Noemí Santana y otros partidos del grupo mixto para tratar de sacar adelante la reducción de jornada, ha hecho hincapié en remarcar sus diferencias con el PSOE. “La corrupción no es inevitable, basta ya de cinismo”, ha pedido. “No todos somos iguales. Soy una persona limpia. Los cinco ministros [de Sumar] son limpios. El espacio político es limpio”, ha sostenido.

“El PSOE no puede salir como si nada hubiera pasado”, ha afirmado Díaz antes de exigir en un tono muy duro al socio “plazos concretos” para el “desbloqueo” de la agenda social y el despliegue de estas medidas. La vicepresidenta también le ha pedido a Sánchez que le ofrezca “garantías” de que los casos de corrupción no se extiendan al conjunto del PSOE y que haga una “limpieza” de todos los sectores que se pudieran ver afectados.

“Le digo a la ciudadanía que cuando haya elecciones vamos a salir a ganarlas (...) Hay que extirpar la corrupción, recuperar la confianza y gobernar con decencia para la mayoría”, ha incidido desde la sede del Ministerio de Trabajo.

35 medidas

“Pedro Sánchez no está legitimado para liderar un Gobierno progresista en nuestro país”, había sentenciado a primera hora Pablo Fernández, secretario de Organización de Podemos. La formación izquierdista, muy dura con el Ejecutivo desde su exclusión del Gobierno y la ruptura con Sumar, cree que el informe de la UCO que vincula a Santos Cerdán con la gestión de mordidas cambia por completo el rumbo de la legislatura y ha llegado a bautizar el asunto como “caso PSOE”, una expresión que pretende extender el alcance de los delitos al conjunto del partido. Podemos ha hecho saber por la tarde que la comparecencia de Sánchez los había dejado de nuevo insatisfechos, al tildarla de “completamente vacía”.

También Izquierda Unida, parte de Sumar, ha movido ficha este lunes. En un ejercicio de presión al PSOE y después de días noqueados por la crisis en todo el espacio político, el partido ha presentado un documento que recoge 35 medidas contra la corrupción. En una rueda de prensa en la Cámara baja, su coordinador federal, Antonio Maíllo, ha llamado a “convertir esta vergüenza en acción política”. El dirigente ha reconocido que si el PSOE es imputado por corrupción “cambiaría la pantalla”, pero ha advertido de que en política hay que “hablar de realidades”.