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El presidente de Renfe, sobre eliminar paradas en Zamora para llegar antes a Galicia: “No todo el mundo puede tener trenes directos a cada instante”

El alto cargo ferroviario, Álvaro Fernández Heredia, defiende el reajuste de frecuencias que beneficia a Galicia y perjudica a la comarca zamorana de Sanabria

Álvaro Fernández Heredia
Juan Navarro

El presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, reivindica el reordenamiento de las conexiones entre el centro de España y Galicia. Este cambio beneficia al noroeste porque agiliza conexiones, pero repercute en la comarca de Sanabria (Zamora), en Medina del Campo (Valladolid) o Segovia, que pierden enlaces. Heredia incide en la eficiencia y los críticos piden implicación con las zonas despobladas. Además, censuran que el alcalde de Vigo, Abel Caballero (PSOE), pidiera poco antes “solidaridad” con su ciudad y reducir tiempos con Madrid.

Pregunta. Los afectados por la reconfiguración de horarios de Renfe hablan de menos trenes y ustedes de más plazas. Ambas son ciertas, pero ¿qué es más útil?

Respuesta. Lo importante es la afección real. En Sanabria no se ha eliminado una frecuencia directa, sino que se hace con enlace en Zamora, se mantiene el servicio, se cambia el directo por uno que no lo es. No es improvisado. Se ha mirado el uso, en un tren de 500 personas solo se subían cinco u ocho. El número de plazas de Sanabria aumenta y es la población de España con más plazas de alta velocidad por 1.000 habitantes, con 2.000. Segovia tiene 52 circulaciones diarias, la mejor oferta del territorio, y esos trenes que retirados tenían solo un uso del 0,25%, a algún viajero le venían bien, pero hacían parar a todos los viajeros. En Medina del Campo se han incrementado un 75% las plazas, aunque hayan variado algunas circulaciones. No se ha dejado sin tren a miles de personas, como dicen. En Sanabria son el 0,4% y en Segovia el 0,25%.

P. ¿Entiende que los habitantes de zonas despobladas cuyos servicios se van deteriorando se sientan ciudadanos de segunda?

R. Esos servicios no se deterioran, crecen y tienen mejores servicios que el resto del país. La causa de la despoblación no es el déficit ferroviario, en relación con el servicio ferroviario deberían tener más población. Llevar ese debate a lo emocional no es cierto, Segovia es la población que más circulaciones tiene de AVE por habitante. Hay otro tipo de causas de despoblación.

P. A su vez en Galicia hay muchos miles de habitantes más.

R. En Galicia hay dos millones de personas a las que se ha priorizado para mejorar la eficiencia tanto en reducir los tiempos en las conexiones como en mejorar internamente las conexiones entre núcleos importantes, complementando la larga distancia con la media distancia y Avant. También se han aumentado la oferta y las plazas, manteniendo un equilibrio entre mejorar también en Castilla y León. Si se ha modificado alguna circulación, se ha hecho donde menor uso tenían.

P. ¿Hasta qué punto pueden Renfe o el Gobierno tomar decisiones simplemente por volumen de usuarios ante las grandes diferencias entre comunidades?

R. La lectura es la contraria. Sanabria y A Gudiña (Ourense) son las poblaciones con más servicio de alta velocidad. Se habla de eso de una forma abstracta, pero el horario modificado tiene una alternativa que requiere conexión en Zamora, como pasa en muchísimas poblaciones, no solo en la España Vaciada. Quien coge un AVE en Madrid y vive en Alcobendas tiene que coger un Cercanías para ir a la estación. El uso era realmente bajo, ocho de las 140 personas al día. La siguen pudiendo hacer solo que con una conexión. Hay que llegar a un equilibrio, se procura no afectar a nadie, pero no todo el mundo puede tener trenes directos a cada instante porque entonces no sería un transporte ferroviario de alta velocidad de alta capacidad sino taxis.

P. Dice usted en El Norte de Castilla que el AVE no es un metro.

R. Combinamos servicios de AVE que tienen más y menos capilaridad. En esta guerra nos podemos encontrar con que hemos hecho una inversión muy importante y realmente no estamos consiguiendo una alta velocidad, sino un tren convencional con una velocidad baja que no beneficia a nadie. A quien más perjudica es a las regiones periféricas. Renfe hace un buen trabajo con líneas de larga distancia que dan permeabilidad a todos los territorios, también otras de alta velocidad con directos, semidirectos o que paran en todos sitios, pero tiene que haber un equilibrio. No puede ser que cada uno piense en qué le beneficia a él, independientemente del recorrido del tren una vez que ya él ha utilizado su parada.

P. ¿Qué puede hacer la Junta de Castilla y León para ayudar a que no haya tal dependencia de las infraestructuras estatales?

R. Lo hacen otras comunidades. Lo más importante para vertebrar un territorio como Castilla y León no es la alta velocidad, sino la media distancia. La Junta tiene una media distancia muy buena comparada con otros territorios, los servicios Avant con mayor oferta. Ese es un servicio subvencionado, con una obligación de servicio público que financia el Gobierno. Si quieren aumentarlo, la Junta puede contribuir a financiarlo, como Extremadura y Castilla-La Mancha. Renfe con los medios que tiene y la financiación del Gobierno tiene este servicio y siempre está interesada en mejorar. Castilla y León aporta una subvención al viajero, pero no al déficit de explotación, hace que el billete sea más barato, pero que no haya mejor oferta. Con las comunidades del PP hay relación fluida, aunque entiendo que esto se use de forma electoralista.

P. ¿Es compatible la pura eficiencia de los servicios públicos con detener la despoblación?

R. Es un falso debate. Si la despoblación fuera por el servicio ferroviario, Castilla y León estaría más poblada porque tiene buena oferta y mayores frecuencias. Esa relación no es tan directa, influyen otras políticas. El servicio ferroviario suple la ausencia de servicios que tienen que estar en el territorio para fijar población. No se puede fijar población con todos los días largas distancias en alta velocidad, tiene que ser con educación, sanidad, puestos de trabajo…

P. Carlos Martínez, del PSOE de Castilla y León, habla de “error” y dice que se recuperarán las frecuencias. ¿En qué fallan el Gobierno o Renfe para que no entiendan esa estrategia?

R. Quizás no lo hemos sabido explicar. Hay que reflexionar sobre quién se dedica a comunicar estos mensajes de miles de afectados cuando saben que no es verdad, buscan confrontación entre territorios y ciudadanos. Vamos a seguir trabajando en mejorar el servicio en todas las comunidades, con especial énfasis en la media distancia y el Avant.

P. De fondo, Abel Caballero, el alcalde de Vigo, socialista, pide agilizar tiempos con Galicia y a las semanas se anuncia el reordenamiento. ¿Casualidad o causalidad?

R. Este reordenamiento no empezó cuando Abel Caballero hizo unas declaraciones. Es la tercera fase de la entrada de la alta velocidad en Galicia. Estaba ya previsto, hay cuestiones que ha dicho Caballero que coinciden y otras que no. Hay un interés buscando el conflicto de que él dicta la política ferroviaria de Castilla y León, pero estamos actuando por el interés general, de la eficiencia del servicio y la función social del ferrocarril.

P. Caballero pide “solidaridad”. ¿Quién se solidariza con los zamoranos o los medinenses? Los territorios despoblados se sienten tierras de sacrificio.

R. Entiendo lo que ocurre, pero no lo comparto. Cuando jugamos al agravio comparativo se enfrenta a los territorios. Juegan con las bajas pasiones y con las emociones. Transmiten que tienen peores servicios de los que realmente tienen y no valoran los servicios que se tienen.

P. ¿Hay una España de dos velocidades?

R. Se quiere imponer ese relato, pero no es real. El servicio ferroviario depende de la infraestructura, del territorio, de las conexiones. Renfe, si las vías están puestas, pone el mejor servicio en las mejores condiciones, pero los territorios, la orografía y la infraestructura son las que son.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
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