Feijóo planea un congreso en clave electoral que eluda los debates espinosos en el PP
El líder del partido ha comunicado a la plana mayor que ya tiene un borrador de ponencia política sobre el que se trabajará, y que se centrará en la gestión


El Partido Popular lleva ocho años, desde los tiempos de Mariano Rajoy, sin actualizar su ideario político, pero el próximo congreso del PP en julio no servirá para clarificar los debates más espinosos que afrontan los conservadores. Ese es el plan, al menos, de Alberto Núñez Feijóo, tal y como el líder del PP le ha comunicado en privado a su dirección y a los barones populares. Feijóo, que sorprendió a todos con el adelanto del congreso, ha trasladado de puertas adentro que, además, ya ha elaborado en secreto un borrador de ponencia política, que se centra en la gestión. Su objetivo es un cónclave en clave electoral y que evite los dilemas divisivos en el PP, como la relación con Vox, el aborto o la eutanasia, y que ofrezca una alternativa de Gobierno, con una ponencia más parecida a un programa electoral.
Esas son sus intenciones, pero la incógnita es si el ala dura de los populares, representada hoy por Isabel Díaz Ayuso y que lleva ocho años sin poder plantear una discusión ideológica ―justo el tiempo en el que ha irrumpido su competidor por la extrema derecha, Vox―, le permitirá que pase de largo de la batalla cultural.
El pasado lunes, en la reunión del Comité Ejecutivo a puerta cerrada, el líder del PP reveló a la dirección del partido y a los barones populares que ya cuenta con un borrador de la ponencia política que se aprobará en el congreso, sobre el que quiere que trabajen los ponentes. “Tengo un proyecto, y es lo que quiero que se traslade”, subrayó, según fuentes presentes en la cita, a la que la plana mayor había llegado con una llamada del líder solo unas horas antes para comunicarles que había decidido, sin encomendarse a nadie, adelantar el congreso.
Feijóo sorprendió a los suyos tanto con la convocatoria ―que preparó al margen del comité de dirección, solo con su gabinete― como con el anuncio de que ya tenía lista la ponencia. Lo habitual es que suceda al revés, que sean los ponentes ―que son tres o cuatro dirigentes elegidos a propuesta del líder que aprueba la Junta Directiva― quienes redactan el documento. Después sí se suele dejar revisar, extraoficialmente, al presidente del partido. “No recuerdo que esto de que el líder ya tenga hecha la ponencia política haya pasado nunca”, apunta un dirigente con la extrañeza todavía en el cuerpo desde el lunes.
Pero Feijóo ha dado la vuelta al esquema tradicional y, al obligar a los ponentes a trabajar sobre su borrador, delimita el perímetro del debate de ideas. El político gallego quiere controlar el terreno de juego del cónclave, que solo podría agitarse por el lado ideológico, ya que no se espera ninguna discusión sobre su liderazgo.
Su borrador de ponencia política, según ha transmitido a los suyos, se centra en la gestión. Recoge propuestas sobre regeneración democrática, fiscalidad, infraestructuras, educación y sanidad, seguridad, inmigración y energía y medioambiente, entre otros temas. Y evita, en principio, los temas conflictivos en el PP, según aseguran distintas fuentes que asistieron a la reunión del lunes.
“Feijóo no quiere temas dogmáticos ni espinosos, hará hincapié en lo que nos une. Su intención es que sea un congreso de impulso electoral”, prevé uno de los barones populares. “Entrará poco en la batalla cultural”, remarca. Sobre todo, creen en el PP, sorteará los asuntos de conciencia, históricamente conflictivos en el partido y que dirigentes del núcleo duro coinciden en que “sería un error” reabrir.
En principio, el congreso tampoco clarificará las alianzas con la extrema derecha, el elefante en la habitación para el PP. “Salvo que se quiera lanzar algún mensaje a lo gallego, no lo creo”, augura un miembro de la dirección. Feijóo prefiere la ambigüedad en este como en muchos otros temas, para no perder votantes por la derecha e intentar rascar por el centro. Nunca ha dejado claro si estaría dispuesto a gobernar con Vox dentro de su Consejo de Ministros, aunque sí ha defendido los acuerdos de coalición de los Gobiernos autonómicos del PP con los ultras.
Las intenciones del líder de someterse a un congreso controlado están claras, pero la pregunta es si los halcones de la derecha permitirán a Feijóo que pase de largo por el debate ideológico, agitado todavía más por el auge de los ultras en Europa.
La pugna entre duros y blandos es, en todo caso, una constante histórica en el PP. Aún no había surgido Vox y Mariano Rajoy ya se las vio en el congreso del PP de Valencia en 2008 con los sectores vinculados al expresidente José María Aznar y a la línea dura, aglutinada en torno a Esperanza Aguirre, Jaime Mayor Oreja y Ángel Acebes, para quienes era demasiado blando. La tensión llegó a tal extremo que Rajoy llegó a invitarles a marcharse del partido, con una frase que resonó mucho tiempo en el PP: “Si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya”.
El ala dura siempre ha reprochado a Rajoy que en sus dos legislaturas de Gobierno no arrasara con las reformas del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Para ellos, en ese enfoque tecnócrata de Rajoy está el origen de la aparición de Vox.
Y Feijóo, para los halcones, se parece mucho más a Rajoy que a Aznar, quizá demasiado. El líder del PP convive, además, con una extrema derecha fuerte ―en el 14% de los votos― y, como Rajoy, con la presión de ese sector. El PP de Madrid y el sector católico del partido cercano a FAES, la fundación de Aznar, sigue teniendo mucho eco en los medios y cuenta con referentes también dentro del PP de Feijóo, como el portavoz parlamentario, Miguel Tellado, la vicesecretaria Esther Muñoz o la portavoz adjunta Cayetana Álvarez de Toledo. De momento, a solo unos días del anuncio del congreso, guardan sus cartas.
Pero por si había dudas de sus intenciones, Esperanza Aguirre ya ha lanzado la primera piedra. La expresidenta madrileña, de gira para promocionar su último libro, Una liberal en política, ha reclamado a Feijóo que “el congreso debe acordar que el PP derogará todas las leyes del sanchismo”, según dijo en ABC. Los duros exigen una contrarreforma completa si el PP llega a La Moncloa.
Otras voces discrepantes con la línea oficial salen de Cataluña, donde el líder popular, Alejandro Fernández, se ha enfrentado a la dirección al cuestionar sus pactos con Junts.
Así que controlar de forma férrea el debate en un congreso no es tan sencillo. Además, una vez elaborada, la ponencia se somete a las enmiendas por parte de todos los afiliados. “De cómo empieza el texto, a cómo termina, no tiene nada que ver”, rememora un veterano que ha organizado congresos anteriores, y que sabe lo que cuesta pactar una ponencia política con las distintas sensibilidades. “No puedes evitar que un afiliado de Cuenca, por ejemplo, te meta una enmienda sobre el aborto o sobre la agenda 2030″, advierte.
Feijóo tiene el hándicap de que está en la oposición, mientras la mayoría de sus líderes territoriales gobierna (un total de 13 de 17), por lo que tendrá que llegar a acuerdos. El todopoderoso PP de Madrid es una de las delegaciones que aportan más compromisarios al congreso ―junto a Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Galicia― , así que está en su mano ejercer de potente contrapeso. El resto son afines a la estrategia del líder del PP, salvo el PP valenciano, que es más próximo a Ayuso, pero en este caso es difícil que tenga mucha influencia por los problemas que arrastra su líder, Carlos Mazón, muy cuestionado por su gestión de la dana.
Algunos miembros de la dirección temen que el partido, además, se descontrole en los territorios donde hay división interna, como en la Comunidad Valenciana. La elección de los compromisarios se vota en los territorios con listas abiertas. Y cualquier afiliado al corriente del pago de las cuotas puede presentarse. El expresidente Francisco Camps, que aspira a volver a liderar el partido, puede convertirse en compromisario, y ya ha demostrado que es un electrón libre.
Un ejemplo que ya apunta hacia que será difícil hacer del congreso la balsa de aceite que pretende Feijóo es que ya se ha tensionado la discusión sobre las primarias. El líder ha hecho frente común con el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, para cambiar el sistema de doble vuelta con voto directo de militantes y compromisarios. El modelo de Feijóo pasa por suprimir el sufragio directo de los militantes para elegir a los candidatos y que las bases voten a los compromisarios, que a su vez elegirían entre los aspirantes a presidir el partido. Su argumento es que hay que evitar que vuelva a suceder lo que pasó en 2018.
Ese año, en el congreso anterior al suyo, los compromisarios corrigieron el voto de las bases y dieron la presidencia a Pablo Casado, después de que Soraya Sáenz de Santamaría hubiera ganado entre la militancia. Esa “contradicción”, según Feijóo, de que los compromisarios puedan “corregir” el voto de las bases, se tiene que resolver, pero la incógnita es si el PP de Madrid permitirá que se suprima el voto directo de los afiliados a los candidatos.
Ayuso, de momento, ha evitado tomar partido. “Es una discusión en la que subyace el futuro, la sucesión de Feijóo”, reflexiona un veterano. “A Juanma le interesa que se vuelva a los compromisarios, y a Ayuso al revés, porque ella tiene más fuerza entre los afiliados”, razona. “Ella está midiendo sus pasos, pero la tesis que siempre ha defendido el PP de Madrid, la de ‘un afiliado, un voto’, es un marco ganador”, alerta. Esta será la discusión más delicada de la ponencia de estatutos, porque además no afecta solo al futuro, sino que una reforma del modelo de primarias se aplicaría en todos los congresos autonómicos, que se celebrarán en cascada después del nacional. Así que todos los barones están interpelados.
Otro factor de tensión es el estado de nervios, que irá en aumento, en la cúpula del PP, porque el líder ha anunciado que cambiará el equipo. Algunos cuestionan el “total hermetismo” del líder, que les mantuvo al margen del adelanto del congreso, lo que indica desconfianza en su núcleo duro. La secretaria personal de Feijóo reservó, sin que nadie se enterara, el pasado 11 de marzo el espacio de Ifema en Madrid para acoger el cónclave del 5 y 6 de julio.
Feijóo solo hizo partícipes de la decisión a los miembros de su gabinete, su verdadero anillo de fuego, el grupo de colaboradores gallegos que se trajo a Madrid procedente de la Xunta de Galicia. “Ejerce un liderazgo muy presidencialista y muy volcado en su gabinete, y no da ni una pista de sus planes”, lamenta un dirigente.
El político gallego se jacta además de esperar hasta el último momento para comunicar sus nombramientos a los interesados. “Hay dos formas de llegar puntual”, le dijo a la plana mayor a puerta cerrada el pasado lunes, “o llegar pronto, o justo al final”. Él es de los segundos, ironizó, mientras la cúpula recibía el mensaje con inquietud, porque sabe que quedan dos meses por delante de quinielas sin ninguna certeza. El congreso permite cambiar a la secretaria general, Cuca Gamarra, y a todos los miembros del comité de dirección, y Feijóo no ha dado pistas. “No creo que haga tantos cambios como la gente piensa”, tercia un barón. “Feijóo es muy conservador y muy de guardar equilibrios”, razona. En el partido valoran que no suele dejar a nadie tirado, pero también que es consciente de que le queda una bala, la de las próximas generales, y que ya no está para componendas. “Va a por todas y nadie va a toserle porque hay una confluencia de intereses”, se escucha en la dirección.
Este lunes próximo, Feijóo tiene que proponer a la Junta Directiva los ponentes a cargo de las dos ponencias ―política y de estatutos―, además de los integrantes del comité organizador del congreso. Ayer se supo que en la de estatutos estarían dos barones, Fernando López Miras y María Guardiola, además de la alcaldesa de Santander, Gema Igual, y el portavoz en el Ayuntamiento de Barcelona, Dani Sirera. Estos perfiles y, sobre todo los que formen parte de la ponencia política, deberían dar alguna pista de los planes, aunque en su equipo más directo avisan de que “esconderá sus cartas”.
De momento, Feijóo ha hecho un gesto a Ayuso encargando a su mano derecha la organización del congreso. El secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano, presidirá la comisión organizadora del cónclave, que se celebra en su territorio. Este puesto tiene mucho peso en el caso de los congresos con varios candidatos en liza, porque ordena las primarias. Pero no tanto en uno como este, que no es competitivo, porque no habrá más candidatos que Feijóo. En realidad, el peso lo tendrán quienes presidan la ponencia política y la de estatutos, en las que se examinará hasta dónde llega la impronta de Feijóo en el nuevo rumbo ideológico del PP.
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