Thales desarrolla los sensores de la guerra del futuro
La multinacional francesa, especializada en tecnología y Defensa, trabaja en dispositivos minúsculos y ultrasensibles que permitirán prescindir de GPS o detectar submarinos

La multinacional francesa Thales lleva años trabajando en una revolución que equiparan a la de la inteligencia artificial (IA) o incluso a la carrera espacial, y que es clave para las potencias mundiales en el actual contexto geopolítico: la de los sensores microscópicos. Se materializa en antenas minúsculas capaces de detectar un submarino nuclear o en sensores ultra compactos para los barcos, aviones o satélites, que podrán orientarse sin necesidad de GPS y de manera más segura. Son las tecnologías que se usarán mañana en el campo de batalla.
En sus laboratorios de Palaiseau, a las afueras de París, la empresa desarrolla todos estos avances basados en los algoritmos cuánticos y con múltiples aplicaciones para la Defensa, la medicina o el espacio. Son los que “permitirán que Europa tenga una soberanía en todos esos ámbitos”, explica Philippe Klinge, director de comunicación en el área de investigación y desarrollo de la compañía.
Thales es líder europeo para las tecnologías avanzadas en sistemas de Defensa aeroespacial y ciberseguridad y tiene una importante presencia industrial en España. Es la empresa que fabrica los sensores que se usan hoy en los sistemas antidrones o en los biométricos de control de fronteras. “Tanto la IA como la tecnología cuántica son ámbitos muy de actualidad, aunque en este último caso se conoce mal, es una revolución casi invisible. La cuántica tiene un lado misterioso que hay que empezar a desmitificar. Esta tecnología se encuentra hoy en un punto de inflexión que abre un amplio campo de aplicación y es la que nos permitirá avanzar en esta carrera por la autonomía estratégica”, advierte Klinge.
En los laboratorios, de los más importantes que hay en Europa en investigación cuántica, los ingenieros y físicos trabajan en sensores ultra precisos y en sistemas de navegación para guiar drones, aviones o barcos o redes de comunicaciones, mucho más seguros que los actuales. Sarah Menouni, una de las físicas, muestra un filamento de unos milímetros: es una antena capaz de detectar campos electromagnéticos de baja frecuencia, facilitando la localización de submarinos nucleares. Para lograrlo hoy se necesitaría una estructura de 600 metros.
Esta antena se empezará a testar a partir de 2030 y, según Veronique Guegan, vicepresidenta del área de investigación de Thales, “va a ampliar la capacidad de detección acústica en el mundo submarino, va a revolucionar este ámbito”. Por su parte, Klinge destaca que estos sensores y antenas son mucho más pequeños, más sensibles y, por tanto, “tienen más capacidad para captar, logrando un resultado mucho mayor que el que se obtiene con las tecnologías tradicionales. No hablamos de un 5% o un 10% más de rendimiento, sino de una mejora de un 10.000. Es una ruptura radical”, dice Klinge.
El control de esta tecnología da una ventaja estratégica, pues permite a los países protegerse en caso de ciberataques. Un ordenador cuántico capaz de resolver problemas que los tradicionales no pueden es capaz de romper las claves encriptadas en cuestión de segundos y, en caso de ciberataque, colapsar un país. “La tecnología cuántica permite proteger estas claves de manera que sean imposibles de piratear. Permite comprobar con certeza si han sido interceptadas y desaparecen en caso de que alguien externo intente acceder”, resume Daniel Dolfi, director del departamento de física.
Los algoritmos cuánticos “nos permitirán calcular en segundos la programación de constelaciones de satélites, mientras que los sensores cuánticos serán entre 100 y 10.000 veces más sensibles y de menor tamaño: la miniaturización y el amplio rendimiento de ancho de banda abren nuevas perspectivas en defensa, aviación y submarinos”, declara Bernhard Quendt, director técnico de Thales.
Presencia en España
En España el grupo francés cuenta con 1.300 empleados y tiene instalaciones en Tres Cantos (Madrid). Invierten al año unos 4.000 millones de euros en investigación y desarrollo de áreas como la inteligencia artificial, la ciberseguridad y la tecnología cuántica. Thales Alenia Space, la rama espacial de la compañía, y el operador de satélites español Hispasat anunciaron en enero que desarrollarán el primer sistema de distribución de claves cuánticas destinado a proteger las comunicaciones sensibles.
Este sistema, que estará listo en 2026 y es pionero a nivel mundial, “actuará como barrera que no podrán atravesar ni los ordenadores cuánticos más avanzados”. Los vientos de rearme que soplan en Europa impulsan las acciones de Thales, que desde enero suben más del 75%. En 2024, la compañía facturó 20.577 millones, un 11,7% más. De esos ingresos, el 53,5% los generó su división de Defensa. El beneficio del pasado año mejoró un 7%, hasta los 1.900 millones.
Aunque estos avances tienen un rol clave de cara al futuro, Europa lleva años de retraso con respecto a Estados Unidos o China. Según Quendt, “la tecnología cuántica está reinventando gradualmente las bases de nuestra independencia tecnológica y plantea claros desafíos en términos de competitividad. En aplicaciones de defensa, aeroespaciales y médicas, donde la precisión, la reactividad y la resiliencia tecnológica son cruciales, la cuántica representa un potencial sin precedentes. En el futuro, nos permitirá detectar, localizar, proteger y comunicarnos con una eficacia mucho mayor”.
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