El abaratamiento de la energía ayuda a mantener estable la inflación de la eurozona en julio
Eurostat confirma que el IPC se situó en el 2%, en línea con el objetivo del BCE


La eurozona continúa dentro de la senda inflacionaria fijada como objetivo a medio plazo por el Banco Central Europeo (BCE). Según los últimos datos de Eurostat, la tasa anual de inflación en la zona euro en julio se mantuvo en el 2%, una cifra “estable” respecto de la de junio y por debajo del 2,6% que alcanzaba hace justo un año. El instituto estadístico ha confirmado así este miércoles el dato adelantado que ofreció a principios de mes. Por componentes, la energía, que es más barata que en 2024, y los servicios, que siguen subiendo pero lo hacen menos que 12 meses antes, son los que más contribuyeron a la moderación general de los precios.
En el conjunto de la Unión Europea, la inflación se situó el mes pasado en el 2,4%, al alza respecto al 2,3% de junio, pero por debajo del 2,8% de un año antes. Las tasas anuales más bajas se registraron en Chipre (0,1%), Francia (0,9%) e Irlanda (1,6%). Por el contrario, las más altas son las de Rumanía (6,6%), Estonia (5,5%) y Eslovaquia (4,6%).
España, con un 2,7%, se queda en la parte media de la tabla y por encima de la media tanto de la eurozona como de toda la UE. Es también un porcentaje superior al registrado en junio (2,3%), pero más bajo que el de julio de 2024 (2,9%). Ese descenso en términos interanuales es algo que solo sucede en ocho de los 27 Estados miembros. En seis, la tasa calca la de 12 meses antes, mientras que en los otros 13 ha subido.
España sí es la que marca la inflación más elevada entre las principales economías europeas, y la única donde el indicador subió respecto a junio. El IPC en Alemania progresó en julio un 1,8% (2,0% en junio); en Francia se mantuvo estable en el 0,9%; y en Italia alcanzó un 1,7% (1,8% en junio), según los datos de Eurostat. En los tres casos, no obstante, se trata de países con un crecimiento general de la economía muy inferior al de España (de hecho, el PIB retrocedió tanto en Italia como en Alemania en el segundo trimestre).
La energía se abarata
Por componentes, los servicios son los que más contribuyeron al alza de la inflación anual en la eurozona, aportando 1,46 puntos porcentuales. Pese a ello, se moderan respecto a junio y retroceden notablemente respecto a julio de 2024, por lo que contribuyeron a la moderación de los precios. Y acompañó, una vez más, la energía: en julio continuó abaratándose, por quinto mes consecutivo. Si los precios energéticos crecían un 1,2% un año antes, ahora retroceden un 2,4%.
Por su parte, los alimentos, el alcohol y el tabaco aportaron 0,63 puntos porcentuales a la inflación, y crecen ahora más (un 3,3%) que hace un año. Los bienes industriales no energéticos, con 0,18 puntos porcentuales de aportación al IPC comunitario, se mantienen relativamente estables.
Pausa del BCE
Con la confirmación por parte de Eurostat del dato de inflación de julio, la eurozona suma dos meses consecutivos con el IPC en el 2%, dentro del objetivo que persigue la política económica del BCE. Este, precisamente en su reunión del pasado 24 de julio, mantuvo por primera vez los tipos de interés, tras siete recortes consecutivos.
Contener la inflación en torno al 2% responde a la idea de que este es un porcentaje que ayuda al crecimiento económico sin llegar a perjudicar al consumo. Aunque durante años, a raíz de la Gran Recesión iniciada en 2008, los precios en Europa se mantuvieron muy por debajo de ese objetivo, la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 lo cambió todo. Esta se sumó a las tensiones de precio que ya se arrastraban por el rebote económico de la salida de la pandemia. Y disparó las variaciones de precios a niveles desconocidos en décadas: sin ir más lejos, en julio de aquel año el IPC alcanzó en España un 10,8%.
En respuesta, y temiendo los conocidos como efectos de segunda ronda (una espiral inflacionista en que costes de producción, precios y salarios se retroalimentan), el BCE respondió elevando los tipos de interés hasta niveles impensables solo unos meses antes. Estos fueron elevándose progresivamente hasta alcanzar el 4% en septiembre de 2023, una manera de enfriar, al restringir los créditos, una economía recalentada. Conforme el crecimiento, y los precios, fueron moderándose, el banco central fue retrayendo los tipos hasta el 2% actual, un camino que no ha emprendido todavía, al otro lado del Atlántico, la Fed estadounidense.
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