Más de 40.000 anuncios y solo seis pisos asequibles: alquilar en las capitales con el salario de un joven es casi imposible
Un rastreo de las 50 cabeceras provinciales en el portal Idealista ilustra las dificultades para emanciparse sin superar el umbral de esfuerzo de 351 euros calculado por el Consejo de la Juventud. Incluso en pareja, las opciones se limitan al 6% de la oferta

Entre más de 40.000 anuncios de alquiler procedentes de todas las capitales de provincia de España, apenas seis cumplen con el límite de precio teórico que sería asumible por un joven. El Consejo de la Juventud de España (CJE) advirtió este martes que un joven que quiera vivir en solitario tendría que destinar, de media, el 92,3% de su salario para pagar la renta: tres veces más de lo que la Ley de Vivienda fija como umbral de sobreesfuerzo. Una vivienda asequible para un joven, calculaba el mismo estudio, debería costar como máximo 351 euros al mes. Ese mismo martes EL PAÍS rastreó Idealista, el mayor portal inmobiliario de España, en busca de pisos que cumplieran ese requisito. Y el resultado deja claro que encontrar algo así en el mercado inmobiliario actual se parece más a una quimera que a una posibilidad real.
Un piso en Lleida que ni siquiera tiene foto y un “estudio” en una cuarta planta sin ascensor en Ourense, son dos de las agujas que aparecen en el pajar inmobiliario por hasta 350 euros al mes. Se suman cuatro más: una en Córdoba, una en Cuenca, una en Granada y otra en Jaén. Esta última es la única que ofrece más de 30 metros cuadrados al potencial inquilino. Y ya no hay más. Parece que haya alguna posibilidad en Albacete, Murcia, Almería, Cádiz y Santander. Pero al pinchar se desvela el truco: el “alquiler de piso” que se pregona en el encabezado de uno de los anuncios, se transforma en un “alquiler de temporada para estudiantes por habitaciones”. Al menos lo pone en mayúsculas y en la primera línea. Queda claro que, con un salario joven, quizás no hay más remedio que compartir.
Pero tampoco es sencillo. Victoria Ramos, de 29 años, cuenta que lleva un año entero buscando un piso de dos habitaciones con garaje en Oviedo para mudarse con su novio Daniel. Ambos tienen empleos fijos —ella como ayudante de cocina y él como chapista pintor— y suman unos ingresos de unos 2.800 euros al mes. Pero casi todo lo que encuentran supera su capacidad económica: “Nos tendríamos que quitar de muchas cosas”, lamenta ella. Empezaron a buscar en portales inmobiliarios, pero dice que la desesperación les ha llevado también a probar suerte en otros lugares como Facebook. Cuando se han visto con posibilidades, tras presentar nóminas, vidas laborales, ingresos bancarios o someterse al estudio para contratar un seguro de impago, se han sentido fuera de juego: “Siempre llegamos hasta esta etapa y después nadie nos contesta”.
Si entra más de un sueldo en casa ―con base en la renta media de un hogar encabezado por un joven―, el CJE establece como límite tolerable la cuantía máxima de 692 euros al mes. Y los resultados al buscar en Idealista mejoran algo, pero tampoco son alentadores: solo un 6,2% de los 40.071 anuncios que suman las capitales provinciales se ajustan a este parámetro. Y en algunas de ellas la oferta es muy limitada (menos de cinco anuncios) o directamente inexistente.
Este último es el caso de Vitoria y Valencia, donde ningún piso baja de los 700 euros. Son solo 8 euros más de lo que determina el umbral de asequibilidad y por ese esfuerzo se puede optar en la capital valenciana a un par de estudios, de 15 y 17 metros cuadrados. En otras nueve ciudades hay posibilidades de arrendar sin caer en el sobreesfuerzo, pero son remotas. En Barcelona apenas cumplen el requisito un 0,04% del total de anuncios; en Palma, un 0,1%; un 0,2% en San Sebastián; y un 0,3% tanto en Madrid como en Bilbao.
En la situación contraria aparecen cuatro núcleos cuya oferta inmobiliaria está compuesta en más de la mitad por inmuebles al alcance del bolsillo de un hogar joven: Zamora (75%), Palencia (64,1%), Ciudad Real (51,1%) y Badajoz (50%). Parecen porcentajes suficientes para sortear otro de los obstáculos que aparecen en un análisis más minucioso: la proliferación de anuncios donde la letra pequeña incluye requisitos como “estudio individual”, “máximo una persona” o directamente “prohibidas parejas”.
Estafas y engaños en plataformas
Ser de los pocos jóvenes que paga en torno al 30% de sus ingresos al alquiler puede implicar resignarse a condiciones precarias. Aproximadamente eso es lo que pagan Sara Ajanif y su pareja por una de las ocho habitaciones de un piso en Madrid. Les tomó dos meses y una estafa de por medio encontrar un sitio que acogiera dos personas y que estuviera dentro de su presupuesto: “Cuando te metes en el mundo de la vivienda descubres que gran parte de los anuncios son peña que se aprovecha de los jóvenes que estamos necesitados y con prisa”, denuncia esta maestra de 29 años.
Ir a la caza de los precios más baratos implica tener que poner los cinco sentidos en cada búsqueda. Pese a rastrear solo en la categoría de “viviendas”, abundan los anuncios de habitaciones en casas compartidas o en residencias. En ocasiones aparecen espacios que no parecen reunir las condiciones mínimas de habitabilidad. La oferta más barata encontrada en Valladolid es un “estudio en entreplanta”, que consta de “un único espacio multifuncional” y “cocina y baño independientes”. Una forma elaborada de nombrar a lo que parece un trastero vacío con una puerta de vidrio.
Ante este panorama hostil, Ajanif y su pareja optaron por ahorrar porque no quieren echar a la borda su proyecto de adquirir una vivienda digna y no espacios “pequeños, en zonas casi incomunicadas y en condiciones bastante reguleras”, precisa. “Decidimos vivir así de manera transitoria, con las vistas a poder comprar, pero sabemos que esto va a ser largo, aunque tenga el privilegio de tener unos ahorros porque llevo trabajando desde los 16 años y puedo tener cierta entrada”, detalla. Para Ramos y su novio, directamente es impensable: “Si no tienes para el alquiler, ¿cómo vas a tener el 20% que pide el banco para la entrada?“, se pregunta la joven.
Búsqueda ampliada
Además de compartir, o directamente aceptar el hacinamiento, otra estrategia para abaratar el coste de la vivienda es salir de los principales núcleos, donde la vivienda tiende a ser más cara. Pero la brecha entre el mercado inmobiliario y la realidad material de los menores de 30 años se hace evidente al rastrear el total de los anuncios de Idealista en cada provincia. Tan solo el 0,5% de las 82.064 viviendas publicitadas en toda España se mantienen por debajo de los 351 euros mensuales.
En 13 provincias, directamente no aparece ni un piso por menos de este valor. Y otras nueve solo se encuentra uno. En Baleares el inmueble más barato, asignado incorrectamente al epígrafe “viviendas”, corresponde a una “habitación amplia en hotel con piscina en Capdepera” por 500 euros el mes. En Madrid, la oferta más asequible pide 490 euros mensuales por un chalet en Mangirón, a 71 kilómetros y unos 50 minutos en coche de la capital. La tónica es similar en la mayoría de las provincias restantes, dejando a Jaén como la única en la que la tasa de inmuebles con rentas tolerables para los jóvenes alcanza la doble cifra (15,3%) y además con oferta próxima a la capital.
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