Las regiones y Alemania rechazan de plano el proyecto presupuestario de la Comisión Europea
Los principales partidos del Parlamento Europeo cargan con dureza contra los planes de Von der Leyen


Ha sido nein estruendoso y ha sonado en Berlín. El Gobierno alemán ha sido contundente este jueves al rechazar el proyecto de marco presupuestario plurianual para el periodo 2028-2034 presentado el miércoles por la Comisión Europea. “No podemos aceptar la propuesta”, ha zanjado el Ejecutivo del canciller, Friedrich Merz, en un comunicado. Su negativa se suma a la de Países Bajos o a las críticas que emergen desde las regiones europeas. La presidenta del órgano que las agrupa, la húngara Kata Tüttó, no se ha ahorrado palabras gruesas al calificar de “monstruo” los planes de agrupar todos los programas en un solo plan nacional que refuerza el papel de los Gobiernos centrales de cada país y se lo rebaja a las regiones. Tampoco en el sector agrícola han gustado los cambios propuestos.
El rechazo de Berlín no se queda solo en el diseño general de los presupuestos. La negativa también llega al impuesto planteado para las empresas con más de 50 millones de ingresos netos. La primera negativa encaja dentro del documento que Alemania mandó a Bruselas en junio pasado mientras se estaba elaborando esta propuesta. En ella, el Ejecutivo de Merz dejaba muy claro que el marco financiero no debía aumentar respecto al actual y que tampoco debía apostar por la refinanciación de la deuda generada por el Fondo de Recuperación, sino que se debía empezar a pagar ya en 2028 como se acordó al crearse en 2020.
Menos coherente con ese documento de junio, que adelantó EL PAÍS, es el rechazo al nuevo impuesto planteado por Bruselas porque entonces Berlín sí que dejaba la puerta abierta a que hubiera “nuevos recursos propios”. La negativa a este tributo llega, probablemente, porque la carga fiscal recaería sobre las empresas. Esto, en principio, resta competitividad al sector privado y dificulta las exportaciones, un sector capital en la economía alemana.
Desde las regiones, el enfado es mayúsculo. Llevan ya meses haciendo saber que no les gustaban nada los planes que se habían publicado sobre la concentración de programas en un paquete nacional. Aunque es verdad que esos paquetes nacionales deben cumplir con una serie de condiciones que garantizan la pervivencia de la política agraria, de cohesión o la social, también es cierto que esta configuración les resta mucho margen a las regiones.
Esto explica que la presidenta del Comité de las Regiones, la húngara Tüttó (a la que sucederá el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, en 2027) cargara contra este proyecto presupuestario al poco de publicarse: “Ahora entendemos el secretismo: detrás del humo de la simplificación surge un plan MONSTRUO [sic] para tragarse la política de cohesión y quebrarle la columna vertebral nacionalizándola y centralizándola”, criticó en la red social X. No se quedó ahí y este jueves ha insistido. “Los monstruos planes nacionales no simplificarían. La Comisión haría la vista gorda ante las necesidades de las ciudades y las regiones”.
'Monster National Plans' would not simplify@EU_Commission would turn a blind eye on regions’ and cities’ needs and challenges. It is now crucial that @Europarl_EN and the Member States intervene to change the proposal in depth#EUBudget @EU_CoR https://t.co/tnbVGPgeyI
— Kata Tüttő (@CoR_President) July 17, 2025
También en el Parlamento Europeo los planes de la Comisión han sido recibidos con hostilidad. “No podemos dar luz verde al presupuesto propuesto porque no sirve a los intereses de los europeos”, ha criticado la presidenta del grupo socialdemócrata, Iratxe García Pérez. Los populares, por su parte, disparan contra la estructura de planes nacionales propuesta por Von der Leyen, pese a ser ella integrante de esta familia política. “Ni el Grupo Popular Europeo ni el Parlamento Europeo aprobarán un presupuesto que promueve planes nacionales individuales y no respeta el papel legislativo y presupuestario del Parlamento”, ha sentenciado Siegfried Muresan, el portavoz de su grupo estos asuntos y uno de los ponentes de la Eurocámara para este proyecto.
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