Ir al contenido
_
_
_
_

Los precios bajos marcan el mercado cerealista por la buena cosecha nacional y mundial

La campaña se estima en unos 25 millones de toneladas, más del doble de la mínima de 2023 pero por debajo de la cosecha récord de 2020

Campaña de cereal en la comarca de Los Vélez, en Almería.

El mercado de los cereales no anda en su mejor momento para los agricultores consecuencia de la buena cosecha interior, una reducción en la demanda y, fundamentalmente, por las elevadas importaciones de los excedentes de grandes países productores provocando en su conjunto una caída de los precios.

La cosecha de cereales para esta campaña se estima en una producción entre los 23 millones manejados por el Ministerio de Agricultura y las organizaciones agrarias, los 24 millones de los almacenistas y los más de 25 millones estimados por las cooperativas agroalimentarias. Esta última cifra supone un incremento del 15% sobre los 22,5 millones de la campaña anterior, lejos de los menos de 11 millones de la cosecha mínima de 2023 consecuencia de la sequía, pero también por debajo de la cosecha récord de los 27,5 millones de 2020.

Sin embargo, consecuencia de la buena cosecha interior, pero igualmente por las importaciones masivas, se ha registrado una caída de las cotizaciones, según la denuncia Asaja, que ha llevado al sector por debajo de los límites de la rentabilidad. Desde la organización se denuncia que, con las actuales condiciones de los mercados, el agricultor está perdiendo entre 50 y 60 euros por hectárea y se reclama un mayor control las importaciones masivas sin garantías ni trazabilidad

Según la estimación de las cooperativas, la producción de trigo ascenderá a 8,2 millones de toneladas; a poco más de 10 millones la de cebada, 3,6 millones de maíz. 1,3 millones de avena, 0,73 millones de trigo duro, 0,3 millones de centeno y 900.000 toneladas para otros cereales.

Los rendimientos hectárea han sido elevados por las buenas condiciones climatológicas en las que se han desarrollado los cultivos en la mayor parte de las zonas y sitúan en más de 4.000 kilos en trigo blando y cebada y casi 12.000 kilos en maíz consecuencia de una campaña donde, hasta la fecha, han dominado las condiciones favorables desde la siembra a la nascencia y su desarrollo posterior.

Con una muy importante cabaña ganadera, especialmente en porcino y en avicultura, existe tradicionalmente una fuerte dependencia exterior de materas primas para la elaboración de piensos. En 2023, con una cosecha mínima de poco más de 10 millones de toneladas por la sequía, las importaciones se dispararon hasta los 24 millones de toneladas. Esta cifra se justifica si se tiene en cuenta que la demanda interior total se sitúa entre los 36 y los 37 millones de toneladas, de los que 27 millones corresponde a las necesidades para alimentación animal, poco más de cinco millones para alimentación y más de tres millones para usos industriales.

En la campaña anterior, con una cosecha de más de 20 millones de toneladas, las importaciones se redujeron a 16,5 millones de toneladas de las que la mitad correspondieron al maíz y casi el resto al trigo blando.

Consecuencia de todo ello, los precios han visto afectados negativamente para situar las cotizaciones de la cebada ligeramente por debajo de los 180 euros; los trigos forrajeros por debajo de los 200 euros y el trigo duro a 260 euros. A esta circunstancia se suma el ajuste de los censos de las cabañas ganaderas y, con ello, a una menor demanda.

Los cereales constituyen uno de los pilares de la actividad agraria fundamentalmente en toda la España continental, con una superficie media de más de 5,5 millones de hectáreas de cultivo y un predominio de medianas explotaciones. Al margen de los incidentes puntuales de cada campaña, el sector se enfrenta además a otros problemas de estructuras desde la producción a la comercialización que afectan a su rentabilidad.

En lo que afecta a la producción en el campo, los datos oficiales señalan, como dato negativo, un muy elevado número de explotaciones que operan por libre. El desarrollo cooperativo de primer grado es importante, pero, salvo unas excepciones, faltan unas estructuras más fuertes como entidades de segundo grado para poder tener una mayor influencia en los precios. En la comercialización, se impone una mayor organización de la oferta y poner freno a las operaciones de venta sin precio o simplemente a resultas, donde el agricultor, individualmente, “delega” en otros la defensa de los resultados de su trabajo y, en definitiva, de sus rentas.

Sube el precio de la leche

Una industria lechera.

Los precios de la leche se han incrementado en dos céntimos desde este mes de julio hasta una media de 0,51 euros por litro, coincidiendo con un periodo tradicional de menos oferta consecuencia de las altas temperaturas que afectan al rendimiento de los animales y la reducción de cabañas. A pesar de ello, el precio es cinco céntimos por debajo de la media comunitaria, según denuncia la Unión de Pequeños Agricultores. Las previsiones de subidas se mantienen para septiembre, pero ello no frena el ajuste ganadero por su escasa rentabilidad y la falta de relevo generacional.

En los últimos años, el sector ha sufrido una reducción de las explotaciones de vacuno con aptitud láctea desde las 14.000 granjas a menos de 9.000, y un recorte del censo de animales en producción desde casi 900.000 a menos de 750.000 cabezas, aunque se han incrementado los rendimientos por vaca.

Datos manejados por la organización de productores Agaprol señalan que la producción de leche en 2025 será la más baja de los últimos años con solo 7,38 millones de toneladas frente a los 7,5 millones de toneladas de 2021 y los nueve millones a que llegó a producir en la última década frente a una demanda total láctea de unos 10 millones de toneladas. Ello supone elevadas importaciones, con más de 300.000 toneladas de quesos

El incremento de los precios de la carne en vacuno, especialmente por las exportaciones, ha supuesto un balón de oxígeno para las explotaciones de leche con la venta de terneros como de las propias vacas viejas. Ello ha supuesto también que explotaciones de leche hayan pasado a la producciós solo de carne, actualmente por su mayor rentabilidad. Pero con estos movimientos se ha producido un ajuste en la oferta de leche que, en teoría, debería tener efectos en positivo para los precios. La carne ganó la batalla a la leche.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

La vicepresidenta de la Comisión Europea Teresa Ribera junto a la comisaria europea de Medio Ambiente, Jessica Roswal, en la presentación de la nueva estrategia en junio.

En España hay urgencia hídrica

Virginia Marcos / Laura Martínez / Pilar Mas

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_