El Santander prevé alcanzar la mitad de sinergias con TSB que las del BBVA con el Sabadell
El banco de Ana Botín espera lograr 460 millones antes de 2028, mientras que los de Carlos Torres confían en alcanzar los 850 millones, pero con retraso


El mercado observa la rentabilidad de la avalancha de movimientos corporativos en banca española. El Santander sube un 7% desde que el pasado 1 de julio acordó la adquisición del negocio británico del Sabadell, una operación con la que espera aflorar 400 millones de libras (460 millones de euros) en ganancias y crear el tercer mayor banco del país. Por el contrario, la cifra es en torno a la mitad de los 850 millones a los que aspiraba el BBVA con la adquisición del Sabadell en un principio, sin descontar el efecto de las condiciones a la operación impuestas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y, fundamentalmente, el Gobierno.
El Santander apunta en una presentación a inversores que esta cifra de sinergias supone un 50% de los costes actuales de la enseña del banco en el país y un 13% de la base de costes conjunta. Los asociados a la transacción ascienden a los 520 millones de libras (600 millones de euros), lo que supone 1,3 veces la cifra de sinergias.
La entidad espera aflorar todas estas ganancias para 2028. Entre las palancas para lograrlo cita una racionalización de la red comercial y en la estructura, reducción de duplicidades organizativas, renegociaciones de contratos o eficiencias de sedes. Espera recortar los gastos de todo el negocio de 3.300 millones de libras (4.000 millones de euros), en suma de los dos bancos, a 2.700 millones de libras (3.100 millones de euros) para 2028, entre un 17% y un 20% de la base total de costes. De esa reducción de unos 900 millones, 75 corresponden a costes de inversión, 100 millones a sedes, otros 100 millones en tecnología y 125 en propiedades.
Todo ello se enmarca en el plan de mejora de la eficiencia y la rentabilidad del grupo en conjunto en el que está inmerso el Santander, el conocido como One Transformation. Este supone, además de la reducción del número de productos, la división del negocio en cinco negocios globales (retail, banca de inversión, digital consumer bank, seguros y gestión de activos y pagos) en detrimento de las organizaciones regionales. La propia Ana Botín ya explicó en la rueda de prensa de resultados anuales que esperaban impulsar la rentabilidad de su enseña británica con la aplicación de este plan. En la presentación a analistas esperan que ello contribuya con 200 millones en el recorte de costes previsto de 900 millones.
Todo esto redundará en una sustancial mejora de la rentabilidad de la enseña. La rentabilidad de esta filial, del 9,5% a 31 de marzo, aún estaba bien por debajo de la media del grupo, en el 15,8%. Además, la enseña allí se enfrenta a un proceso legal por la financiación de automóviles, que le llevó a provisionar 350 millones el año pasado. En el mercado corría la sensación de que Botín estaba obligada a mover ficha en Reino Unido. A principios de año rechazó ofertas por el negocio. Fuentes del sector apuntan a que el mercado británico sigue siendo importante para la entidad, así como citan la relevancia de la cuestión sentimental, en una filial que pilotó la propia Botín antes de ascender a la presidencia del grupo.
En lugar de vender, el Santander ha optado por crecer en ese país. Con la toma de TSB adquirirá una cartera hipotecaria de 36.000 millones de libras (42.000 millones de euros), que le llevará a una cuota de mercado del 12%, con un total de 200.000 millones de libras (232.000 millones de euros). En depósitos llegará a 216.000 millones de libras (250.000 millones de euros). Las fuentes consultadas apuntan a que la principal razón de esta transacción es, precisamente, impulsar el crecimiento. El banco prevé, por tanto, elevar la rentabilidad de esta filial desde el 11% al que cerró el año pasado hasta un 16% en 2028, gracias a una mejora de tres puntos porcentuales por la mera transacción y otros dos más por la aplicación de las sinergias.
Estas cifras contrastan con las dudas con respecto a las del BBVA con la opa del Sabadell. El banco que pilota Carlos Torres pronosticaba, cuando lanzó la oferta, que lograría ganancias de 850 millones, a razón de 100 millones en ahorros de financiación, 300 millones en sinergias de personal y 450 millones en gastos administrativos y de tecnología. La condición extra impuesta por el Gobierno en la tercera fase de la aprobación de la transacción ha elevado las incógnitas. Se trata de la obligación de mantener durante tres años, ampliable por otros dos más, la independencia jurídica de las dos entidades, el patrimonio separado y la gestión independiente. Según el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, esto supondrá que no podrá fusionar los dos bancos, ni hacer despidos masivos por causa de la operación, ni reducir drásticamente la red de oficinas.
El BBVA, en cambio, considera que la mayor parte de las sinergias proyectadas se podrán conseguir, si bien diferidas en el tiempo. Los analistas dudan de eso, al menos en un primer momento. Fuentes del mercado consultadas por este periódico consideran complicado que durante estos tres primeros años, ampliables a cinco, pueda apuntarse ahorros de personal y ven dudas en las cuestiones de financiación. Solo esto ya recortaría las sinergias a la mitad, el nivel de las proyectadas por el Santander con TSB. Con respecto a los otros 450 millones, los analistas dudan de cuántas logrará, en particular debido a la falta de concreción de las medidas del Gobierno en varios puntos, como la posibilidad de que unifique las plataformas tecnológicas de los dos bancos. Las fuentes consultadas indican que, al menos en un primer momento, la consecución de esta cifra se quedará entre el 50% y el 75%.
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