Voto responsable
Vista la volatilidad del electorado estadounidense, que puede pasar de la idolatría a la crucifixión en menos de dos años, parece que no somos capaces de ejercer un voto responsable. Aquellos votantes que dieron la victoria a Obama en unas elecciones con un índice de participación sin precedentes, deciden hoy retirar su apoyo, por sentirse engañados, estafados. Y aquellos que dieron su apoyo al Partido Republicano, no dudan en ratificarlo alegremente, a pesar de las frívolas aberraciones pronunciadas por quienes abanderan el movimiento ultraconservador americano. Cierto es que el castigo electoral es un elemento correctivo indispensable de la democracia, pero ha de usarse en el momento adecuado. Castigar a Obama en medio de la legislatura, cuando no ha podido desarrollar su programa, implica que lo poco que haya hecho va a desaparecer bajo el manto republicano. Quizás sea Obama el que debe sentirse engañado por su electorado, que ha demostrado votar por miedo, mirando hacia atrás y no hacia delante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.