La cervecera Damm, condenada por una muerte que causó una botella contaminada

El Juzgado de Primera Instancia número 49 de Barcelona ha condenado a la empresa Damm a indemnizar con 63.000 euros más intereses (unos 15 millones de pesetas en total) a los familiares de un hombre que falleció al ingerir una cerveza contaminada con un producto tóxico que quedó en la botella durante el proceso de lavado del envase. La magistrada admite que no se ha analizado ni el líquido ni el envase de aquella cerveza pero precisa que tal y como ocurrieron los hechos no hay duda de que el motivo de la muerte fue ése, como declararon los peritos durante el juicio.

El caso ocurrió el 1 de agosto de 1998, cuando cinco personas acudieron a desayunar a un bar de Barcelona. Uno de ellos, Juan Antonio A., pidió una cerveza y después de beber un trago directamente de la botella, notó que tenía un gusto muy amargo, se la dio a probar a su hermano y éste notó la misma sensación tras humedecerse los labios. El camarero acabó arrojando el líquido por el fregadero. A los pocos minutos, Juan Antonio A. empezó a sentir vómitos, fue trasladado a un hospital y falleció a las pocas horas afectado de una gastroenteritis que le afectó al riñón y al hígado. Su hermano también sufrió síntomas similares, pero pudo recuperarse. La sentencia condena a indemnizar con 31.000 euros más intereses a la esposa del fallecido, defendida por el abogado Carles Bosch, y con 16.000 a cada uno de los dos hijos.

La juez recuerda que después de los hechos la empresa cambió el proceso de envasado y limpieza de las botellas -algo que ayer negó tajantemente la compañía- y rechaza la tesis de la empresa de que la muerte se produjo a causa del bocadillo de beicon que consumió el trabajador. La juez recuerda que el resto de trabajadores también comieron esos bocadillos y no tuvieron problemas. Un portavoz de la compañía anunció que se ha recurrido ante la Audiencia de Barcelona y ratifica que la muerte se produjo por una causa distinta a la cerveza.