Carter suspende la exportación de un ordenador a la URSS
Como reacción a los procesos seguidos contra los disidentes en la Unión Soviética, el presidente norteamericano, Jimmy Carter, suspendió ayer la venta de un moderno computador a la agencia oficial de noticias Tass, y puso bajo control gubernamental todas las futuras exportaciones de tecnología estadounidense distinadas a la URSS.
La decisión presidencial fue acogida favorablemente en el Congreso, varios de cuyos miembros habían pedido en los últimos días una respuesta de Washington a las condenas impuestas por la justicia soviética a los disidentes Anatoly Shcharansky y Alexander Guinsburg. El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Robert Byrd, calificó de «apropiada» la medida adoptada por la Casa Blanca.Los soviéticos estaban a punto de comprar un sofisticado ordenador electrónico de la, marca Sperry-Univac, valorado en siete millones de dólares (más de quinientos millones de pesetas), y destinado a la agencia Tass. Esta venta fue suspendida ayer por el presidente, en su única acción inmediata de represalia contra la URSS.
Sin embargo, Carter decidió también que todas las exportaciones de tecnología norteamericana, principalmente en el campo de las exploraciones petrolíferas, deberán contar desde ahora con la aprobación expresa del Gobierno, lo que le deja un amplio margen de acción en el futuro para tomar nuevas medidas contra los soviéticos. En el último año y medio, la URSS compró en Estados Unidos tecnología petrolífera por valor de 540 millones de dólares y estaban previstas nuevas exportaciones valoradas en mil millones de dólares más.
La secretaria de Comercio, Juanita Kreps, se declaró opuesta a la decisión presidencial, que, en su opinión, tendrá escasa o nula influencia en el campo político. Similar visión se mantenía en algunos sectores del Departamento de Estado. Los líderes del Congreso y el consejero presidencial para Asuntos de Seguridad, Zbigniew Brzezinski, habrían sido quienes más apoyaron las represalias comerciales contra Moscú.
La decisión de Carter, que todavía no había sido anunciada oficialmente a la hora de transmitir esta crónica, pero que había sido divulgada por funcionarios de la Casa Blanca y miembros del Congreso, se consideraba en los medios diplomáticos de Washington como un «cambio muy importante».
Aunque Jimmy Carter ha dejado bien claro que no pretende seguir la política de linkage, o de conexión entre unos aspectos y otros de las relaciones entre las dos superpotenclas, y que da prioridad total a la firma de un nuevo acuerdo Salt con Moscú, nunca hasta ahora había pasado a reflejar su política de defensa de los derechos humanos frente a la URSS con algo más concreto que las palabras.
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