Madres solteras

Esta semana pasada, en el programa Encuentros, de Radio Nacional, nueve de la mañana, se habló del tema. Todo lo que se radió y publicó en prensa hasta hoy son ganas de tomar el pelo y falta de consideración por parte de la sociedad hacia las madres solteras.¿Por qué?, porque se alejan del verdadero quid de la cuestión- las madres solteras existieron, existen y existirán siempre por culpa de la ,irresponsabilidad de los hombres, de las leyes españolas y de la sociedad machista que todavía impera en España.

Por eso el español que comete la gran irresponsabilidad de dejar embarazada a una mujer, sea soltero o casado, sea ella menor o mayor de edad, sabe que la ley le protege a él y que poco puede hacer ella para defenderse. Esta es la raíz del mal y todos los comentarios de «cómo tratan en el trabajo, en la familia y en la sociedad a estas madres solteras», son ganas de perder el tiempo y alejarse de la realidad del tema. Pero, claro, nadie va a echarse piedras sobre su propio tejado, y el español no irá a implantar una ley como en Alemania o Suecia países que por muchos motivos, entre ellos el que esta carta comenta, el índice de natalidad no es tan alto como en España. Por eso del índice de natalidad se protege en Suecia a la madre soltera, y por las severas leyes se cuida muy bien un hombre en Alemania de dejar embarazada a una muchacha. De aquí, partiendo de la ley, se hace el hombre a sí mismo más responsable de sus actos, pero en España, hoy por hoy, el hombre está impune ante este hecho.

¿Hasta cuándo las leyes van a ser machistas, van a proteger al hombre y no a la mujer también? ¿De dónde viene el hombre, sino del vientre de una mujer?, ¿Y por quién se realiza cómo hombre, sino por una mujer? ¿Hasta cuándo estaremos indefensas?

Muchas gracias y un cordial saludo le envía «una madre soltera más», que a pesar de esta carta le fue muy bien en todo respecto a su maternidad, pero se quedó con las ganas de haberle dado un buen es carmiento a su novio por dejarla embarazada y tomar las de «villadiego» impunemente, sin querer responsabilizarse de su paternidad.