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TENIS | WIMBLEDON
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El SOS de Zverev destapa muchas carencias

La salud mental debe entenderse, escucharse, validarse, aprenderse y liberarse de esquemas arcaicos para actualizarse como mecanismo de sociedad funcional y feliz

Zverev sirve durante el partido contra Rinderknech en Wimbledon.

La llamada de auxilio del tenista Alexander Zverev ha destapado las necesidades o carencias en algunos casos de gestión emocional y entrenamiento en autoconocimiento que las exigencias del deporte llevan implícitas. Estamos construyendo una sociedad en la que impera el ritmo frenético, la excelencia en todos los ámbitos de nuestra vida, la crítica fácil, rápida y el anonimato para ejecutarla, el poder de encumbrar al Olimpo y, en sentido contrario, sentenciar con el pulgar hacia abajo en el Coliseo... Al mismo tiempo que nos vamos programando como seres más deshumanizados, despojados de emociones y empatía que interpretamos como obstáculos en la consecución de tan ansiados objetivos vitales.

En el terreno deportivo, estos parámetros todavía son mucho más exacerbados y suelen posicionarse en extremos que pueden provocar daños en nuestra salud mental y equilibrio psicológico. Este caldo de cultivo de factores sociales-personales y la propia idiosincrasia de la disciplina deportiva en cuestión propicia comportamientos y consecuencias psicológicas como las que estamos presenciando y que, a pesar de la visibilidad y la familiaridad alcanzadas hoy, todavía son un escenario preso de tabúes y estigmas que no hacen nada más que acuciar dichos vacíos formativos y culturales.

Aplaudo, pues, la valentía y generosidad de Zverev y otros tantos deportistas q alzan la voz y nos mandan un mensaje claro a la sociedad para que, al menos, invite a la reflexión y al debate sobre cuestiones imprescindibles, incómodas y prioritarias. Se trata de agitar conciencias y modificar el foco, un cambio de paradigma en el que el entrenamiento mental forme parte de la estructura de apoyo que envuelve al jugador (y a toda la sociedad). La salud mental debe entenderse, escucharse, validarse, aprenderse y liberarse de esquemas arcaicos para actualizarse como mecanismo de sociedad funcional y feliz.

Como profesional de la psicología, mi inquietud y mi orientación ante estos casos se dirige en dos direcciones: ¿Qué puedo hacer con el jugador? ¿Y qué podemos hacer como miembros de la sociedad que envuelve y moldea al jugador? Para entenderlo hay que tener en cuenta que el tenis es uno de los deportes individuales con más carga mental y autoexigencia que existen, en el que están implicados factores cognitivos que determinan el rendimiento como el autodiálogo interno, los pensamientos, las emociones o la autoconfianza. Deben tomar decisiones, reprogramar y aislarse del ruido exterior e interior mientras todo el mundo les observa y les exige, mientras ellos esperan no defraudar y los demás no les permiten que les defrauden.

Alcaraz, durante el partido del viernes contra Struff.

Lo positivo de esto es que se puede entrenar, pero apelo también por la prevención, por implementar el autoconocimiento y la regulación emocional desde edades tempranas, cuando la plasticidad del cerebro nos permita introducir esquemas correctos y definir conceptos de una manera adaptativa como son ganar y perder; gestionar el éxito y el fracaso, las expectativas y la motivación intrínseca; los objetivos de rendimiento y de superación personal; y el disfrute del camino.

De hecho, cuando el jugador nos habla de la manera que lo ha hecho Zverev, ya desbordado, lejos de ese jugador de los inicios, de lo que se trata es de volver a reconectar con su esencia y ayudarle a encontrar de nuevo quién es, qué le motiva o cuál es su propósito; volver a encontrar en el deporte su fuente de bienestar y de identidad, devolverle el equilibrio entre el jugador y el ser humano; liberar su mochila del exterior para entrar en la pista libre de equipaje.

En este camino estamos todos. Los profesionales, familiares, amigos, aficionados y la sociedad en general, cada uno con nuestra responsabilidad y compromiso que nos hace empatizar, comprender y respetar que el estado de ánimo, las lesiones emocionales y los problemas psicológicos no están en función de lo material, lo adquirido o las apariencias. La salud está determinada por factores internos y externos, y nuestro deber como parte implicada es crear escenarios mucho más permisivos, humanos y benevolentes.

Josefina Cutillas es psicóloga especialista en salud, deporte y desarrollo personal, ‘mindfulness’ y ‘coaching’ profesional. Trabajó con el tenista Carlos Alcaraz de los 8 a los 16 años.

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