

El Rayo deja en fuera de juego al Barça
Los azulgrana, beneficiados por un penalti, fueron a remolque de un excelente rival en Vallecas


El Rayo inmovilizó al Barça en el ring de Vallecas. Los azulgranas nunca estuvieron a gusto en un partido manejado por un excelente Rayo. Al Barcelona le faltó a veces cintura y en ocasiones se entregó a un cuerpo a cuerpo del que siempre salió revolcado, incapaz de hacer valer el gol con el que se encontró por un penalti más que discutible a Lamine. Antes y después del 0-1, y muy especialmente en la segunda parte, el encuentro se jugó cómo quiso el Rayo, muy firme en una cancha blanda y pelada, demasiado irregular para un equipo tibio como fue el Barça. El mejor futbolista azulgrana fue sin lugar a dudas su portero Joan García.


Los partidos suelen ser de ida y vuelta en Vallecas. La pelota va y viene de área a área para excitación de una hinchada que ha iniciado una huelga de animación contra el presidente Martín Presa. No hay tiempo para las distracciones en la cancha ni aun cuando se sabe que no funcionaba el monitor del Var. A los disparos francos de Lamine y Raphinha respondió Ratiu con un tiro a bocajarro que exigió una estupenda intervención de Joan García. El Rayo llegaba bien y rápido por los dos costados y el Barcelona giraba alrededor de la cintura de Olmo.
Los recursos ofensivos azulgrana acostumbra a ser variados, la mayoría solventes, de la misma manera que hay más dudas sobre los mecanismos defensivos, sobre todo desde la salida de Iñigo. Flick cambió a los dos centrales (Eric y Christensen formaron por Araujo y Cubarsí) y dio entrada como lateral a Koundé. No es fácil contener a Isi y Álvaro y se sabe del incordio que es de De Frutos. Los muchachos de Íñigo Pérez mezclaban las entradas por las bandas con el juego directo para salvar la presión alta del Barça. El plan exigió la mejor versión de García.
El portero tuvo que poner los cinco sentidos para sostener a su equipo, muy exigido e incómodo sin la pelota, falto de espacio, reducido por un rival eléctrico y valiente como el Rayo. El sofoco se acabó momentáneamente cuando Lamine tomó el cuero, recortó a Álvaro García y se cayó en el momento en que se cruzó Chavarría. Aunque el toque del lateral al extremo podía pasar por alto, el árbitro pitó penalti ante la ira de Vallecas por entender que el delantero se dejó caer en el área de Batalla. La polémica se alargó un buen rato por el mal estado del césped y la falta del Var.
Lamine mantuvo la calma, tomó la pelota de Raphinha, asumió la responsabilidad y no perdonó: 0-1. Olmo tuvo el 0-2 antes de llegar al descanso cuando todavía duraba el enojo del Rayo. Hubo más ocasiones que juego porque el fútbol azulgrana tenía poco control y, a cambio, sus delanteros llegaban con frecuencia hasta Batalla. Volvió a perdonar Olmo en la reanudación ante la indignación de Flick. El Barça no supo liquidar el partido en el área y se entregó a un duelo de ritmo alto, rápidas transiciones y mucho desgaste en la medular por la brega del Rayo.
La contienda parecía demandar un punto de pausa por parte del Barcelona cuando el entrenador dio entrada a Rashford y Fermín. Los azulgrana, sin embargo, no saben descansar con el cuero y el Rayo no deja reposar al rival, y menos en Vallecas. Tampoco dejaba entrar en juego a Lamine. La pelota empezó a rondar el área de Joan García y el gol cayó a la salida de un córner rematado fácilmente por Fran Pérez. A balón parado se venció el Barça, a remolque durante mucho rato del excelente fútbol del Rayo. Joan García evitó poco después el gol en un mano a mano con De Frutos.
El Rayo se divertía y sufría el Barça. No se recordaba a un equipo azulgrana tan destensado como el que jugaba en Vallecas. Flick optó entonces por quitar a Balde, el punto débil de los barcelonistas, y dio entrada a Lewandowski. Tampoco resultaron los cambios y no se contó ni un solo tiro más a la portería de Batalla. El Rayo estuvo siempre más cerca de la victoria que el Barça, que descontó dos puntos de manera inopinada por la falta de jerarquía y de punch en el cuadrilátero de Vallecas.
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