

Juegue bien o mal, el Barcelona no se rinde
Los azulgrana remontan a balón parado y con un gol en propia puerta en el último minuto ante un Levante que se fue al descanso 2-0


Juegue mejor o peor, el Barça de Flick no se rinde nunca, experto en remontadas y finales victoriosas como la de Orriols, ganador en el minuto 90 de un partido muy bien disputado por el Levante. Apareció como de costumbre el centro de rosca con la zurda de Lamine y Elgezabal peinó el balón a la red de Campos. A falta de autoridad futbolística, los azulgrana resolvieron el encuentro con un tanto concedido por el rival y dos saques de esquina, acciones protagonizadas por sus individualidades: Lamine, Ferran y, especialmente, Pedri. La calidad y jerarquía del tinerfeño fueron decisivas para un equipo más esforzado que brillante y que no paró de mudar su piel para dar la vuelta a un partido estupendamente visualizado por el Levante.


A Flick no le sirvió de nada plantar una formación muy ofensiva con la presencia de Rashford como extremo izquierdo y Raphinha de tercer volante, titular antes que Olmo y Fermín. El ataque del Barcelona no encontró la manera de dar con la portería de Campos y por el contrario la zaga quedó retratada por el fútbol directo del Levante, como ya temía el entrenador del Barça. La alineación de Casadó como sostén en ausencia de De Jong —ausente por paternidad— y de Gavi no aportó la consistencia, el control y el juego posicional que pretendía Flick. No fue solo una cuestión individual sino un asunto colectivo y estructural porque el repliegue del equipo siempre fue más lento que las transiciones del Levante.
Una pérdida de Lamine provocó la contra fulminante de Manu Sánchez, un cambio de orientación hacia Toljan y el chut extraordinario de Romero. El control, el recorte y el tiro no tuvieron réplica de los centrales azulgrana ante el jolgorio de Orriols. El juego al espacio del Levante era mucho más vigoroso y efectivo que el balón al pie del Barcelona. No había intensidad ni profundidad en el equipo de Flick, negado por dentro y obligado a buscar las bandas con Rashford y Lamine, perseverante en su duelo con Manu Sánchez. La frustración barcelonista fue en aumento por la falta de ocasiones si se exceptúan un tiro muy franco al larguero de Ferran, habilitado estupendamente por Pedri, y un cabezazo de Raphinha que rozó el palo izquierdo de Campos.
A los delanteros les costaba encontrar situaciones de remate, faltos de pases interiores, y los defensas quedaban expuestos a menudo, tensos para no fallar al tirar el fuera de juego, y sin cintura en el momento de contener al Levante. Las espaldas de los centrales crujían y los medios no encontraban su sitio ante las internadas de Brugué, Sánchez y Morlanes. Ningún jugador sufre más que Cubarsí desde la salida de Iñigo Martínez. No se paró el Levante con el gol de Romero, sino que insistió en sus acometidas y alcanzó el 2-0 con un penalti de Morales. Un tiro del delantero dio en el brazo de Balde y el árbitro señaló la pena máxima después de consultar con el VAR ante la disconformidad de los jugadores del Barcelona.
Flick se corrigió de inmediato en el descanso: quitó a Casadó y Rashford, sus dos apuestas iniciales, y dio entrada a Olmo y Gavi. La respuesta fue igualmente inmediata porque el Barcelona tardó solo cinco minutos en igualar el marcador desde el banderín de córner: Pedri enganchó un remate soberbio desde fuera del área y poco después Ferran embocó el 2-2. El acierto azulgrana contrastó con las dos desatenciones a balón parado del Levante, colapsado en un momento después de haber rozado el 3-0 con una acción de Brugué. El partido desde entonces quedó muy abierto, muy vivo a veces y a ratos más pausado, sin que el Barcelona lograra imponer su juego ni el Levante pudiera igualar la versión de un primer tiempo inolvidable en Orriols.
Flick optó entonces por darle una vuelta más al partido con una defensa de tres centrales y la entrada de Lewandowski. Los cambios anunciaban que el partido se acabaría en la cancha de un reventado y desengañado Levante. El Barça aspiraba a un final como el vivido con el Benfica. El desenlace fue igual de victorioso después de recurrir al balón parado, una suerte propia de un equipo ambicioso que se niega a perder, dispuesto a que un buen ataque pese más que una frágil defensa, a marcar un gol más que el rival, anoche un excelente Levante.
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
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16
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0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
17
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0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
18
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0 | 2 | 0 | 0 | 2 |
19
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0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
20
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0 | 1 | 0 | 0 | 1 |
Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
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1
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6 | 2 | 2 | 0 | 0 |
2
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4 | 2 | 1 | 1 | 0 |
3
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3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
4
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3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
5
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3 | 1 | 1 | 0 | 0 |
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