El Camp Nou de nunca acabar
El trofeo Joan Gamper contra el Como se jugará en el Estadi Johan Cruyff, con capacidad para 6.000 personas, mientras el estadio sigue atrapado entre licencias, permisos y una reapertura que se alarga y retrasa


El trofeo Joan Gamper se presenta este año enrarecido. Tan solo 6.000 culés podrán vivir in situ la presentación de su equipo en el duelo contra el Como de Cesc Fàbregas este domingo a las 21.00h. Pero no en el Spotify Camp Nou, sino en el Estadi Johan Cruyff. Lo que iba a ser un regreso al templo azulgrana que lleva dos años en obras, entre polvo y grúas, se ha convertido en un plazo diluido. Ya son nueve meses de retraso de la idea inicial de reabrir al 60% de la capacidad final para el 125 aniversario del club en noviembre. Y eso que, esta vez, le acompañaba un gran anuncio con Joan Laporta en el centro, un gran despliegue que el club defendió en una “épica” y “ambiciosa” campaña.
Sin embargo, la realidad ha obligado a frenar en seco, ya que no contaban con los permisos necesarios. Esta semana, el Barcelona y el Ayuntamiento han llegado a un acuerdo para una modificación de la licencia de la obra que permite dividir la primera fase —que incluye el subsuelo, primera y segunda gradería— en tres subfases para permitir una apertura parcial y progresiva. La gran esperanza es que el Camp Nou sí que pueda acoger a 27.000 espectadores para el primer partido de Liga en casa contra el Valencia, en el fin de semana del 13 de septiembre. Pero aún quedan muchos pasos clave para obtener el permiso definitivo de apertura. De momento, el Johan Cruyff será el lugar de estreno este domingo de Joan García, Marcus Rashford y Roony Bardghji, los tres fichajes de este verano. No será, por ejemplo, el de Robert Lewandowski, con molestias en el bíceps femoral de la pierna izquierda.
“La ilusión para nosotros es estar en Barcelona y poder competir contra un equipo como es el Barça. Después, jugar en el Camp Nou o no… para todos es nuestro sueño, es el mejor estadio del mundo, y lo será el nuevo”, aseguró Cesc Fàbregas en la previa. El pasado 25 de junio, el club lanzó un spot publicitario a bombo y platillo, con Laporta orgulloso entre las obras del Camp Nou, anunciando el regreso inminente del estadio para el Gamper. No ha ocurrido. El Barça tenía la licencia de actividades y obras —un paso necesario, pero insuficiente—, faltaba la licencia de primera ocupación parcial para los 60.000 espectadores que se esperaba cuando la primera fase con las dos graderías estuviese finalizada. No se logró, y ni siquiera se llegó a solicitar. El Ayuntamiento ya había advertido de los requisitos estrictos, y el 18 de julio el club anunció la suspensión de su regreso a Les Corts. “Debido a la envergadura de la obra ejecutada, ha sido imposible asumir todos los requerimientos exigidos por las normativas que regulan la obtención de dicha licencia”, comunicaron oficialmente.
El último movimiento ha sido modificar la licencia de obras para un progreso por etapas, más gradual y paulatino. La primera fase, ahora dividida en tres, empezará con el gol sur y la tribuna, para 27.000 aficionados. Luego se sumará el lateral para llegar a 45.000, y finalmente el gol norte para cerrar los 60.000 espectadores previstos al principio. La segunda fase sigue reservada para cuando se complete la tercera gradería —que se tuvo que derruir al completo y volver a construir— y los 105.000 asientos finales pronosticados.
“Todo está centrado en estos momentos en lo que es la fase uno para 27.000 personas. Para obtener el permiso [el de ocupación parcial] se requiere un certificado de ECA, que es un certificado de control ambiental, el de finalización de obras y el permiso de distrito [de Les Corts]. Esto significa realizar las inspecciones, sobre todo de seguridad, y cuando tengamos esa información, se tomará una decisión”, aseguró esta pasada semana Jordi Valls, alcalde accidental de Barcelona.
Las promesas de reapertura ya se han quedado en el aire en varias ocasiones en estos dos años de obras. Primero era noviembre, para el 125 aniversario del club, que finalmente se celebró la gala en el Liceu. Luego finales de año, enero, febrero, primavera —con la idea del clásico el 11 de mayo como fecha posible— y finalmente antes de acabar la temporada. “Si no hay imponderables”, repetía la directiva en cada nueva fecha otorgada.
Esta vez, sin grandes anuncios ni despliegues mediáticos, se presupone que la siguiente fecha para que el Camp Nou abra sea para la cuarta jornada liguera —primera en casa—, contra el Valencia. Pero los permisos siguen pendientes, y el reloj no se detiene. Así que el Johan Cruyff acogerá el Gamper de este domingo, mientras Montjuïc, silencioso, mira de reojo las obras del Camp Nou.
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