Ferran Torres: “El gol es adictivo. Hay que trabajar para que eso no te afecte”
Flick ha conseguido desatar su confianza y darle los galones del 9 azulgrana. Fuera de la Champions, ahora espera el clásico

En menos de un año, el Barcelona de Hansi Flick ha pasado de quedarse sin títulos, derrotado en Europa y a la sombra del Real Madrid en España, a conquistar la Supercopa, la Copa del Rey y estar a un paso de quedarse con LaLiga. Ferran Torres (Foios, Valencia; 25 años) se ha convertido en uno de los símbolos de la recuperación azulgrana: 19 goles en 44 partidos. En la previa del clásico, el delantero presenta la campaña de Under Armour “Comerse al rival”, una dosis de vitamina para el Barça tras la dolorosa eliminación en semifinales de la Champions frente al Inter de Milán.
Pregunta. ¿Fue más difícil remontar dos goles en San Siro o asimilar una derrota tan cruel?
Respuesta. La derrota del otro día fue dura, sin duda. No fue fácil remontar, claro, pero lo conseguimos, como ya habíamos hecho otras veces, y en el último momento se escapó. Lo bueno es que ya tenemos otro partido importante por delante que nos ha servido para pasar página.
P. ¿Cómo estaba el vestuario en Milán y cómo está de cara al clásico?
R. Fastidiado, claro. Habíamos hecho méritos para clasificarnos y las circunstancias no ayudaron, pero nos sirve como motivación extra para jugar contra el Madrid e intentar amarrar LaLiga.
P. Es prácticamente el mismo equipo que el del año pasado, ¿Qué ha cambiado?
R. Se ha renovado el ambiente, ese cambio de aire que algunos necesitaban. Esa fue una de las claves. Y, sobre todo, la confianza que nos ha dado el míster desde el primer día. Sabía el equipo que teníamos, las cualidades de cada uno y cómo aprovecharlas. Es muy cercano en los entrenamientos, te pregunta cómo estás, te pone vídeos. Sabe cómo unir al grupo, cómo quitar tensión y cómo motivar al jugador. Nos hizo ver el potencial que teníamos. A partir de ahí, la gente se fue contagiando. Esa es la clave de que el equipo esté haciendo la temporada que está haciendo. Si estamos en el Barça es porque servimos. Una temporada mala no define una carrera.
P. ¿Sintió que se pensaba que usted no servía para el Barça?
R. Hoy en día lo seguirán diciendo. Pero yo me siento capacitado. Siempre lo he sentido. Hablar desde fuera es muy fácil. Yo estoy en el día a día.
R. Sé lo que piensan las personas que realmente me importan.
P. ¿Lee los periódicos?
R. No, no siento la necesidad. A veces, en redes sociales me aparece algo. Pero ya a cierta edad, para bien o para mal, prefiero no leer nada.
P. ¿No se busca en Google?
R. No, ¿para qué?
P. Para ver sus goles.
R. Bueno, eso sí, pero cuando los veo, lo hago sin sonido. Y no leo los comentarios.
P. ¿En serio?
R. ¡Sí! A veces, ni siquiera se saben mi nombre.
P. ¿Siente que todo es más difícil para usted?
R. Puede ser. Hay gente de la que se habla más y tiene mis mismos números. Pero no me preocupa, yo hago mi trabajo. Estoy tranquilo porque doy el cien por cien, y eso se refleja en el campo. También soy consciente de que el Barça es uno de los mejores clubes del mundo y hay competencia. Hay que asumirlo, sacar lo positivo y mejorar.

P. ¿Por qué este vestuario es tan sano?
R. Aunque muchos piensan que somos veteranos, este vestuario es joven. Y eso ayuda mucho.
P. ¿Lo hacen sentir un veterano?
R. A veces lo parezco. Con 25 años soy de los mayores. Pero hay muy buen ambiente. La gente está todo el día inquieta, haciendo bromas. Eso une.
P. ¿Y quién lidera?
R. Los cinco capitanes, para algo los elegimos. Yo me siento escuchado por los jóvenes. No hablo mucho ni suelo dar consejos, prefiero predicar con el ejemplo.
P. Lamine dice que jugar con usted es muy fácil.
R. Sí, me lo ha dicho.
P. ¿Y usted qué le respondió?
R. Que lo fácil es jugar con él. Solo tengo que correr y él me la pone al pie.
P. ¿Su trabajo es hacerle la vida fácil a los demás?
R. Sí, tanto con balón como sin balón. Soy un jugador de equipo. Me gusta sacrificarme: si trabajas para el equipo, terminas siendo recompensado.
P. Ese no es el pensamiento típico de un delantero.
R. Tampoco soy un 9 típico. Toda la vida fui extremo, y ahora es donde creo que mejor aprovecho mis cualidades.
P. ¿Cuándo se dio cuenta de que esa era su posición?
R. Nunca pensé que podía ser un 9 hasta que empecé con Pep [Guardiola]. Y también me ayudó mucho Hansi [Flick].
P. ¿Guardiola y Flick son parecidos?
R. Son ganadores y saben cómo manejar un equipo top. Pero Flick es más cercano, se interesa por cómo estás en todo. Y algo muy importante: da mucho cariño a los que juegan menos, para que no pierdan la motivación y estén listos cuando llegue su momento. Esta temporada me ha servido para confirmar que soy un 9.
P. ¿Qué significa ser un 9? ¿Solo marcar goles?
R. Para mí, es la posición donde mejor rindo. No se trata solo de marcar.
P. Usted cree mucho en la mentalidad positiva. ¿Cómo le afecta el gol?
R. Mucho, no lo voy a negar. Puedes hacer un partidazo, y si no marcas, te quedas con la espina. Y si marcas, pero fallas, también sientes que podías haber hecho más. Pero hay que saber convivir con eso. Y tener claro que no se puede marcar en todos los partidos.
P. El gol no depende solo del 9.
R. Exacto. Como delantero intento estar en buena posición, pero esto es un deporte colectivo. Necesitas que tus compañeros te acerquen a la portería rival.
P. ¿El gol obsesiona?
R. Más que obsesionar, engancha. Es adictivo. Cuando marcas, quieres volver a hacerlo. Hay que trabajar para que eso no afecte negativamente al rendimiento.
P. ¿Sigue en terapia?
R. Sí, una vez por semana; a veces dos. Estoy muy loco.
P. ¿En qué sentido?
R. ¡Es broma! Una horita de sesión. No siempre hablamos de fútbol. Es algo fundamental en mi vida.
P. ¿Llegó a cansarse del fútbol?
R. Vivimos 24/7 para el fútbol. Hay tantos partidos que no puedes desconectar: o estás recuperando o ya preparando el siguiente. A veces, cuando las cosas no salen bien, te puedes desmotivar. Es parte del aprendizaje.
P. ¿Cómo escapa de esa desmotivación?
R. Busco cosas que me saquen una sonrisa. Y también tengo claro algo muy importante: lo bueno pasa, y lo malo también.
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