Inglaterra logra el pase a las semifinales en una fatídica tanda de penaltis ante Suecia
La selección de Sarina Weigman fuerza la prórroga en los últimos minutos y resuelve sobre los 11 metros después de que Suecia fallara cinco lanzamientos


Chloe Kelly entró para salvar a Inglaterra de una de sus peores versiones ante una Suecia letal en sus transiciones y equilibrada en su defensa. No importó que las suecas dominasen el partido, tampoco las carencias defensivas y de salida de balón de las inglesas. Kelly lo revolucionó todo a diez minutos del final repartiendo dos asistencias que metieron a su selección que forzaron una prórroga accidenta. El partido terminó en una tanda de penaltis eterna y que destacó por la cantidad de fallos de las lanzadoras: cinco para Suecia, cuatro para Inglaterra. De esta manera, las inglesas disputarán las semifinales contra Italia la semana que viene.
Ambos tuvieron un recorrido distinto: Suecia completó una excelente fase de grupos, Inglaterra tuvo una derrota preocupante ante Francia en una versión titubeante que reapareció ante las suecas. La línea delantera de Russo, Hemp y James no pudieron superar a la de Kaneryd, Blackstenius y Rolfö. También ganó Suecia la batalla en el centro del campo. Walsh estuvo desaparecida, superada por una dupla sueca dominante: Asllani y Angeldahl. Sin embargo, el mayor sufrimiento estuvo atrás, como ya ocurrió frente a Francia.
Todo quedó evidenciado desde el arranque. En una declaración de intenciones, Suecia salió con presión alta. Apenas un minuto y medio después del inicio del partido, un error de Walsh en salida provocó un primer gol: recuperación rápida, pase de Blackstenius y definición cruzada de Asllani. El inicio frenético, sin tregua para las inglesas, que encadenaron errores de salida desde atrás. Gerhardsson, seleccionador sueco, potenció la debilidad de Inglaterra, y aisló a Carter, dejándola sin líneas de pase. Inglaterra buscó una solución rápida cambiando de posición a Carter por Williamson y sacando con envíos largos.
Pero no solucionó mucho. En otro ataque de las suecas, rápidas, precisas, encontrándose casi de memoria entre ellas, volvieron a castigar. Blackstenius se desmarcó a la espalda de Carter y definió con calidad para cerrar una gran acción personal con otro tanto para las suecas. Entonces, Suecia controló el tempo. Le cedió el balón a Inglaterra, que cayó en la trama de creer que tenía el protagonismo, y las suecas esperaban a los errores de las rivales para salir con velocidad. Solo Hemp, por la banda izquierda, aportó algo de desequilibrio, mientras que el resto dejaron expuesta a Hannah Hampton, que evitó en varias ocasiones el tercero.
Sarina Wiegman tardó en hacer los cambios, pero entraron para funcionar: Chloe Kelly puso un centro perfecto que Lucy Bronze remató, de manera inesperada, de cabeza para meterse de lleno en el partido. Y dos minutos después, otra vez Kelly volvió a centrar para que Agyemang anotase uno más para poner las tablas en el marcador y mandar el partido a la prórroga.
Inglaterra hizo sufrir a Suecia, y todas las jugadoras empezaron a evidenciar cansancio. Ninguna de las dos selecciones pudo encontrar portería entre acciones accidentadas que dejó a las jugadoras renqueantes. Hampton terminó sangrando y cambiando su camiseta, Bronze con un vendaje improvisado en su pierna hecho por ella misma y varias futbolistas adoloridas.
Un final apoteósico, con opciones para ambos equipos. Pero la eliminatoria tuvo que resolverse en la tanda de penaltis. La mayoría, fallados, demasiado centrados y sencillos para las porteras. Una tanda que se alargó y alargó hasta que el fallo de las suecas sentenció un partido que tenían entre manos.
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