El director de la Vuelta no quiso suspender la etapa: “Hablamos con la delegación del Gobierno y consideramos que la seguridad era suficiente”
Javier Guillén ha explicado en una conferencia de prensa por qué no quiso entrar en “más debates” sobre la participación del equipo Israel: “Nos guiamos por la posición de la UCI”

Apenas unas horas después de que la Vuelta ciclista a España se viera obligada a despedir su 90ª edición sin ganador final ni ceremonia de podio por las multitudinarias protestas contra la participación del equipo Israel Premier-Tech en la carrera, el director de la ronda española, Javier Guillén, ha explicado por qué la organización siguió adelante con el plan inicial y mantuvo la celebración de una última etapa, este domingo, desde Alalpardo hasta el centro de Madrid, a pesar de los múltiples llamamientos a manifestarse y las convocatorias de protestas pro-Palestina a lo largo de todo el recorrido y, muy especialmente, en el centro de la ciudad, hasta donde fue imposible acceder. Allí, en la Gran Vía, en Atocha, Cibeles... los grupos más violentos de entre los 100.000 manifestantes tomaron la calle e hicieron inviable que Jonas Vingegaard, ganador de la Vuelta, tuviera el acostumbrado fin de fiesta.
En una intervención de apenas media hora, insuficiente para responder todas las preguntas de la sala, Guillén ha querido subrayar que “en ningún momento” se plantearon la posibilidad de cancelar la última etapa en Madrid, una jornada destinada al tradicional paseo de los ciclistas por la capital, pero con la clasificación general ya decidida en favor de Vingegaard. “Tuvimos reuniones con la delegación del Gobierno y consideramos que los cordones de seguridad que se habían decretado eran suficientes”, ha declarado el director de la carrera; “por ese motivo no se consideró la suspensión de la etapa”.
La decisión de la organización, a la vista de las masivas movilizaciones, ha resultado ser tan conflictiva como lo fue la decisión inicial de mantener en competición al equipo Israel- Premier Tech, cuyo propietario, Sylvan Adams, es amigo personal del primer ministro israelí Netanyahu. Adams es sionista y ha defendido públicamente la ofensiva del ejército israelí en la franja de Gaza. El equipo, que lleva el nombre de Israel por deseo expreso del dueño, es una herramienta para blanquear la imagen del país a través del deporte. Y su presencia ha sido el detonante de las protestas que han afectado a la competición casi desde el inicio de la carrera.
“La posición de la Vuelta en todo esto es clara. Nosotros nos guiamos por la normativa de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Aquí las normas de participación las pone la UCI. Es a ella a quien le corresponde establecer el derecho de sanción o de exclusión durante las carreras. En todo momento nos hemos movido en esa legalidad. Nos hemos quedado ahí y no hemos querido entrar en ningún debate más”, ha continuado el director de la ronda española.
Respecto a la posición de la UCI y de su presidente, David Lappartient, Guillén ha sido claro: “Hablamos con ellos para hacerles ver cuál eran los acontecimientos que estábamos viviendo aquí y para que tomaran posición. Y sí, la UCI tomó posición: hizo un comunicado para mantener al equipo Israel Premier-Tech en carrera. Nosotros nos hemos guiado en todo momento por lo que ellos nos han dicho. Cualquier movimiento sin su consentimiento, además, hubiera derivado en una serie de consecuencias legales muy negativas, algo que hubiera afectado a España en el marco del deporte internacional”.
Las consecuencias, obviamente, también hubieran sido económicas, de acuerdo con los contratos firmados con la UCI y con los diferentes patrocinadores de la carrera. La misma causa está detrás de la no cancelación desde primera hora de la última etapa, que hubo de interrumpirse a 43 kilómetros de la meta este domingo.

“Quiero lamentar y condenar lo ocurrido durante la última etapa. Pocos comentarios son necesarios. Las imágenes hablan por sí solas. Es lamentable todo lo que ocurrió. No podemos sacar nada bueno”, había asegurado Guillén nada más arrancar su declaración. Guillén es el mandamás de la Vuelta desde 2009, cuando asumió el cargo tras siete años en Unipublic, la empresa que organiza la prueba desde 1979. Un año antes de que él asumiera el mandato, no obstante, la promotora del Tour de Francia, ASO (Amaury Sport Organisation), compró el 49% de la matriz española. Seis años más tarde, en 2014, la compañía francesa adquirió el 51% restante y la Vuelta pasó entonces a ser propiedad completa de ASO, gestora, además, de carreras como la París-Roubaix, la Lieja-Bastoña-Lieja, la Volta a Catalunya o el Rally Dakar.
“Nosotros somos una carrera ciclista. Lo que queremos reivindicar es eso”, ha añadido Guillén; “somos deporte y eso es lo que queremos ser. Nos parece muy bien que todo el mundo aproveche la Vuelta para reivindicar lo que quiera, pero igual que nosotros solicitamos respeto a las manifestaciones, pedimos respeto para la carrera y para nuestros deportistas”.

Por último, Guillén se ha acordado de aquellos que, dice, han promovido lo acontecido este domingo en las calles de Madrid. “Desde luego, cuando llamas a boicotear y se boicotea, eso causa un daño a todos los que hacemos esta carrera. Esa es la parte que más daño nos ha hecho”, ha sentenciado antes de despejar dudas sobre el inicio del próximo Tour de Francia, prueba que, también bajo el paraguas de ASO, arrancará en Barcelona el próximo verano. “A partir de esta Vuelta, las entidades internacionales van a tener que tomar decisiones [sobre la participación de Israel en competiciones deportivas], pero estoy seguro de que Barcelona va a tener su salida y va a tener un gran Tour de Francia. Ojalá cuando llegue ese momento todo esté solucionado y el conflicto en Gaza haya concluido”.
El podio final, en el aparcamiento de un hotel
Tras cancelarse la etapa y la tradicional ceremonia de podio de este domingo, todos los ciclistas fueron trasladados en los coches de los equipos a sus respectivos hoteles en Madrid. Fue en uno de ellos, en el aparcamiento del hotel Marriott, y ya bajo la noche cerrada, cuando el Visma-Lease a Bike, equipo del ganador de la Vuelta, Jonas Vingegaard, promovió un improvisado homenaje para los ciclistas que, por sus méritos deportivos, deberían haber subido al escenario de la Vuelta en la céntrica plaza de Cibeles.
🇪🇸 #LaVuelta25
— Team Visma | Lease a Bike (@vismaleaseabike) September 14, 2025
This is footage we simply can’t keep away from you. 🎥🍿
This is why we love cycling.
An intimate, well-deserved ceremony for all the winners of this Vuelta a España! ❤️🚴 pic.twitter.com/4Q6kVsyEZO
Así, sobre unas neveras en las que previamente se habían rotulado números a modo de podio (1, 2 y 3), Vingegaard, Joao Almeida, Tom Pidcock y otros corredores —entre ellos, el estadounidense Matthew Riccitello, miembro del equipo Israel Premier-Tech y, por tiempos, el mejor joven de esta edición— recibieron sus respectivas honras ante la atenta mirada de compañeros, miembros de los equipos, familiares y periodistas. Un final atípico, pero, según los propios protagonistas, festivo al fin y al cabo.
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