Lo que les falta y lo que les sobra a algunos lectores
La Redacción recibe numerosas protestas por una manifestación sobre Palestina que no se cubrió y por un reportaje sobre Zara


La cobertura informativa de EL PAÍS del pasado fin de semana ha provocado la protesta de un buen número de lectores en dos sentidos: por lo que les faltaba y por lo que creen que sobraba. A los primeros, la mayoría, les ha indignado que el periódico no siguiera la manifestación para denunciar “el genocidio en Palestina y el comercio de armas entre España e Israel”, celebrada el pasado sábado en Madrid. Los segundos critican el reportaje dedicado a la empresa Zara. El responsable del fin de semana es el director adjunto Borja Echevarría, a quien he consultado para explicar las decisiones tomadas en ambos casos.
Palestina
“Nos reunimos miles de personas, la cifra no es lo más relevante, llegadas de todas partes de España”, relata el lector David Sanz. “Desde Granada fuimos dos autobuses completos, hablamos con gente que había salido a las tres de la mañana desde Barcelona o que había llegado la víspera desde Canarias. Y hoy domingo no hay ni rastro de esta noticia en su edición impresa, se me escapan los motivos periodísticos”. Otra lectora, Raquel Val, añade: “No creo que sea algo casual, sino intencional. Considero que han ocultado esta información a los lectores”.
Un día después de la marcha convocada el sábado por la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina, EL PAÍS rectificó y publicó la noticia en la web, precisamente tras las numerosas protestas de los lectores. La redactora jefa de España, Inma Carretero, considera que no hacerlo antes fue un “error de reflejos”. La sección se centró en cubrir la manifestación contra el Gobierno por el apagón, convocada por el PP y Vox en la plaza de Colón de Madrid, y nadie fue a la de Palestina. “No la teníamos en el radar”, admite.
Después, al ver las imágenes, restaron importancia a la menos concurrida y solo una de ellas fue al papel por razones de espacio. La delegación del Gobierno cifró en 25.000 los asistentes a la protesta de Colón y en 10.000, los de Gaza. “El del domingo es un periódico que [en papel] va muy armado y hay menos capacidad de reacción”, agrega.
“Sentimos que los lectores de EL PAÍS que esperaban información de la manifestación no la encontraran en su periódico”, explica Borja Echevarría, quien recalca que denunciar “los atropellos contra los derechos humanos que se están produciendo en Gaza” es un eje central en el periódico, que mantiene un corresponsal en Oriente Próximo, Antonio Pita; ha enviado a un buen número de reporteros a la zona; y analistas y periodistas escriben también de ello a distancia. “Desde hace meses, todos los sábados hay manifestaciones en España y en otros países por la situación en la Franja. Hemos cubierto muchas e incluso han sido tema y foto de portada algún domingo. Pero la actualidad informativa es intensa y nuestros recursos, limitados. Tenemos que priorizar las coberturas y decidir por qué apostamos cada día. En ocasiones, por supuesto, nos equivocamos”.
Zara
“No encuentro nada informativo en el despliegue extraordinario del domingo 11 dedicado a los 50 años de la primera tienda de Zara”, afirma Juan Jorganes, quien califica el texto de “tremendísimo publirreportaje”, un término que repiten otros lectores. Otra crítica es la de Ana Vicente Alzuaz: “La portada del domingo 11 de mayo me ha dejado estupefacta. Carece del menor interés periodístico dedicar más de la mitad de la página a una foto de Marta Ortega”.
La redactora jefa de El País Semanal, Belinda Saile, explica que el reportaje pretende recoger un caso de éxito empresarial, puesto que Zara es una de las primeras compañías textiles del mundo, y que tiene el valor de que su presidenta, Marta Ortega, nunca había hablado con un medio en español, aunque sí con dos internacionales, Financial Times y The Wall Street Journal. Además, explica, la compañía abrió las puertas a un reportero de EL PAÍS y fue él quien eligió dónde poner el foco y pudo hablar con libertad con empleados y colaboradores.
“Quiero recordar que Amancio Ortega jamás dio una entrevista a ningún periódico y por eso la posibilidad de este encuentro con su hija dotaba a la historia de un carácter excepcional”, añade el director adjunto, quien explica que hace más de 10 años del último gran reportaje sobre Zara en el periódico. “Un tiempo en el que la compañía, por ejemplo, ha entrado con fuerza en el negocio online y, sobre todo, en el que su fundador dio un paso a un lado para ser sustituido por su hija, que ha aportado aires nuevos con algunas ideas estratégicas diferentes a la época anterior”.
Otra cuestión sobre la que incide Echevarría es que no todo lo que se publica tiene que ser una denuncia. “Una de las quejas más habituales que tenemos, y que ha provocado cierto hartazgo en los lectores, es precisamente hacer periodismo solo de lo negativo, dejando de lado las historias en positivo. Creo que la historia de Zara es fundamentalmente eso, un enorme éxito, y así se refleja”, afirma.
Sin rebajar el hito periodístico de este trabajo, pienso que hay que escuchar a los lectores que, al tildarlo de “publirreportaje”, piden al menos un contrapunto en un texto que supera ampliamente las 6.000 palabras, para que junto a las fortalezas de la compañía hubieran quedado retratadas también sus debilidades o, al menos, los retos de futuro.
En esta publicación se da también un incumplimiento del Libro de Estilo. La foto de la presidenta de la compañía que encabeza el texto —y que los lectores de papel encontraron repetida en la portada de la revista y a tres columnas en la primera página del periódico— está firmada por el fotógrafo británico David Bailey, cuya obra se va a exponer este verano en la fundación MOP, en la que también Marta Ortega es la presidenta. Este retrato fue cedido al periódico para el reportaje, pero ni eso ni la fecha de la imagen se aclaraban en el texto o en el pie de foto. “Asumo ese error”, afirma Borja Echevarría. “No tuvimos la oportunidad de hacerle fotos”.
Para contactar con la defensora puede escribir un correo electrónico a defensora@elpais.es o enviar por WhatsApp un audio de hasta un minuto de duración al número +34 649 362 138 (este teléfono no atiende llamadas).
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