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‘Weapons’, el fenómeno cinematográfico este verano es una película de terror

Zach Cregger certifica el buen momento del género del horror con una película cuya recaudación ha triplicado su presupuesto en poco más de una semana

Un momento de 'Weapons'.Vídeo: Warner Bros. España
Eneko Ruiz Jiménez

Su director ha dicho en varias ocasiones que quiere que el espectador vaya a ver Weapons como si fuera a deshojar un gran misterio. Zach Cregger cree que si cuentas de qué va su película, se pierde la mitad de la diversión. Por eso resulta complicado hablar con detalle de uno de los grandes fenómenos de este verano en los cines, una película de terror original que vuelve a demostrar que algunos de los cineastas con más personalidad de Hollywood residen dentro de este género.

El filme costó unos 32 millones de euros y lleva ya más de 130 recaudados en el mundo tras su estreno mundial el 8 de agosto. Esto es, ha triplicado su presupuesto tras poco más de una semana en cartelera. Así, una película original y personal se pone por delante de franquicias como Ponte en mi lugar de nuevo o Karate Kids: Legends.

El éxito de Weapons constata, además, que el verano también es para las películas de terror. Ya casi cada mes lo es. Así lo demuestran los variados estrenos de este año. Ante la caída del cine de superhéroes, que no está logrando en taquilla las cifras esperadas esta temporada, el horror, mucho más barato, se ha convertido en una experiencia colectiva frente a la pantalla que reúne en las salas a público de diversas edades. Destino final: lazos de sangre, sexta entrega de la saga Destino final, estrenada en mayo, superó los 240 millones de euros y ya tiene séptima entrega confirmada. A principios de año llegaron a las salas Companion y The Monkey. En verano, además de Weapons, la secuela 28 años después y hasta otro Sé lo que hicisteis el último verano. Sobre todas ellas destaca una de vampiros, Los pecadores, todo un fenómeno (sobre todo en EE UU) sobre el blues y la historia cultural afroamericana. Dirigida por Ryan Coogler, ha superado los 312 millones de euros en la taquilla mundial desde su estreno en abril.

El director Zach Cregger y Julia Garner, en el rodaje de 'Weapons'.

Todavía quedan por incorporarse a la cartelera este año Together, ya estrenada en EE UU, pero a España llegará en octubre); la despedida de Expediente Warren, la segunda parte de Black Phone, Predator: Badlands y el fenómeno juvenil Five Nights at Freddy’s.

Hace un año, el director Paul Schrader se preguntaba en su perfil de Facebook: “¿Por qué los cineastas independientes solo reciben financiación en el miedo?”. Osgood Perkins, director de Longlegs, la película independiente de horror más exitosa de 2024, contestó poco después en un reportaje en EL PAÍS: “Implica que el terror es algo menor y que está todo dicho. Pero hay apetito. Habrá películas tontas, pero el horror trata del infinito, de la curiosidad alrededor de los grandes misterios de la existencia, sobre lo que no podemos tocar ni responder. No hay jardín más fértil”. Álex de la Iglesia, que se define fan de Perkins y Ari Aster (estrena en septiembre Eddington), certifica a este periódico el buen momento creativo del género, no solo comercialmente: “Se ha convertido en el verdadero lugar para el arte y ensayo. Hay historias originales, loquísimas y con una libertad creativa tremenda. La gente con mayor creatividad está ahí. Es donde ves cosas que marcan, y en el resto de ámbitos han desaparecido. Ya solo me interesan los directores de terror”, asegura.

Alden Ehrenreich, en 'Weapons'.

Weapons es un ejemplo de ese alarde de creatividad. Una de las claves de su éxito es la cantidad de referencias cinematográficas que maneja. En este sentido, la película a la que más veces se ha referido Zach Cregger como inspiración es Magnolia, de Paul Thomas Anderson, sobre todo para describir su estructura. Weapons es también, como Magnolia, un relato de historias entrecruzadas en una misma comunidad, de distintas perspectivas de un suceso traumático: en este caso la desaparición en una noche de todos los niños de una misma clase, salvo uno.

Otra referencia a la que apunta Cregger es Prisioneros, de Denis Villeneuve, un relato oscuro de obsesión y desesperación sobre un vecindario cuya vida cambia cuando una niña desaparece. De ahí saca el director de Weapons los ataques de ira de sus personajes y la disección del mundo suburbano. También hay inspiraciones clásicas: El resplandor, el cine de David Lynch y hasta El orfanato, de J. A. Bayona, por el protagonismo de los niños, explicaba el cineasta en la plataforma Letterboxd.

Julia Garner, en 'Weapons'

Curiosamente, este relato tan humano y descarnado tiene también bastante de comedia. Y es que Cregger, antes de convertirse en cineasta de terror, formaba parte de un grupo de humor. Eso sí, la risa nunca es buscada ni subrayada, por lo que no todos los espectadores reaccionan igual en las salas. Algunos ríen y otros les miran con cara de ‘de qué se ríe’.

Todos esos elementos, además de una promoción inteligente, han hecho que Weapons sea el evento cinematográfico del ferragosto. Hace un año, sin embargo, su futuro no era tan prometedor. Tras la huelga de guionistas y actores de 2024, la película, distribuida por Universal, perdió a casi todos sus intérpretes iniciales: el omnipresente Pedro Pascal, Brian Tyree Henry, Tom Burke y Renate Reinsve (La peor persona del mundo) tenían otros compromisos. Solo Austin Abrams (Euphoria) se mantuvo en un reparto que ahora sería impensable de imaginar con otros rostros: Julia Garner, Josh Brolin, Benedict Wong, Alden Ehrenreich (con bigote de John C. Reilly en Magnolia) y, sobre todo, la eterna secundaria Amy Madigan, cuyo sorprendente e intimidante aspecto en el filme se convirtió en meme de internet a las pocas horas de presentarse. Se mantuvo en secreto hasta el estreno, como hicieron con Nicolas Cage en la terrorífica Longlegs.

Otra clave del éxito de Weapons (armas, en español) es posiblemente la iconografía y mitología personal que construye, con imágenes llenas de movimiento. La imaginería se vuelve icónica nada más verla, como sucedió el año pasado con La sustancia: las carreras de sus personajes, el aspecto de Madigan, los rituales y la manera en que muestra, a través de la cámara subjetiva, cómo cada personaje dialoga con su mundo. A lo que hay que añadir la mezcla de thriller terrorífico con detalles personales de la vida del propio cineasta, viajando desde lo íntimo a lo social. Eso la convierte una película autoral con muchas lecturas.

La película nació, de hecho, de la necesidad de Cregger de afrontar la muerte de alguien cercano y se refiere metafóricamente a las adicciones que vivió con sus padres (y más tarde la suya como alcohólico). El espectador verá también sin demasiado esfuerzo alegorías de los tiroteos escolares demasiado habituales en EE UU. Si bien él no tiene claro lo que significan algunas imágenes oníricas. “Es una película con la que miro en mi interior y hago inventario de mis mierdas y mi vida. Es en muchos aspectos autobiográfica”, reconocía el director a la publicación Slashfilm. Aunque no al pie de la letra: “No creo que esta película exorcice mis demonios, pero me ha dado la oportunidad de entender los sentimientos de otros de manera sana. En vez de emborracharme hasta morir, puedo hacer que los personajes se emborrachen para no enfrentar a sus problemas. Tomo mi cabreo y hago que Josh Brolin [el padre doliente] se vuelva loco. Es mejor que hacerlo yo”, explicaba a Variety.

Josh Brolin, en 'Weapons'.

Cregger ya venía coronado como director de terror en ascenso después de que Barbarian, su anterior película, se convirtiera en 2022 en fenómeno de culto. Lo logró con una mezcla de terror social de Airbnb y puro desfase de género. Brolin, que también es productor ejecutivo, se sorprendió al ver aquella película que no entendió del todo, reconoce. Pero fueron sus hijos quienes le hicieron verla de otra manera, entender el fenómeno. Hace unos días, el actor daba a la publicación Collider otra razón por la que piensa que Weapons ha capturado al público: “Siempre buscas grandes cineastas, y esperas que haya otro gigante ahí fuera. Pero entre tanto contenido, solo vemos lo que ponga la plataforma de streaming, y estamos como ‘joder, ¿por qué es todo tan aburrido?’, y pasas a lo siguiente. Siempre vemos la misma mierda. Y de repente alguien da la puta vuelta al terror y crea algo casi absurdo, cómico, que te deja sin equilibrio y tiene un gran impacto emocional”.

Cregger se prepara ahora para hincarle el diente a una franquicia millonaria, Resident Evil, con la que quiere capturar lo que sintió con los videojuegos que inspiran la saga. Su nueva entrega la protagonizará Austin Abrams. Mientras, Universal lo tantea para volver al universo de Weapons a través de una precuela centrada en el personaje de Amy Madigan, cuyo punto de vista quedó fuera del metraje (con más de dos horas, Cregger pensó que ya había suficientes historias, y ahora le puede salir una jugada redonda), cuenta The Hollywood Reporter. También tiene escritas más historias originales: Henchman, sobre un matón mindundi del universo DC, y el guion de ciencia ficción Flood (Inundación).

Austin Abrams, en 'Weapons'.

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Sobre la firma

Eneko Ruiz Jiménez
Se ha pasado años capeando fuegos en el equipo de redes sociales de EL PAÍS y ahora se dedica a hablar de cine, series, cómics y lo que se le ponga por medio desde la sección de Cultura. No sabe montar en bicicleta.
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