Aragón pide al juez que ejecute la sentencia que obliga a devolver las pinturas de Sijena

El Juzgado de Primera Instancia número 2 de Huesca recibió el pasado lunes la petición para frenar el traslado de las pinturas de Sijena expuestas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y este viernes ha recibido dos más desde el Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena para acelerarlo, a través de la ejecución forzosa. Toda la presión sobre el caso vuelve a recaer sobre el tejado del titular del tribunal que sentenció en 2016 que los antiguos y delicados murales del siglo XIII debían ser restituidos al monasterio de Sijena, en un fallo validado primero por la Audiencia de Huesca primero y por el Tribunal Supremo después.

El Gobierno de Aragón da ese nuevo paso después de dar por rota la comisión de expertos creada la semana pasada en el MNAC y una vez que el museo barcelonés instará ante el juez su “incapacidad técnica” para mover las pinturas sin dañarlas. Como respuesta, el Ejecutivo de Jorge Azcón ha presentado un escrito en el que incluye un informe sobre la viabilidad del traslado y las condiciones de la sala capitular del monasterio de Sijena y un cronograma sobre los trabajos a realizar, que llevarían un tiempo de unos siete meses. Asimismo, solicita al MNAC que cierre las salas donde se exhiben los bienes reclamados para que sus técnicos puedan acceder con los medios que consideren necesarios.

El plan de trabajo expuesto por Aragón incluye varias fases de documentación previa y ensayos de procedimiento; redacción de los proyectos de desmontaje, embalaje y traslado; licitaciones delos servicios; y ejecución de los proyectos de desmontaje, embalaje y traslado. En esa hoja de ruta de los trabajos hay una presión añadida: el Gobierno aragonés reclama 5.000 euros diarios de multa en caso de incumplimiento de los hitos fijados en el cronograma. Además, se advierte de un posible delito de desobediencia por parte del director del museo, Pepe Serra, y del presidente de su patronato, Joan Oliveras.

Asimismo, se considera que para garantizar la conservación y la seguridad de las obras es necesario acceder tanto a las pinturas como a su sistema de montaje expositivo actual y a toda la documentación vinculada. También se pide acceso a las condiciones medioambientales y capacidad para efectuar un levantamiento fotogramétrico, lo que quiere decir fotografiar en detalle las estancias del MNAC para conocer al detalle la topografía actual de cada uno de sus componentes.

Con todas las peticiones que ha recibido hasta el momento, el juez tendrá que llegar a unas conclusiones, que abrirán también un periodo de alegaciones. La cuestión no es sencilla, pese a que la sentencia del Tribunal Supremo es firme. Carlos Padrós, catedrático de Derecho Administrativo de la Universitat Autònoma de Barcelona, considera que todavía hay margen para decidir sobre el futuro de las pinturas de Sijena, al considerar que la sentencia actual únicamente dirime sobre la propiedad del bien, pero no sobre su protección. En su opinión, se podría abrir el melón de la vía contencioso-administrativa, para determinar el futuro de un bien protegido. Incluso, dice, el Ministerio de Cultura podría “expropiar el derecho de ejecución” al considerar que se trata de un bien nacional. Tanto la Generalitat como el Gobierno central han mantenido un silencio sepulcral sobre la sentencia, más allá de afirmar que la acatarían y la cumplirían.