El MNAC vuelve a dejar en manos de un juez el traslado de las pinturas románicas de Sijena
El museo alega “incapacidad técnica” para ejecutar la sentencia en el caso los murales del siglo XIII y señala mucho más fácil entregar los frescos profanos arrancados en 1960


El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) ha presentado este lunes en el Juzgado de Instrucción número 2 de Huesca el incidente de ejecución de sentencia que aprobó instar su patronato la semana pasada ante el fallo del Tribunal Supremo que le obliga a restituir las pinturas románicas del siglo XIII al monasterio de Sijena. De esta forma, el museo vuelve a poner en manos de la Justicia el futuro de los antiguos murales, rescatados en 1936 y que han sido restaurados, conservados y exhibidos en la galería barcelonesa, integrando una de las mejores colecciones europeas sobre arte románico. Según ha comunicado este mediodía, el MNAC argumenta “incapacidad técnica de llevar a cabo esta operación en el plazo establecido por la Ley de Enjuiciamiento Civil ni tampoco técnicamente”. En definitiva, insiste, considera imposible hacerlo “sin poner en riesgo” la obra.
Así como intenta blindar los murales románicos, considera diferente la situación de los frescos profan
oas que también integran los bienes que la sentencia judicial obliga a restituir. En ese caso, fueron extraídos en los años sesenta del monasterio de Sijena. “Los riesgos de su manipulación y traslado son inferiores y el Museo estudia de forma separada su proceso de reintegración”, señala el comunicado, aduciendo que esas pinturas no fueron víctimas del incendio sufrido por el monasterio durante el inicio de la Guerra Civil y se encuentran en mejores condiciones.
Esa posición ante las pinturas románicas refuerza el carácter singular y la complejidad del tratamiento en el caso de las imágenes. Es una forma de subrayar la singularidad y la mayor dificultad que supone la restitución de la obra maestra que proyecta escenas del Antiguo y el Nuevo Testamento, muy debilitadas por la acción de un incendio durante la Guerra Civil.
El patronato del MNAC, que integran la Generalitat, el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Barcelona, trata de llevar al final la batalla judicial llevada a cabo durante la última década con el Gobierno de Aragón. El juzgado desde el que salió la sentencia primigenia en 2016 deberá atender diferentes cuestiones. La principal es si, teniendo en cuenta la extrema fragilidad del ese patrimonio, es viable realizar el traslado. Y las otras, en el caso de que el juzgado confirmara la obligación de ese transporte, deberían responder a quién debe responsabilizarse de ese riesgo, con qué técnicas y en qué calendario de tiempo.
El próximo jueves expira el plazo voluntario de ejecución de la sentencia, confirmada primero por la Audiencia de Huesca y finalmente por el Tribunal Supremo hace apenas tres semanas. En paralelo, se ha creado un grupo de trabajo en el que se han incorporado técnicos de las tres administraciones patronas del MNAC, además de un especialista del mismo museo y otros propuestos por el Gobierno de Aragón. El grupo de trabajo ha formalizado dos reuniones, pero la búsqueda de un acuerdo deberá todavía esperar.
La intención es alcanzar un consenso técnico sobre la posibilidad de ejecutar la restitución de las pinturas en el monasterio de Sijena, aunque en los últimos días ha habido denuncias de injerencias políticas en el proceso. Un manifiesto suscrito con alrededor de 150 expertos en conservación y restauración de toda España defiende que la solución acerca del futuro de esa obra se ciña a criterios únicamente técnicos y científicos.
El MNAC quiere hacer valer su trabajo en la consolidación de las pinturas originales de Sijena, uno de los puntos que subrayó el director del museo, Pepe Serra, en la reunión extraordinaria del patronato del museo celebrada el pasado lunes. Y en su argumento pesa también la fragilidad de un bien que carga con la etiqueta de bien protegido como patrimonio histórico español.
El recinto museístico ha defendido hasta el momento su trabajo para conservar las pinturas románicas que ilustraron la sala capitular del Monasterio de Sijena y lograr su preservación de cara al futuro, además de darle accesibilidad universal en un centro de primer orden. Con su última maniobra judicial, ahora espera clarificar cómo cumplir esa sentencia o, incluso, como sucedió en 2016 tras el primer fallo, paralizar la relocalización y mantener su papel como depositante de la reconstrucción de los murales, ya que solo de lo que se muestra actualmente en el MNAC un 35% son simulaciones de lo que fueron.
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