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RTVE cancela ‘La familia de la tele’ y este miércoles será su último programa

El espacio marcó el lunes su peor dato de audiencia

'La familia de la tele' RTVE
El País

La crónica de la muerte anunciada ha llegado a su fin. RTVE ha decidido claudicar en su gran apuesta para las tardes de La 1 y ya ha puesto fecha final a La familia de la tele tras los malos datos de audiencia y los numerosos cambios de estrategia. Tal y como adelantó El economista y ha confirmado EL PAÍS con fuentes de la corporación y de la productora La Osa, la cadena pública ya ha comunicado al equipo que mañana miércoles 18 de junio será la última emisión del espacio.

Este movimiento en la parrilla sucede apenas tres semanas después de que el presidente de RTVE, José Pablo López, defendiera en el Congreso el futuro del programa heredero de Sálvame. En su comparecencia dejaba la puerta abierta, eso sí, a cambiar su opinión: “Tengo que convencerme de que el programa no tiene ninguna posibilidad de remontar y esa convicción no la tengo hoy. Igual la tengo dentro de un mes (...) Prefiero equivocarme a no intentarlo”.

El programa comenzó esta tarde a las 19.30 con varias alarmas sonando en plató, luces rojas y caras largas. “Queremos compartir que este es el penúltimo programa”, contaba María Patiño, rodeada de Inés Hernand y Aitor Albizua. Detrás, varios de los colaboradores más famosos del programa. “Para los que piensan que estamos caducados, una gran nutricionista decía que los yogures caducados pueden durar hasta 10 años”, proclamó Patiño, rompiendo el hieratismo y dando paso al humor con el que, uno por uno, se despidieron todos.

“Lo hemos intentado y no hemos podido. Así es la televisión”, lamentaba con una sonrisa Aitor Albizua: “Nadie nos va a poder quitar el cariño de toda la gente, aunque poca, que ha estado cada tarde aquí”. “El día que íbamos a comenzar murió el Papa, luego nos afectó el apagón… todo eran señales”, bromeó Hernand. “Hay que agradecer esta oportunidad a la productora y el equipo”, comentaba Kiko Matamoros: “A los trabajadores hay que mandarles un abrazo tremendo. Y al público. Psicológicamente confieso que estoy descansado: cada mañana era una tortura ver las audiencias, intentar darle vueltas al proyecto…”, confesó. Belén Esteban lo tenía claro: “Se acaba el programa, pero con este equipo, es un hasta luego…”. “La gente hablaba de fracaso, pero todos en la vida profesional hemos tenido altibajos”, reflexionó Alba Carrillo: “Cuando uno pone todas las ganas, esfuerzo… no es un fracaso”.

“He visto enemigos donde no los hay”, contaba, más seria, Patiño. “He creído ver una enemiga en Inés Hernad. He llegado casi a perder el control. Pero este programa no era el de María Patiño, era el de todos”. “Bueno, ¡ahora quieres repartir culpas!” le reprochó Matamoros, sardónico, que terminaba con una advertencia al público: “¡Y ahora nos vamos a cobrar el paro con vuestros impuestos!”, bromeó, antes de dar paso al programa.

Cambio de horario

La deriva declinante del programa viene de lejos. Este lunes, La familia de la tele tenía un nuevo intento y estrenaba su nueva franja, situando su inicio a las 19:30 horas. El cambio no reanimó al programa, ni mucho menos, y marcó un mínimo histórico de audiencia, con un 4.3% de cuota de pantalla y 309.000 espectadores. Sí que dio vida, sin embargo, a su sustituto a primera tarde, el programa político Malas lenguas, de Jesús Cintora, también producido por La Osa y que marcó un 13.3% de share y 1.238.000 espectadores de media, el doble de lo que estaba haciendo La familia de la tele aprovechando la situación en el PSOE. Este cambio llegó pocos días después de que se conociese que RTVE estaba buscando relevo a La familia de la tele. El nuevo horario más tardío era precisamente en el que peores datos de audiencia había conseguido en su inicio, cuando el formato estaba dividido en dos bloques que dejaban entre medias las series diarias.

Presentadores y colaboradores de 'La familia de la tele', en una de las zonas del plató del programa.

Polémico desde su inicio, el programa buscaba trasladar el ecosistema televisivo de Sálvame a la televisión pública, por lo que recibió críticas desde el primer minuto. La audiencia nunca reaccionó como estaba previsto para un formato con esta envergadura, con muchos colaboradores y un enorme plató, y el programa fue sufriendo diversos cambios de horarios, ajustes y malestares internos. El 14 de mayo, la colaboradora Belén Esteban reconocía en directo su malestar con el programa, que nunca terminó de ser ni demasiado rosa ni demasiado blanco. “Veníamos a hacer algo, diferentes cosas, y lo están notando en casa también: yo no sé hacer prensa rosa. Yo no venía a hacer prensa rosa”, dijo el presentador Aitor Albizua.

Los bandazos estuvieron presentes desde antes de su llegada. Primero, con el doble retraso de su estreno por la actualidad informativa (el fallecimiento del Papa y el apagón). Finalmente, vio la luz el 6 de mayo tras el desfile con el que se presentó el día anterior. Entonces se emitía dividido en dos franjas, una antes de la serie diaria Valle salvaje y otra después de La Promesa. Cuando aún no habían pasado dos semanas de su estreno, el 15 de mayo, el programa explicó que dividían a sus presentadores: María Patiño se encargaría de conducir el primer tramo del programa, que iría de 15.50 a 17.10 más centrado en el corazón, mientras que Hernand y Albizua se encargarían del segundo bloque, con temas relacionados con la actualidad, sucesos, tiempo, salud… “Las familias no siempre están unidas, cada uno tiene su papel y, a veces, se fragmentan”, decía Patiño en antena para explicar el cambio. “Estamos escuchando y leyendo las críticas y lo que pedían”, añadía Hernand. Después de seguir sin mejorar, el lunes 3 de junio, su emisión se vio reducida a una sola franja, la de 15.50 a 17.00 (ahora se alarga unos minutos), eliminando el segundo tramo que transcurría de 19.00 a 20.30. También se han probado distintas opciones de contenidos, desde un formato consistente solo en los presentadores dando paso a vídeos con información de crónica social hasta tertulias o incluso un espacio con Cayetana Guillén Cuervo en el que los colaboradores recrearon la serie Verano azul.

La semana pasada, La familia de la tele mantuvo su senda de malos datos de audiencia. El miércoles marcó un nuevo mínimo desde su estreno el pasado 5 de mayo, con un 5,4% de cuota, y el martes incluso se vio superado por La 2 en su franja de emisión, siendo sexta opción en su hora. Son datos muy alejados de la media de la cadena, que en lo que va de junio se sitúa en el 11,2% gracias al fútbol y al buen comportamiento de las apuestas de la mañana y programas como Futuro Imperfecto de Andreu Buenafuente.

El martes pasado, en la fiesta del décimo aniversario de Netflix, Patiño y Esteban reconocían los malos momentos por los que estaba pasando el equipo. “No está siendo nada fácil”, decía la presentadora a los periodistas, que aseguraba estar acostumbrada a “estar en programas de éxito” y que la pobre acogida de La familia de la tele le había ayudado a poner los pies en la Tierra. También Hernand se refirió a la situación del programa. “Ningún trabajo es definitivo ni es definitorio. Al final todas las carreras pasan por muchas fases, incluso el propio programa está pasando por muchas fases y nos encontramos en un momento de pequeña estabilidad. Estamos intentando enganchar audiencia, pero, sobre todo, estamos muy agradecidos de la oportunidad”, decía la conductora que nunca se acabó de acostumbrar al formato y fue dando bandazos para casar con el resto del espacio.

Cambiaron los horarios, los temas y los colaboradores, probando si acertaban con algunas de las fórmulas. Más corazón, menos, más sucesos, más actualidad, más consejos de vida… o incluso dedicar un espacio para comentar La Promesa. Esto último es lo que mejor le ha funcionado a La Osa, y con ello han creado El Club de la Promesa, un espacio de unos 25 minutos en los que hablan de la serie de tarde y con el que marcaron este lunes un 8,3% de cuota y 584.000 espectadores, muy por encima de su hermano mayor. Allí han ido a parar algunos de los colaboradores frustrados de La familia de la tele; mientras que otros como Rocío Carrasco, sin embargo, nunca llegaron a volver a antena después del desfile con el que comenzó esta aventura que prometía avivar las tardes de la cadena pública, y que ha acabado como el enésimo experimento televisivo frustrado. Ahora previsiblemente muchas de las caras volverán al nuevo Ni que fuéramos... el espacio de Ten donde habían estado colaborando desde que se acabó la aventura de Sálvame en Telecinco.

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